Al mediodía de hoy el Congreso sancionó la Ley de Comedores y Centros Comunitarios. Cira Novara, referente de la Articulación de Ollas Populares, nos cuenta sobre el proceso de construcción, el enfoque integral y los desafíos de esta propuesta legislativa que resulta de la organización y la lucha de los sectores populares por su derecho a la seguridad alimentaria y a una vida digna.
Una asignación de 11.000 millones de guaraníes será contemplada dentro del Presupuesto General de la Nación 2022 para la provisión de insumos, en el marco de la ejecución de esta iniciativa que busca otorgar seguridad alimentaria y contribuir al desarrollo integral de las comunidades, con énfasis en las más carenciadas, fortaleciendo comedores y centros comunitarios con actividades de capacitación laboral, espacios de cuidado para niñas y niños, refuerzo escolar, proyectos de producción local.
La propuesta legislativa recibió media sanción en Diputados el día de ayer y hoy fue aprobada en sesión extraordinaria en la cámara de Senadores.
Al respecto de esta victoria del pueblo organizado, conversamos con Cira Novara, referente de la Articulación de de Ollas Populares.
«Es importante recalcar algunos aspectos relacionados a este proyecto de ley. En primer lugar, que no es producto de un trabajo solamente técnico realizado entre cuatro paredes, sino que surge especialmente de la organización popular, del trabajo que venimos haciendo las Ollas Populares desde hace dos años y medio. Lo que se vino debatiendo en todo este tiempo de trabajo en las comunidades está plasmado en cada uno de sus artículos«, afirma Novara.
Las Ollas Populares surgen en tiempos de pandemia como una iniciativa popular para poder alimentar a las familias, tras el cese de todas las actividades decretado por el gobierno de Mario Abdo sin ninguna política de asistencia a los sectores más afectados. Tal como recuerda Cira, «en ese contexto, en donde se evidencia la profundización de la crisis, las referentes de las comunidades empiezan a organizarse para brindar por lo menos un plato de comida a las familias. Esa iniciativa se convirtió en una lucha diaria llevada adelante por comunidades de Caacupemi, Bañado Sur… que se denominó Ollas Populares Solidarias. Fuimos visitando a referentes de otras localidades, como el Bañado Tacumbú, Bañado Norte, Mariano Roque Alonso, y conformamos la Articulación de Ollas Populares. Desde allí trabajamos fuertemente para que el Estado paraguayo brinde insumos y asista a las Ollas. Y conquistamos en setiembre del 2020, la Ley 6603 de apoyo y asistencia a las ollas populares organizadas.»
Novara señala que la Ley 6603, si bien posibilitó la entrega de insumos secos, carnes y verduras, lo hizo de forma muy limitada en cantidad y variedad, reforzando la necesidad de seguir luchando por seguridad alimentaria y para que el Estado asuma su obligación de hacer posible este derecho. «Seguimos reuniéndonos y constatando que era fundamental sostener las ollas, y ya no solo en periodo de pandemia, sino lograr que sea sostenible este trabajo en las comunidades. Es así que planteamos reuniones con otros sectores y, desde la Articulación de Ollas Populares, convocamos a organizaciones como el Movimiento Patria Nueva, la Coordinadora de Lucha por la Tierra del Bañado, La Poderosa de Encarnación, la Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, la Plataforma de DDHH. En ese proceso de organización y arduo trabajo fuimos construyendo en conjunto una propuesta que se plasmó este año en el proyecto de Ley de Comedores y Centros Comunitarios«.
«Esta propuesta legislativa la fuimos trabajando con un equipo técnico de la Comisión de Desarrollo Social del Senado«, señala valorando la participación activa del senador Rasmussen, así como la gestión de la Articulación con representantes de diferentes sectores partidarios para que dicha iniciativa popular sea apoyada desde la multibancada. «No fue un trabajo fácil, implicó visitas y reuniones con numerosos sectores políticos, trabajo con las bases en diferentes territorios. Hemos llegado a ollas que funcionan todavía y también a otras que dejaron de funcionar por la falta de insumos. Un trabajo de mucho esfuerzo y presión social, porque existían sectores partidarios en el Senado que querían postergar el estudio del proyecto o incorporar modificaciones«.
Voceras del pueblo. Cira señala como otro aspecto destacado, el empoderamiento de las mujeres que levantaron sus voces referenciando su liderazgo y protagonismo en este proceso de construcción de poder popular. «Las referentes de las ollas hicimos una gran campaña comunicacional invitando a la ciudadanía a que se sume a esta lucha. Utilizando especialmente las redes, llegamos a la población, a los medios de prensa, y tuvimos una acogida muy favorable. Las olleras se fueron empoderando con fuerza. Yo creo que lo más grandioso, aparte del trabajo en las ollas, es que las compañeras se hicieron voceras del pueblo. Esto es realmente digno de destacar. Empezaron a presentarse en las redes, a hacer videos, a dar entrevistas en los diferentes medios de prensa, a explicar públicamente las problemáticas que abarcaba la propuesta de ley. Y así llegamos a diputados, a senadores, y en esta última etapa, estamos viendo los frutos de ese enorme esfuerzo colectivo«.
