Por Oscar Herreros Usher

El pasado viernes 10 de noviembre tuvo lugar una reunión entre varias organizaciones de jubilados y pensionados y funcionarios del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS) y del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

La información sobre el evento la dio el MTESS por medio de su página web [1]. Vale la pena transcribir el primer párrafo del texto de referencia:

Las representaciones nacionales de jubilados expresaron su conformidad con los cambios propuestos en la elaboración de un nuevo proyecto de ley por el cual se reglamenta el rol supervisor del Estado a las entidades de jubilaciones y pensiones, alcanzándose así otro avance importante hacia un acuerdo para la reforma de la seguridad social en el país.

¡Por fin? Hay acuerdo, se ha establecido la concordia. Y vivieron felices y comieron perdices.

Nada más lejos de la realidad. Lo que presenta el MTESS es información engañosa. A la reunión asistieron unas 18 agrupaciones de jubilados pero no todas fueron a buscar acuerdos sobre un proyecto de ley, corrientemente llamado “de Superintendencia”, que es firmemente rechazado por las diversas organizaciones, especialmente las de jubilados, nucleadas en el Frente Sindical y Social.

Buena parte de los jubilados no fue a negociar ni a acordar nada sobre ese proyecto de ley sino a manifestar su rechazo. Un rechazo que se fundamenta no en objeciones puntuales, las que muy fácilmente el gobierno puede aceptar, como lo ha hecho, y que utiliza para afirmar que “el sector de los jubilados expresó su conformidad con estos cambios”. Son innumerables las oportunidades en que los jubilados así como los diversos sindicatos que integran el Frente Sindical y Social, han manifestado que las razones fundamentales de su rechazo al proyecto de ley son:

  • la intención de aprovechar los fondos administrados por las diversas entidades de jubilaciones y pensiones del país para financiar la deuda pública y capitalizar a empresas privadas, y
  • como consecuencia inevitable debilitar el sistema de reparto intergeneracional solidario para abonar el terreno al de capitalización individual a cargo de empresas de capital privado y fondos de inversión transnacionales.

En el sistema de reparto solidario aportan los trabajadores, los empleadores y el Estado. Estos tres sectores tienen obligaciones y responsabilidades. En el sistema de capitalización privada sólo aporta el trabajador y, en consecuencia su jubilación es mucho menor como se ha comprobado en los países en que fue implementada; además debe pagar a la empresa administradora por sus “servicios”. En este sistema la patronal y el Estado se desentienden de la seguridad social, se sacan de encima el problema y, por supuesto, es de su interés y conveniencia promoverlo y recurrirán a todo tipo de maniobras para que así sea.

Dice también el MTESS “sector de los jubilados [ … ] adelantó la predisposición de sellar un acuerdo para continuar con el proceso de reforma de la seguridad social, tal como lo hicieron días pasados los representantes de los sindicatos y de los gremios empresariales”. Otra falsedad pues son muchos los sindicatos tanto del sector privado como del público, y también jubilados que reclaman el archivamiento del citado proyecto de ley, con o sin modificaciones cosméticas, como condición ineludible para un diálogo y debate sin condiciones y con participación amplia de trabajadores activos y jubilados para iniciar un proceso de reforma del sistema de seguridad social.

La clase trabajadora, cuyas manos son las que crean la riqueza de la sociedad, debe estar atenta y no dejarse engañar por las triquiñuelas informativas del gobierno, cuyo objetivo en este asunto no es la protección sino el saqueo de los fondos jubilatorios.

No está demás recordar que el referido proyecto de ley “de superintendencia” forma parte del paquete de reforma del Estado acordado por el gobierno anterior con el Fondo Monetario Internacional. De otra manera no se explica la participación del Ministerio de Economía y Finanzas en las reuniones que se vienen realizando dado que la seguridad social no es del ámbito de su competencia.

Deben también convencerse las y los trabajadores que la única forma de enfrentar con éxito la arremetida del gobierno y de la clase empresarial es la organización y la movilización. Es importante participar de las diversas convocatorias que en estos días se realizan. Históricamente las conquistas sociales se han logrado en la calle, los “acuerdos” en la mesa de negociaciones no son sino su consecuencia.

Referencias

[1]       https://www.mtess.gov.py/noticias/gobierno-avanza-hacia-un-consenso-nacional-para-la-reforma-de-la-seguridad-social

Ilustración de inicio extraída de Internet.