Cultura | Por Jean Mersault
La actualidad en que vivimos es sumamente hostil, cada día que pasa se hace más difícil soportar los embates de la vida —o mejor dicho, del capitalismo—, en esas condiciones, uno muchas veces piensa o cree que la belleza no es posible; incluso a veces se dice que cuando se sufre no hay espacio para el arte. Esa (falsa) consciencia pretende limitar y reducir la experiencia artística a la reflexión y gozo de quienes no están afligidos por las circunstancias reales.
Dicho esto, el arte, en tanto espacio socialmente designado para la (re)producción ideológica, presenta críticas y contradicciones en todas sus formas, a pesar del prejuicio que postula, recuperando un poco lo que dijo alguna vez Mijaíl Lifschitz, «que el arte porta en sí un contenido crítico mayor solo allí donde el artista representa las insuficiencias de la vida», puesto que, a su vez, «todo arte contiene en sí la crítica de la falsa relación de nuestra consciencia con la realidad» (2022, p. 9). Recordemos que el arte es también sede de la lucha de clases.
Cuando peor la pasamos más necesitamos del arte, del arte como herramienta para pensar(nos) y combatir la visión mistificada de la cultura porque, como bien indica Ricardo Galiano, «el arte no dispone de un valor inherentemente positivo. No dispone de él porque el arte no es el objeto del arte. El arte no es cualidad del objeto del arte. El arte no es una propiedad del objeto del arte» (2024); la creatividad, en este proceso de resistencia, dispone de las contradicciones del sistema y las vuelve evidentes.
En el espectáculo de re–cordis (que, como su programa bien lo indica, proviene del latín recordare, que significa «volver a pasar por el corazón»), el arte aparece en sus distintas facetas (teatro, danza, técnica aérea, música, poesía, etc.) para denunciar bellamente las consecuencias del modo de producción capitalista: 1. la degradación del arte de la clase trabajadora (artistas que convierten hilos en ñanduti); 2. la especulación con estos productos del arte que terminan siendo publicidad para los mediadores capitalistas; 3. la hostilidad de unas relaciones sociales en las que solamente interesa el producto del arte como mera mercancía.
Retomando el punto 1 de las consecuencias que se citan en el IV: específicamente sobre la degradación de la labor que realizan las artistas de Itauguá en el proceso de creación del ñanduti, cuando se afirma que ese trabajo requiere únicamente de conocimientos técnicos y no encierra en su forma manifestaciones populares, tradiciones, intencionalidades, etc. En este sentido, Ticio Escobar —en referencia a Lo artístico y lo artesanal—, señaló que «llamar “artesanías” a esas expresiones sería referirse sólo al aspecto manual de su producción y anclar en la pura materialidad del soporte, desconociendo los aspectos creativos y simbólicos y cayendo en la trampa de una actitud discriminatoria que segrega las manifestaciones populares erradicarlas del reino de las formas privilegiadas» (2021, p. 96).
Ahora bien, re–cordis recupera las historias de estas artistas itagüeñas marginalizadas por un sistema que, hipócritamente, —tantas veces— las reivindica en la agenda cultural «oficial». Esta dinámica se ejemplifica cuando son los mediadores los que reciben el crédito y las ganancias, mientras el Estado asegura la salud de estas formas sociales de intermediación entre el mercado y las artistas.
Este espectáculo ofrece la crítica desde algunas imágenes sensibles: danzas en la penumbra, vuelos intermitentes, tejidos humanos. A través de las intersecciones artísticas, re–cordis (re)presenta con pasión lo bello de la resistencia de estas artistas desconocidas e ignoradas por el mismo sistema que le da valor al producto de su arte, mientras que esa producción está sujeta a las leyes generales que le son sumamente hostiles a sus propias autoras.
La denuncia de re–cordis, en forma de una memoria interpretada, bailada, cantada, declamada y tejida, se transforma entonces en una belleza integral que, en definitiva, logra humanizar la historia de un proceso artístico que, a la vez que enajenante por las condiciones en las que se producen, es una muestra de la creatividad popular y de las asociaciones colectivas.
Los movimientos de las protagonistas asumen la temporalidad y la energía que amerita esta alegoría: tanto en las miradas silenciosas como en los violentos vuelos.
Pasado, presente y futuro (posible) se vislumbran mediante las luces que aparecen cuando las protagonistas se sostienen mutuamente y luchan por sobrevivir tejiendo.
Esta obra que construye una narración crítica de la historia de las tejedoras de ñanduti concluye haciéndose en el proceso ya que, parafraseando a la propia re–cordis, en ese hacer se (re)producen sus ideas.
Para concluir, al decir del poeta René Char: «En las tinieblas nuestras no hay espacio para la Belleza. Todo el espacio es para la Belleza».
Ficha de la obra
Título: re–cordis; Dirección general: Silvia Aguero; Dirección coreográfica: Gloria Morel y Macarena Candia; Dirección actoral y asesoramiento en estructura dramática: Fátima Fernández Centurión; Visualización, entrenamiento aéreo y jefa técnica: Selva Fox; Música original: Dahia Valenzuela; Textos: Fiorella Olmedo, Florencia Boccia y Antonella Alvarenga; Intérpretes y creadoras de movimiento: Antonella Alvarenga, Ekaterina Goiburu, Fiorella Olmedo, Florencia Boccia, Montserrat Saldivar y Sara Recalde; Aporte en creación de movimiento: Rocio Ortiz y Cecilia Plans; Iluminación: José Tottil; Sonido: La Chispa; Técnicos de sonido: Milena Coral y Sebastian Coronel; Producción general: Eq’e Compañía de Arte y Danza; Asistencia de producción: Jann Lesme y Rocio Ortiz; Producción técnica: Nhi-Mu Teatro; Técnicos aéreos: Clara Di Carpio, Ilde Brizuela y Marta Prieto; Jefa de piso: Pietu Zorrilla; Diseño de afiche: Jimena Riso; Entrevistadora: Nicole Gubetich; Edición de video: Jorge Fernández y Macarena Candia.
Referencias
- Char, R. (1973). Hojas de hipnos: (1943-1944). Visor.
- Escobar, T. (2021). Contestaciones, arte y política desde América Latina: Textos reunidos de Ticio Escobar (1982-2021). CLACSO.
- Galiano, R. (2024, abril 18). Yo no hablo español o la inmolación de mi proyecto de investigación y una defensa de la iconoclasia. Medium. https://medium.com/@ricardogaliano9/yo-no-hablo-espa%C3%B1ol-o-la-inmolaci%C3%B3n-de-mi-proyecto-de-investigaci%C3%B3n-y-una-defensa-de-la-iconoclasia-8177a1a5ea11
- Lifschitz, M. (2022). El artista y la falsa consciencia (V. Carrión, Trad.). Ediciones EDITHOR. https://edicionesedithor.weebly.com/textos-libres/el-artista-y-la-falsa-consciencia-mijail-lifschitz
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