Memoria del Futuro | Por Bernabé Penayo1
Soy como tú,
de piel morena, oscura, oscura,
con estrellas metidas por dentro
y por fuera sudor, cáscara ruda.
Tengo la sangre hirviendo
como un sinuoso trueno derramado,
tengo las manos ásperas
como herramientas duras y soleadas;
tengo los ojos lúbricos
como lúbricas raíces.
Esta noche, en el sur,
Me he mirado en tus ojos.
Elvio Romero.
Conocí a Elvio Romero. En un periodo llegamos a militar juntos. Él era miembro del Comité Central del Partido. En aquel tiempo, el Partido Comunista Paraguayo se había dividido, en primera instancia, en dos sectores, el sector de Oscar Creydt, que se mantuvo como Partido, y la Comisión Nacional de Reorganización, encabezada por Miguel Ángel Soler, Obdulio Barthe y otros dirigentes comunistas. Esta fue una primera división que surgió en 1965. Durante el ‘65 hasta el III Congreso, que se dio en los primeros años de la década del ‘70, surgió una división también entre el sector de Barthe y Soler. Podríamos decir que había tres Partidos Comunistas en un momento dado. Básicamente, esta segunda división se dio en el marco de las disputas por tener el reconocimiento del Movimiento Comunista Internacional, que era muy fuerte. Y se sumaba a algunas diferencias en el método de trabajo, en la forma de organización del Partido, entre estos dos sectores encabezados por Soler y Barthe, en ambos había un montón de dirigentes históricos. Barthe y Soler eran los dos dirigentes más reconocidos del Partido. Sin embargo, esa diferencia no era ideológica, como sí lo era con el Partido Comunista Independiente (PCPI) de Óscar Creydt.
Pasaron más de 20 años entre el II y el III Congreso. El II Congreso se hizo en Paraguay a fines de la década del 40. Y a inicios de la década del ‘70, el III Congreso ya fue realizado en el exilio, en Argentina. Entonces, Soler hizo una maniobra y envió a muchos delegados con direcciones falsas a otra parte, para que no pudieran asistir. Fue una maniobra para tener mayoría. El tercer sector, encabezado por Barthe, surgió después de ese Congreso. Yo estuve ahí. En esa etapa me incorporé a la Juventud Comunista Paraguaya, y después al Partido. Aquel III Congreso eligió su Comité Central, y a Obdulio Barthe, como Secretario General. Fui parte de ese Comité Central, y también Elvio Romero fue parte de ese Comité Central. Elvio Romero estaba involucrado muy fuertemente en la actividad partidaria.
Fue un periodo difícil porque se encontraba la dictadura militar en Argentina, desde el golpe de Estado del ‘66. Y en todo ese periodo había una persecución muy fuerte. Estaba prohibida la actividad comunista. Es decir, en el exilio, el trabajo también era en clandestinidad. En ese contexto es que yo llegué a compartir con Elvio Romero la militancia propiamente comunista, del Partido, además de su trabajo poético, literario. También Flores estaba muy próximo; Barthe era, de alguna manera, su ídolo como dirigente comunista histórico. En esa etapa Flores ya estaba mal de salud y al poco tiempo falleció. Tenía una gran simpatía hacia Obdulio Barthe.
Recuerdo que ese III Congreso lo realizamos sobre la famosa avenida Corrientes, en un local comercial que estaba cerrado. Hacía tiempo que no funcionaba. Tenía una cortina metálica herméticamente cerrada, con una puertita a través de la cual se podía acceder. Se consiguió el sitio a través de la ayuda del Partido Comunista Argentino. Y se había aprovechado para hacer el Congreso allí un fin de semana, sábado y domingo. Dos días duró. Habremos estado alrededor de 25 a 30 delegados, entre los cuales se encontraba Livio González Santander, en un estado todavía bastante complicado de salud después de su huelga de hambre. Participaron Elvio Romero, Querey, Alfonso Guerra, Obdulio, entre las principales figuras. Yo estuve en representación de la Juventud Comunista. Y justamente entré y salí de ese local con Elvio Romero. Recibí una cita y nos encontramos en un determinado lugar. De ahí nos dijeron a dónde teníamos que ir. Y fuimos a parar a ese local. A la salida volvimos juntos. Se entraba y salía de a dos.
Recuerdo que al segundo día de la reunión, el domingo, estábamos en el fondo del local comercial que medía como 20 metros de largo, ahí tenía una dependencia, baño, alguna cocina; cuando de repente empezaron a golpear muy fuerte la cortina metálica. Los golpes retumbaban en todo el local. El compañero encargado de la seguridad, su nombre era Melchor, un compañero muy pintoresco, estaba en la reunión. Y cuando sintió esto, en medio de la sorpresa de todos, fue a ver qué pasaba. Muy alarmados, empezamos a romper papeles, a quemar documentos, porque era muy sintomática la forma que golpeaban. Efectivamente, era la policía. Pero fue por una cuestión de rutina que vinieron a preguntar si el local estaba cerrado y si alguien vivía ahí. Y este compañero se desenvolvió muy bien, diciéndoles que él estaba como encargado y que estaba cerrado desde hacía mucho. En definitiva, la policía se retiró. Pasó el susto, pero fue un susto generalizado. Y Elvio Romero, mantuvo una actitud muy serena, muy tranquila. En plena dictadura militar también en Argentina, con una ley anticomunista vigente. Había muchos presos políticos. Era la dictadura de Juan Carlos Onganía. En el ‘70 subió Levingston, luego Lanusse. Creo que tres militares fueron presidentes hasta el ‘73.
El Partido Comunista Paraguayo se unifica definitivamente en 1975. Esos acuerdos de unidad se dieron a instancia del Comité Central y la Juventud Comunista, de ambas direcciones.
La militancia de Elvio Romero estuvo, en vida de José Asunción Flores y también luego de su muerte, ligada al Consejo Mundial de la Paz. Ambos desempeñaban esta tarea como una de sus funciones permanentes. En la clandestinidad, muchas de las tareas específicas no se sabían. Había una cultura de no preguntar, era parte del mecanismo de seguridad. Solo la Dirección manejaba ese tipo de información, y con mucho cuidado, lo que reducía el rol de un órgano colectivo, pero era necesario. Esta condición es la causa por la cual poco o nada se sabe de la militancia comunista de grandes figuras del quehacer nacional que marcaron con su impronta revolucionaria su obra universal.
Notas
- Bernabé Penayo es miembro del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo, histórico dirigente sindical e imbatible luchador contra la tiranía fascista de Stroessner.
Sobre el texto: El histórico referente revolucionario Bernabé Penayo, se refiere, en primera persona, a la militancia comunista de uno de los más universales poetas paraguayos, Elvio Romero, de la cual poco o nada se conoce. Revela a la par, nombres destacados de la organización insurrecta contra las dictaduras fascistas, que desafiaron los peligros de la lucha clandestina ↩︎