En la foto, referente de la Articulación en manifestación frente al Panteón de los Héroes, abril de 2022.
Sobre la modificación que se dio en Diputados. Cira refiere que la propuesta de Ley de comedores y centros comunitarios, dispondrá no solo de recursos provenientes de Fuente 10, sino también requiere al Ministerio de Desarrollo Social la reprogramación de los rubros presupuestarios que no está utilizando. «Esto fundamentalmente viene a raíz de que en estos últimos días, diputadas denunciaron la no utilización de los recursos destinados al apoyo a las ollas, específicamente de los poco más de 5.000 millones de guaraníes que habían sido destinados, a través de la ley 6603, para la compra de insumos. Lo que hay que remarcar para evitar futuras trabas, es que estos rubros fueron definidos para las ollas populares, y lo que planteamos es una ley de comedores y de centros comunitarios. Es decir, se aprobó 11 mil millones de guaraníes, a los que se suman estos 5 mil millones para que sean utilizados también para este rubro de comedores y centros comunitarios. Sin embargo, las ollas populares siguen funcionando y no todas podrán convertirse en comedores porque para ello se necesita infraestructura y hoy no existen rubros presupuestarios para la construcción de nuevos comedores. Esto es algo que debemos analizar«.
Novara expresa que como Articulación son conscientes de que la lucha va a continuar, ya que los recursos que el Estado dispone para la ejecución de la ley son insuficientes para hacer frente a la envergadura del proyecto. «Nuestra lucha va a continuar porque el proyecto es amplio y 11 mil millones de guaraníes es un presupuesto muy limitado para todo lo que abarca. La propuesta de Ley de comedores y centros comunitarios plantea no solamente la provisión de insumos para cocinar, también requiere que estos sean de calidad, variedad y en cantidad suficiente. Por lo tanto, se tienen que incluir las recomendaciones del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición, del INAN, que fueron plasmadas en un documento fundamentado en estudios sobre lo que tienen que contener las ollas«.
Finalmente, el tercer aspecto resaltado por Novara es la integralidad del proyecto en cuanto a propuesta de desarrollo comunitario: «nuestra propuesta legislativa plantea que la compra de insumos sea a pequeños productores para incentivar la agricultura familiar campesina. Así también, dispone que los comedores y centros comunitarios tengan espacios de cuidado para niños y niñas de familias trabajadoras, y que estos locales estén en la comunidad; al igual que espacios educativos de refuerzo para niños y niñas en edad escolar y para jóvenes que hayan tenido que dejar sus estudios; espacios de formación laboral, la concesión de proyectos productivos diversos como panadería, producción hortícola, cría de animales menores, proyectos que ya vienen funcionando en algunas comunidades, y que requieren de recursos para continuar y ser extendidos. Una vida digna implica, salud, educación, tierra, vivienda, trabajo, vestimenta. Es fundamental entender que este proyecto de comedores y centros comunitarios, busca avanzar hacia el derecho a una vida digna, por eso trasciende a las ollas populares, da un paso más.«
En la foto, Cira Novara (primera de la izq.) con sus compañeras de la Articulación de Ollas Populares, mayo de 2022.
Con respecto a los desafíos del pueblo organizado y las obligaciones del Estado, Cira indica que será necesario «seguir luchando articuladamente, unir la fuerza de los sectores populares para exigir al Estado paraguayo que cumpla no solamente con la dotación de presupuesto, sino también con el control de la utilización de los recursos. Por ejemplo, Contraloría tiene que actuar. Nosotras, desde las organizaciones populares lo que podemos hacer es denunciar en caso de malversaciones descubiertas o utilización de fondos en campañas políticas, pero no nos corresponde ese control fuerte y profundo que es función de Contraloría. Existen instituciones creadas para ello. Sí vamos a exigir participar en los procesos de control de especificaciones técnicas y licitaciones, porque venimos de una experiencia reciente en la cual varios de los productos adquiridos tanto por la Secretaría de Emergencia como por el Ministerio de Desarrollo Social, fueron de muy mala calidad. Y estamos hablando de la vida y la salud de niños, jóvenes, embarazadas, personas mayores. Una alimentación nutritiva es el eslabón más básico para una vida digna, para el desarrollo de una comunidad«.
La Ley de comedores y centros comunitarios sancionada hoy por el Congreso, ahora pasa al Ejecutivo para su promulgación o veto. La Articulación de Ollas Populares festeja esta victoria del pueblo organizado y espera su aprobación definitiva.
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