Saqueo, deuda y terror no son cuento chino

Editorial del 1 de junio del 2020.

El pasado lunes, en nuestro editorial decíamos que el combate a la corrupción por parte del gobierno era puro cuento chino, así como el cuestionamiento a la corrupción de los medios de prensa empresariales, o las promesas de cambio de las cúpulas de partidos conservadores como el Colorado y el Liberal.

Insistíamos al mismo tiempo y con igual énfasis, en que la mafia en el poder y la explotación que somete a la clase trabajadora, no son cuento chino.

Recordamos estas cuestiones porque el gobierno del fraude, siguiendo los consejos del imperialismo y sus monopolios, plantea la posibilidad de endeudar a Itaipú por 20 mil millones de dólares, mientras continúa la corrupción en todos los ámbitos, poniendo en riesgo la vida de quienes vivimos en el Paraguay, además de seguir favoreciendo a las patronales en perjuicio de miles de trabajadoras y trabajadores, apañando el incumplimiento de los derechos laborales. A todo esto, le sumamos la balacera de este fin de semana, que dejó como saldo un niño herido e internado, además de una combinación de impotencia, culpabilidad, rabia y terror en nuestra población.

El proyecto del gobierno del fraude es de saqueo, deuda y terror. Y esto sique no es un cuento chino. Es una poderosa y peligrosa realidad que genera impotencia en nuestro pueblo, porque muchas y muchos no encuentran la forma de parar la corrupción y la represión violenta.

También genera una angustia culposa el reiterado mensaje de las patronales a través de sus medios, y del gobierno, como su intérprete, que intenta hacernos creer que como pueblo somos los responsables de toda esta crisis. De hecho, el gobierno pretende trasladar a la gente la responsabilidad de que se vuelva a una cuarentena más dura por la “falta de cuidados de la población”, cuando que nos encerraron durante semanas para poner en condiciones el sistema de salud, y en vez de gestionar con la solvencia y urgencia que demanda este momento, se permitieron escandalosas y criminales irregularidades que fueron determinantes para que hoy estemos con el mismo inservible sistema de salud incapaz de enfrentar la pandemia.

Mucha rabia genera toda esta situación, y esa rabia nos empuja a gritar, denunciar, llamar a acciones protesta y a insistir en cuidarnos como pueblo, ante el lamentable actuar del Estado.

Las persecuciones laborales apañadas desde el Ministerio del Trabajo y desde el Poder Judicial, los amedrentamientos a las comunidades campesinas y a los sin-techo, los abusos con el pueblo trabajador por parte de la policía y los militares, así como la balacera de este fin de semana, muestran la expresión del Terrorismo de Estado que pretende acallar la protesta y la organización de las mayorías trabajadoras. Es el terror que quieren imponer en la población para que tengamos miedo de luchar y exigir nuestros derechos.

A pesar del proyecto de saqueo, deuda y terror, por parte del gobierno de Mario Abdo contra las mayorías trabajadoras, las movilizaciones y la unidad de base en los barrios permitió que se consigan atención a las ollas populares, como también el esfuerzo de unidad de base y de presión de la clase trabajadora, ha logrado parar toda la avalancha de perjuicios que las patronales pretendieron descargar en nuestra contra.

Identificar que ningún trabajador honesto debe ingresar al Partido Colorado o al Partido Liberal es un gran paso para avanzar en la construcción de unidad de clase, con sindicatos y movimientos sociales fuertes, capaces de hacer síntesis política propia para asumir la dirección del país. Necesitamos un gobierno de la clase trabajadora. Desde el Partido Comunista luchamos por esta necesaria unidad. Y esto, tampoco es cuento chino.

*Imagen de inicio: «Finales», ilustración del artista argentino Pablo Bernasconi.