Memoria del Futuro | Por Jean Mersault  

La clase obrera habla por nuestras bocas,

y nosotros, proletarios, somos los que empujamos la pluma.

Vladímir Mayakovski, Conversación sobre la poesía con el inspector de impuestos a la
literatura

Santiago Dimas Aranda, nació un 25 de marzo de 1924 en el departamento del Guairá, sí. Podríamos afirmar que su centenario de nacimiento es nada más ni nada menos que una fecha azarosa que no tiene más sentido que las hojas que caen de cualquier árbol en otoño. Tal como Karl Marx (Marx & Engels, 1973) afirmó a Kugelmann en una carta fechada en 1871: “la historia tendría una naturaleza muy mística si el azar no desempeñase ningún papel”.

Sin embargo, la labor de Dimas Aranda, por otro lado, implica mucho más que una fecha producto del azar, abarca toda una vida marcada por la literatura y el compromiso con las clases oprimidas. Este autor sufrió la persecución y la exclusión debido a que confrontó con la ideología burguesa en los diversos géneros literarios: desde la poesía, la narrativa, el ensayo, hasta la dramaturgia. Soportó todo tipos de embates y bajó la literatura del cielo a la tierra, lo puso al nivel del proletariado, siendo él mismo uno. 

Santiago Dimas Aranda.

Escribió sobre él, Luis María Martínez (Dimas Aranda, 2008), lo siguiente: 

Ha sabido dar expresión a segmentos del Paraguay profundo y verdadero. Al país de historias trágicas y deslumbradoras como al poblado por lobregueces y esperanzas consumidas. Reconocido como escritor de popular extensión en espíritu y materia, tanto por las combatidas aguas que maneja – ¡un río perenne! – y por las muestras de las incidencias ciudadanas que condicionan los fuegos de la historia, vivas en las letras concebidas.

Pese a la limitada difusión de sus obras, obstruidas por la fracción pueril de la literatura oficial, oscura y desorientadora, que otorga resonancia únicamente al precio antiético de poderío económico y social, Aranda avanza y es cual hito, sostenido por sus inquietudes multitudinarias y por la conciencia de millones.

La prosa de Dimas es una daga a la oligarquía y a la cómplice institución eclesiástica paraguaya, su poética es un arma cargada de crítica y asombrosa lucidez. Su obra editada comprende más de diez libros, incluyendo una antología poética referencial (realizada en co-autoría con Heddy González). A pesar de haber sido apresado en “La técnica” en varias ocasiones por su cercanía al Partido Comunista Paraguayo (PCP) y por sus obras de carácter agitador –detenciones en las cuales le incautaron libros de Mayakovski y manuscritos suyos– siguió escribiendo y denunciando las condiciones laborales y la opresión ejercida por el stronismo. 

A continuación se reproduce uno de sus tantos poemas acusados de “tendencia comunista”: 

La subversión

En Villamorra o Lambaré

dicen que fue.

Una bomba tal vez

o algo peor

en la octava de Reyes,

oh, Señor…

Dicen

que un experto descubrió

metida en un cajón

la subversión.

En el contexto de la militancia política colaboró con José Asunción Flores, quién también era amigo suyo, escribiendo la letra para la conocida canción “Obrerito”, que por un tiempo se convirtió en casi un himno de la organización comunista paraguaya. 

Dimas Aranda incursionó en casi todos los géneros posibles –siguiendo el ejemplo de Vladimiro Mayakovski–, pero fue en la novela donde obtuvo mayor reconocimiento y logró desenvolverse con amplitud: “La Pesadilla” (1984), “El amor y su sombra” (1984) y “Medio siglo de agonía” (1994). Dos de estas novelas fueron premiadas por el “Concurso Hispanidad 76”, certamen literario de carácter internacional organizado entonces por el Instituto de Cultura Hispánica (ICH). En estas obras prevalecen la denuncia y la crítica política. 

Aunque fue bloqueado por el gobierno stronista y tuvo que trabajar reparando máquinas de escribir durante gran parte de su vida, desde donde le tocó estar colaboró y fue impulsor de espacios, revistas y  asociaciones de escritores (Revista del PEN Club, Sociedad de Escritores, etc.). 

Sobre Dimas Aranda se pueden escribir cientos de ensayos y tesis, sí, pero Augusto Roa Bastos (Aranda & Martínez, 2013) logró en pocas líneas refrendar la relevancia del trabajo de este fantástico autor: 

En un tiempo como este, la poesía popular amasada con un vibrante clamor de las gestas, es una herramienta de iluminación y de combate, al mismo tiempo de ser una expresión artística y verdadera.

La poesía de Santiago Dimas Aranda lo es en su más genuino sentido. El Paraguay muestra en ella su rostro, «amalgama de sueños y paciencias», sobre el que ya planea, por encima del odio, la luz del triunfo de la justicia. Una poesía de vida y esperanza, captada en su latido más profundo por un poeta del pueblo.

A propósito de Mayakovski, en Conversación sobre la poesía con el inspector de impuestos a la literatura, aquel genial alegato lírico en donde habla de la intención revolucionaria de la poesía en tiempos de opresión, se refiere a esta como «esas palabras que ponen en movimiento millones de corazones durante miles de años» y continúa:

Declaro aquí —y sé que es cierto, no miento—:
comparado con los traficantes y los listos de hoy,
sólo yo estaré endeudado hasta el cuello.
Nuestra obligación es resonar como trompetas de broncínea garganta
en la niebla del filisteísmo y en las tormentas que se incuban.
El poeta siempre está endeudado con el universo,
pagando interés y penalizaciones sobre la tristeza.

La historia y el legado de Santiago Dimas Aranda siguen pagando el interés y las penalizaciones por haber enfrentado la tiranía. Es el valiente poeta de una época, pero, al mismo tiempo, es un deudor del universo, un poeta universal cuyas palabras seguirán liberando mentes y moviendo corazones durante miles de años.

«La palabra del poeta es la resurrección» dice Mayakovski, por ello, ¡debemos escribir con Dimas Aranda! ¡Recuperarlo! 


Ilustración de inicio: Archivo de Adelante. Imágenes generadas con IA por Noelia Cuenca.

Fotografías de Santiago Dimas Aranda extraídas de Internet.

Referencias

Dimas Aranda, S., & Martínez, L. M. (2013). Antología mínima (H. Benítez, Ed.). Arandura Editorial.

Dimas Aranda, S. (2008). Los pájaros nocturnos.Marx, K., & Engels, F. (1973). Correspondencia (J. Jesiot, Ed.). Editorial Cartago.