Editorial del 9 de septiembre de 2024
Según una encuesta realizada por una consultora y publicada por un medio de comunicación ayer domingo, la clase trabajadora entiende que más de la mitad de sus problemas económicos actuales (53%) son por el endeudamiento; en segundo lugar (23%) por la caída de los salarios; y en tercer lugar (15%) por la pérdida de empleo.
Desde ayer también —y en estas últimas semanas—, estamos volviendo a padecer una gran contaminación del aire que nos genera problemas para respirar; generando mayor peligro en mucha gente con enfermedades crónicas de carácter respiratorio. Es el resultado de los incendios a gran escala que se vienen produciendo en el marco de una terrible sequía y la criminal estrategia de sojeros y ganaderos que inclusive realizan las quemas para «limpiar» sus campos.
La combinación de incendios y deterioro ambiental, como consecuencia de un modelo productivo concentrado en la agroganadería —con escasísima generación de empleo y altísimo grado de contaminación—, sumado al acelerado crecimiento de la deuda de las mayorías trabajadoras, como consecuencia de los bajos salarios que no permiten llegar a fin de mes, nos viene asfixiando de manera alarmante.
El sábado 7 de setiembre, durante el III Festival de la Juventud Comunista Paraguaya, la organización política organizó un debate sobre la deuda de la clase trabajadora y los problemas que genera en la salud mental, atendiendo a que la desesperación por no llegar a fin de mes y no poder pagar las deudas, a consecuencia de la creciente pérdida de la capacidad adquisitiva, viene generando profundos problemas emocionales en las familias trabajadoras, disparando niveles de ansiedad, estrés, depresión, ataques de pánico e intentos de suicidio, entre otros males.
En este escenario, necesitamos coordinar nuestros tiempos y espacios para encontrarnos y pensar juntos para defender nuestros intereses. No nos alcanza para sostener nuestra alimentación, vivienda, vestimenta, transporte, educación, salud. Por eso nos endeudamos. Y al cabo de un tiempo, nuestras deudas nos condicionan y desesperan, generando conflictos familiares, laborales y de salud. Es de fundamental importancia que resolvamos cómo confrontar esta propuesta de las patronales que nos perjudica enormemente y es totalmente injusta.
En el marco de estos problemas muy serios y graves, como el endeudamiento para consumo, los incendios y desmontes que contaminan nuestro aire y exterminan a los pueblos indígenas, el títere Peña sale a valorar la situación del Paraguay y las posibilidades de desarrollo industrial, en el marco del día nacional de la industria (que fue el 8 de setiembre), colocando el grado de inversión como elemento fundamental para promover el crecimiento industrial en nuestro país. Con esta posición del gobierno, se sigue profundizando la cualidad cínica que tiene, pues miente y miente sin ninguna vergüenza, atendiendo a que el principal desarrollo industrial del Paraguay en los últimos años ha sido el de las industrias maquiladoras, que vienen a nuestro país porque no le cobran impuestos y pueden pagar bajísimos salarios.
El dato fundamental y cruel de las inversiones en el Paraguay es que las maquiladoras son privilegiadas para producir mercancías que serán vendidas a otros países, lo cual significa que les favorece que la clase trabajadora paraguaya gane muy poco, porque además de abaratar su producción, no les molesta en absoluto que trabajadoras y trabajadores no tengan capacidad adquisitiva porque las mercancías no se venderán dentro del país.
Un Paraguay deforestado y contaminado con una clase trabajadora explotada, excluida, endeudada y enferma es parte de la propuesta de los multimillonarios que dominan nuestro país. A esto le debemos sumar el total control de la narcomafia desde hace años, desde la tiranía de Alfredo Stroessner, sobre los tres poderes del Estado y podremos comprender por qué la violencia extrema y la inseguridad siguen avanzando a grandes pasos.
Frenar este camino hacia mayor violencia, enfermedad, hambre y muerte, exige esa voluntad de encontrarnos entre trabajadores para planificar la resistencia a este criminal proyecto liderado actualmente por el cartismo. Unidad, conocimiento de nuestros problemas comunes, conducta ejemplar que demuestre el compromiso y el cumplimiento de los acuerdos, son las bases esenciales para aprovechar nuestra inteligencia y creatividad colectiva. En la medida en que crezca la unidad y la organización de las mayorías trabajadores, la valentía será más grande.
10 septiembre, 2024 a las 9:51 am
Son los mismo que quieren gobierno como Cuba, Venezuela, Nicaragua etc etc