Ayer el prolífico escritor comunista Luis María Martínez cumplió 89 años. En torno a su obra, compartimos reflexiones de un joven camarada.
Por Jean Mersault.
No hay quien lo enfríe, quien lo despedace.
Retrocede la helada en las orejas
de este fuego vital que sopla y hace.
Miguel Hernández.
Hace unas semanas en la feria del libro, recorriendo pasillos, mirando libros, una amiga señaló un libro de Federico García Lorca, y me dijo que su Romancero Gitano había inaugurado para ella un antes y un después. Seguimos la caminata hasta llegar a un puesto, yo estaba en la búsqueda de un libro de Luis María Martínez, cuya vida y obra despiertan en mí un sentimiento parecido. Estaba necesitando su «Periodista inoportuno».
Mi primer acercamiento había sido a través de «El trino soterrado», esa gran aproximación a la poesía social del Paraguay, pero ignoraba cuando eso a la persona que estaba detrás de esa edición. Hasta que hace unos meses lo conocí en un acto en su homenaje en la embajada argentina. Lo saludé y conversamos. Luego de ese encuentro comencé a adentrarme en algunos de sus más de treinta libros publicados, entre poesía, periodismo y crítica. Todas las biografías en estos libros mencionan los numerosos premios, reconocimientos, etc., que aunque no están de más, no creo que hayan sido su motivación para escribir. Yo había, justamente, leído una entrevista suya donde decía:
Creo que la literatura debe animar a amar la belleza, además a fortalecer el sentido crítico de la gente, en el examen de la experiencia histórica del país. Mostrar lo que anhelamos y lo que necesitamos con la máxima urgencia: superar esa especie de parálisis histórica en la que aún permanece el país y hacer progresar al país en todos los sentidos. Estimo que el tema social es tan vigente y fundamental como desde hace mucho tiempo. Los problemas sociales, casi todos, tienen una crítica vigencia: la salud, la educación, la vida política poco justa y libre, las desigualdades económicas y sociales, la escasa evolución del itinerario histórico del país y un enorme montón de cosas más. (E’a Periodico Informativo, 2013)
Además de sus logros como un gran ensayista y poeta, su compromiso militante durante una de las más duras dictaduras de la región y del mundo, es digno de todo el reconocimiento. Luis María Martínez, es un escritor que puso su pluma al servicio del pueblo, que nunca dio la espalda a la realidad social y que sacrificó la comodidad intelectual por una sostenida lucha cultural, así venció la atmósfera del miedo creado por el régimen para alentar el silencio.
Después de encontrar en una librería bastante conocida su «Cuaderno de Notas», abrimos una página al azar y leímos una anotación del 31 de diciembre de 1976, donde escribió:
Después de esta noche cambiará de número el año. Y la vida seguirá en el río del tiempo. La cultura tratará de avanzar a pesar de sus tropiezos, de sus harapos materiales. El país con el pueblo, tratarán de moverse hacia el portal de la aurora, hacia las luces del porvenir. A pesar de las duras cerrazones, de los dictadores existentes, del sanguinario poderío temporal de los verdugos. (Martínez, 2002)
La literatura como proceso, como medio, en palabras del propio Luis María es un fenómeno de carácter colectivo, dado que sus ingredientes son extraídos del mundo exterior, y el creador es un ser social, ligado a un contexto que lo construye y que refiere en su obra. Entonces, ¿cuándo se construye su literatura? ¿en el año escrito? Creo que no, su literatura está viva, su poesía está viva, es creada nuevamente todos los días, cada vez que es leída o escuchada, interpretada o reproducida, es parte ya de un corpus literario más grande que respondió y sigue respondiendo a la necesidad del pueblo. Él es, por lo tanto, representación de su pueblo.
Alrededor del tereré, del café, del vino, de la cerveza, en una mesa cualquiera, en una marcha, en un escenario de lucha o en un lugar cualquiera, con la gente, con el pueblo, con todas y todos nuestros camaradas, cada día, en cada lectura se vuelve a escribir y resuena nuevamente cada verso de «Desde abajo es el viento» (Martínez, 1970):
¡Muerte al inerte viento lento – lento!
Vida, fuego y pasión a los errantes
vientos que sopla un pueblo turbulento
que ve crecer su sombra enfrente y antes.
Y jamás hacia atrás, sino adelante
de un pueblo que se aíra airadamente
con la pasión de un ser en ser gigante
deseando hacer vida diferente.
¡Como el sol y como el viento!
La rebeldía de Luis María tuvo claramente dos expresiones: la creación literaria y la acción revolucionaria. Allí es dónde encontró la fuerza de la unidad y del arte como una forma de luchar por la verdad y la belleza. En sus propias palabras: dado que hace tiempo se han conquistado los mecanismos de expresión la responsabilidad es absoluta para con la memoria, debemos ser plenamente conscientes de ellos.
¿Qué es, pues, su arte? Luces que nos muestran el camino de la libertad. Llamas que encienden el corazón del caminante.
Sigamos avivando el fuego de la vasta obra de Luís María Martínez que se extiende hasta la juventud como la obra de todo un pueblo, como nuestra obra, en cada palabra, en cada verso, en cada frase, revela y se rebela nuestra historia. Ese es el máximo homenaje.
Referencias
Casola, A. (2012). Luis María Martínez: Obrero de la palabra (Primera edición). Arandurā.
E’a Periodico Informativo. (2013). Luis María Martínez: “Los problemas sociales, casi todos, tienen una crítica vigencia”. E’a Periodico Informativo. http://ea.com.py/luis-maria-martinez-los-problemas-sociales-casi-todos-tienen-una-critica-vigencia/
Martínez, L. M. (1970). Desde abajo es el viento (1964-1970). Sd.
Martínez, L. M. (2002). Cuaderno de notas (1959-1976) (Primera edición). Arandurā.
[1] Luis María Martínez nació en Asunción, Paraguay, en 1933. Poeta, cuentista, ensayista y periodista. Presidente de la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP) de 1990 a 1991 y director de la Revista «Estudios» entre 1986 y 1990. De extenso recorrido poético, su obra se caracteriza por un fuerte acento crítico-denunciatorio. Varias veces galardonado con premios literarios, ha publicado más de una treintena de libros, de los que se destacan, por ejemplo, los poemarios Armadura fluvial (1961), Ráfagas de la tierra (1962), Desde abajo es el viento (1970), Clarea el firmamento (1975), Perpetuamente alondra (1982), Ya no demora el fuego (1986) y una muy valiosa recopilación antológica, en dos tomos, de la poesía social paraguaya: El trino soterrado, volúmenes I (1985) y II (1986).
Obras disponibles en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: https://www.cervantesvirtual.com/obras/autor/martinez-luis-maria-1933-4672
Reblogueó esto en Filosofía cotidiana.
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