Memoria del Futuro | Por Jean Mersault


resollando entre lluvias y resinas,
de una humana presencia que atravesó estas selvas.

Elvio Romero

Severo Acosta Aranda nació un 8 de agosto de 1926 en Escobar, Paraguay. Vivió en la  compañía de Arroyo Porã en Escobar, en el seno de una familia trabajadora. Su madre se llamaba Juana Paula Aranda y quedó viuda prontamente. Severo creció con cuatro hermanos, siendo el menor de todos. Desde muy pequeño comenzó a trabajar en la agricultura familiar. Cursó la escuela básica en su misma localidad y fue al Cuartel (centro de formación militar) hasta los 16 años. Posteriormente comenzó a trabajar como obrero de la construcción en la zona de Misiones. Trabajó en la construcción de una ruta nacional hasta que, producto de la inestabilidad social y la amenaza de “Los Pynandi” (dícese de los escuadrones parapoliciales colorados), tuvo que volver a Arroyo Porã. 

Severo comenzó a tener roces con el aparato de represión estatal durante la tiranía de Higinio Morinigo debido a la tradición liberal de su familia. Padeció la brutalidad de la persecución en el contexto de la revolución de 1947. Es apresado por primera vez a los 21 años, por las fuerzas del orden de Morínigo, por haber participado en manifestaciones y “perturbar la paz”, estuvo 4 días en un calabozo junto a otros quince jóvenes provenientes de familias liberales del mismo distrito. 

En ese período, Severo, por la persecución política, se vio obligado a mudarse a la Argentina con un tío suyo. Se trasladó a Posadas, en las inmediaciones de Villa Dolores. Allí trabajó como ayudante de albañil y comenzó a frecuentar espacios organizados por el Sindicato de Obreros de la Construcción (de esa época), se mantuvo en esa localidad hasta el año 1950. En esos años llegaron a sus manos semanarios y periódicos sindicales como “El obrero de la Construcción”, además de otros folletos comunistas, anarquistas y socialistas. 

Para comienzos de la década del ‘50, se mudó a Buenos Aires. En ese entonces, comenzó a hablar con algunos ex trabajadores del Puerto de Asunción (sindicalistas paraguayos) que también fueron exiliados luego del ‘47. En ese contexto se acercó al Partido Comunista Paraguayo (PCP); mediante la mediación de un sindicalista amigo de la organización comunista paraguaya llamado Alberto Angelasio, Severo coincidió con otros comunistas en la Argentina. Posteriormente conoció a Rubens Íscaro, también del sector obrero, miembro de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) y del Partido Comunista de Argentina (PCdeA). A raíz de las conversaciones y reuniones que fueron surgiendo posteriormente, Severo se aproximó al Partido Comunista Paraguayo (PCP) e inició oficialmente su militancia orgánica a los 24 años de edad. Por ese entonces el Secretario General del Comité Central era Antonio Gamarra (hasta 1953). 

En 1954 se dio el golpe que llevó a Alfredo Stroessner al frente del estado paraguayo. Severo recién regresó al Paraguay en 1958 para participar de la primera y única Huelga General de Trabajadores durante el régimen fascista de Stroessner, en la que el PCP integró la organización con Julio Rojas, Antonio Maidana, Ananías Maidana, Alfredo Alcorta y Antonio Alonso Ramírez (quien en ese momento era director del períodico del PCP, Adelante!); todos ellos serían detenidos por la fuerzas represoras, algunos durante los meses previos a la huelga y otros un poco después de la represión en agosto de ese año. 

A pesar de la brutal represión liderada por Volta Gaona en 1958, siguieron los trabajos del PCP en la clandestinidad. Al año siguiente, Severo participó de la revuelta estudiantil y obrera por la suba del pasaje del transporte público. Posterior a las manifestaciones, el gobierno de Stroessner disolvió la Cámara de Representantes. En febrero de 1959 se fundó el Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA), estructurado como un órgano de unidad guerrillera anti-stronista. 

Con la caída de varios de los dirigentes del PCP, Wilfrido Álvarez asumió como Secretario General y quedó como responsable de la conformación del FULNA. Severo inició su labor de enlace técnico (entre el PCP y el FULNA) en esos años. 

Luego del asesinato de Álvarez en 1963, Ricardo Torres queda como dirigente en el país hasta su exilio a la Argentina. Poco tiempo después, Carlos Luis Casabianca asumió la dirección del Partido en el país. En ese ínterin, Severo y Juan Mora tuvieron mayores responsabilidades dentro de la organización interna del PCP. 

Severo realizó trabajos como responsable de comunicación y enlace técnico con los integrantes del FULNA y las diversas columnas de este, entre ellas la Mcal. López dirigida por Agapito Valiente, pero también en zonas de San Pedro, Itapúa y Guairá.

