Canal de Memoria | Por Federico Tatter1


¿Por qué? Porque todo acto de memoria de nuestros pasados recientes inconexos en fragor de luchas y resistencias épicas, son fuente segura para dar sentido a las urgencias del presente, con propuestas éticas hacia un futuro posible democrático, popular, inclusivo e íntegramente revolucionario.

En esta batalla cultural, vivimos avances y retrocesos, pues el olvido, la minimización, la negación y la tergiversación no son espacios vacíos. Aún allí hegemonizan las narrativas del poder. Aunque hoy vivimos procesos históricos que no tienen nombre estable para las ciencias, como la posverdad, el neoliberalismo, el neofascismo como instrumentos de opresión autoritaria desde la ficción o desde las fake news. Nada está firme, la actualidad es volátil y efímera. La memoria, por definición, es teatro de disputa cultural permanente. En ese contexto, el desafío de las memorias populares tienen sustento, densidad argumental suficiente, y una ética democrática y revolucionaria que por ser invisibilizada, se vuelve urgente transmitirla para conectar a generación con generación. Para ello, precisamos la voz potente de la memoria.

Desde esta columna deseamos dejar testimonio, exponer registros, arrimar contextos, relatos y reseñas con sólidas fuentes, en un ejercicio de la brevedad, amigable con los diversos lenguajes.


Referencia

  1. Comunicador y ciclista. ↩︎