Internacionales | Por Secretaría de Relaciones Internacionales


Palestina ocupada

El Ministerio de Salud de Gaza informó que desde el 7 de octubre del 2023 han muerto 47.317 gazatíes y 111.494 resultaron heridas y heridos y al menos unas 10.000 personas siguen desaparecidas.

El presidente estadounidense, Donald Trump, propuso el traslado de los desplazados internos gazatíes —un millón y medio de personas— a países vecinos como Jordania o Egipto. Con una clara intención de limpieza étnica alineada con la propuesta sionista más extrema, la medida busca también posibilitar en un futuro el asentamiento de colonos “israelíes” en Gaza. El Partido Comunista Palestino publicó un comunicado denunciando esta medida de limpieza e hizo un llamado de alerta para todas las fuerzas progresistas. Esta posible segunda Nakba fue rechazada tanto por los países mencionados como por el senador republicano Lindsey Graham —el principal defensor de la política sionista en el Congreso—. Esta propuesta puede entenderse como un acercamiento del gobierno estadounidense hacia los políticos sionistas de “extrema derecha” ante el debilitamiento de Netanyahu, aunque con un poder disminuido, sigue siendo demasiado influyente en “Israel”.

Todo esto ocurre mientras 300.000 palestinos vuelven a sus hogares —o lo que queda de ellos— en el norte de Gaza. Luego de 15 meses se habilitó el paso por el corredor Netzarin, carretera/puesto de control creada para dividir a Gaza en dos. La parte norte sufrió la furia del ejército de ocupación como ninguna otra, se estima que la destrucción alcanza el 90% del mobiliario, lo que significa también toneladas de escombros y problemas respiratorios causados por el polvo de los mismos.

Desde el acuerdo de alto al fuego 7 rehenes “israelíes” fueron liberadas, mientras que “Israel” liberó a 290 rehenes, en su mayoría mujeres.

Líbano

En el sur del Líbano 26 personas fueron asesinadas y más de 130 fueron heridas por el ejército de ocupación en dos días de protestas. Según el acuerdo del alto al fuego, “Israel” debía retirarse antes del 26 de enero del sur del Líbano, pero la fecha se extendió hasta el 18 de febrero. Esto ocasionó protestas y marchas de residentes del sur libanés, que al regresar a sus pueblos se encontraron con la negativa “israelí” de permitirles la vuelta, abriendo fuego contra los civiles. Se estima que 4.000 personas murieron en el Líbano tras la invasión del ejército de ocupación.