Nota del Departamento de Investigaciones de la Policía stronista (N20). R011F1279.

Según los informes de Amnistía Internacional, fue arrestado el 7 de julio de 1964 (él mismo confirmó esa fecha). Severo relató parte de lo que sucedió al momento de su detención en el Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia (CVJ) y también en otra entrevista publicada en un folleto del Grupo Memoria. Contó que llegó a su casa y ya estaba ocupada por policías vestidos de civil, este grupo estaba encabezado por un oficial que Severo conocía (de apellido Sánchez). Severo declaró en entrevista lo siguiente: 

“Me apresaron el 17 de julio de 1964. Yo trabajaba en la construcción en la ciudad de Itá y esa noche, cuando regresaba a mi casa, esta ya se encontraba ocupada por personal de la policía. No tuve tiempo de nada. Me detuvieron y comenzaron a pegarme con la culata de sus armas; también con las manos y las piernas”.

Cuenta que luego reconoció a Lucilo Benítez. En ese ínterin, fue atropellado por los policías con sendas armas de fuego y lo golpearon brutalmente en la calle. Fue puesto en la patrullera y lo llevaron al Departamento de Investigaciones donde lo torturaron cruelmente para intentar sacarle información: 

“Me pegaban con todo lo que tenían, tejuruguai, alambre trenzado. Me amenazaban de muerte. Me preguntaban si yo conocía a camaradas. Yo les decía que no los conocía. Soy Severo Acosta Aranda, de Escobar, y soy comunista y ni una palabra más. Me pegaron con todo y me tiraron a un calabozo… Con picana me quemaron los dedos, golpes en la planta de los pies. Todas las veces que me desmayaba, que creo que fueron cerca de cuatro veces, me derramaban agua helada, me despertaba y seguían otra vez. Yo siempre les decía que no sabía nada. Después recuerdo que parecía que iba a morir, entonces grité ‘amanota pero nda ñe´emoai’”.

Permaneció cautivo un tiempo en el Departamento de Investigaciones, donde fue brutalmente torturado; posteriormente fue trasladado a la Comisaría Tercera, al espacio conocido como “Panteón de los vivos”; en ese mismo periodo también estuvieron privados de su libertad: Anastasia Idalina Gaona, Virgilio Bareiro Riveros, Antonio Maidana, Ananías Maidana, Alfredo Alcorta y Julio Rojas.

Campos Alum, Edgar Ynsfrán, Alberto Planás y Camilo Almada Sapriza, fueron algunos de los encargados de torturar terriblemente a Severo, de la siguiente manera, en sus propias palabras:

“Me golpeaban con todos los instrumentos que ellos tenían. Me pegaban con cachiporras eléctricas en las plantas de los pies y subían la electricidad hasta los testículos y luego hasta el cerebro. Era terrible. Me desmayaba, pero ellos me despertaban tirándome agua fría”.

Luego de su encierro fue designado Miembro del Comité Central del PCP. La Federación Sindical Mundial (FSM), Amnistía Internacional y otras organizaciones internacionales presionaron muchos años por su liberación. Severo fue parte de la huelga de hambre de presos políticos en marzo de 1976 y en enero de 1977. 

Luego de pasar más de 14 años encerrado, fue liberado y recibió asilo en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Posteriormente volvió a la Argentina para seguir con sus tareas de dirección del PCP, fue delegado en la FSM y del partido en Cuba y Alemania. Junto a Manuel Ramos (militante del PCP que también estaba exiliado), como parte de una delegación sindical, visitó Corea del Norte a inicios de la década del ‘80.

Con la caída del régimen stronista en 1989, Severo pudo volver definitivamente al Paraguay. Participó activamente en la formación de los militantes del PCP hasta la segunda década del siglo XXI. Falleció en Asunción, en mayo de 2023 a los 96 años de edad. 


Referencias

  • Archivos de Adelante!
  • Antonio Bonzi, (2001). Proceso Histórico del Partido Comunista Paraguayo: Un itinerario de luces y sombras, Asunción, Arandurá.
  • Documentos varios del Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos/Archivo del Terror. Museo de la Justicia, Asunción. 
  • Documentos del Partido Comunista Paraguayo (PCP).
  • Informe final: anive haguã oiko. T. 7: Algunos casos paradigmáticos (1. ed edición), 2008, p. 225.
  • Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) del año 1978. Sección III, Paraguay.
  • Folleto del Grupo Memoria, Julio/Agosto 2012.
  • Nota de Amnistía Internacional, Número 26 del mes de mayo de 1978. 
  • Severo Acosta Aranda, entrevista con Fernando Robles, 2019. 
  • Víctor R. Duré y Agripino Silva, “Frente Unido de Liberación Nacional (1959-1965), guerra de guerrillas como guerra del pueblo”, en Novapolis, Asunción, n° 8, 2004, pp. 60-90.