Flores, de vuelta y para siempre 

Memoria del Futuro | Por Jean Mersault*

«El hombre se apropia de su ser universal de una manera universal, o sea en tanto que hombre total. Cada una de sus relaciones humanas con el mundo: ver, oír, querer, actuar, amar, en fin, todos los órganos de su individualidad, que son inmediatos en su forma como órganos comunes, son, en su relación objetiva o el comportamiento ante el objeto, la apropiación de ese objeto. La apropiación de la realidad humana, la manera de comportarse ante el objeto, es la manifestación de la realidad humana».

K. Marx, Manuscritos económicos y filosóficos de 1844.

José Asunción Flores, nació en Asunción, en el barrio popular de la Chacarita, donde desde muy joven enfrentó la dificultad económica y, teniendo que trabajar, en ese contexto creció su genio con una enorme consciencia y lucidez.  Decir que fue un creador sin igual, es decir poco, fue un poeta que supo transformar los dolores del exilio en un tributo a todos los oprimidos, es por ello que recordarlo se hace más que necesario en estos tiempos donde el arte se pone al servicio de quienes escriben la historia y no de quienes la sufren. 

Recuerdo mi primer contacto con su música, de niño, en la casa de un tío, mientras sonaba Nde rendápe aju, él comentó: Ha’e ningo comunista akué. Rohendu chupe radio de onda corta-pe, nde abuelo ndive, porque su música estaba prohibida cuando eso, hacíamos silencio y esperábamos que el vecino no fuera un pyrague.

En ese momento no entendí qué relevancia pudiera haber tenido aquello, ¿Qué más daba que hubiera sido comunista? Pensaba que la música escapaba de la realidad, creía también lo que comúnmente se dice, que el arte es apolítico. Pero lo cierto es que en el caso de José Asunción, es imposible hablar de sus composiciones sin hablar de su convicción ética y moral, de su visión del mundo, condicionada profundamente por la pobreza y la injusticia. 

Años más tarde comprendí que esa misma convicción para con la música, fue la que lo llevó a militar en el Partido Comunista Paraguayo (PCP), siendo miembro del Comité Central, hasta su muerte en el exilio, donde siempre mantuvo el compromiso con la causa proletaria. 

Flores, un gran admirador de Wagner y Beethoven, a los que debe ciertos matices, sin dejar de mencionar a Debussy y a los rusos, también puede ser considerado como ellos un profeta que, en la pluma de Shelley, no sólo capta el presente tal como es y descubre esas leyes por las cuales deben ordenarse las cosas, sino que contempla el futuro en el presente y sus pensamientos son las semillas de la flor y el fruto de los últimos tiempos [1].

Esas influencias recorren transversalmente la obra de José Asunción, pero a diferencia de estos últimos, él buscaba algo más, buscaba crear un lenguaje que pudiera encapsular toda la tradición popular del Paraguay, en pocas palabras un lenguaje del pueblo y para el pueblo, escapando de las estructuras academicistas y de manera autodidacta realizó una profunda investigación antes de concebir su primer manuscrito. 

En la búsqueda de esa verdad y, en sus propias palabras, entendió que: toda música que sea auténtica despierta los impulsos incontenibles del hombre hacia la libertad [2].

Sí, él, que fuera declarado traidor a la patria por el gobierno de Félix Paiva, él, el mismo que fue admirado por personalidades como Yuri Aranovich, Kabalesvsky, Shostakovich, Rafael Alberti, o Jorge Guillén. Pero eso no era lo que importaba, quería estar en su país, quería encontrar la melodía justa que conjugara la tradición y la actualidad, que pudiera servir a cada ser desgarrado para estar más cerca del sol y de la justicia. 

Sus investigaciones para tratar de concebir esa música que soñaba lo llevaban a desvelarse de la preocupación constantemente, pero ese compromiso no era con una abstracción, ese compromiso era para con sus compatriotas. 

Después de ese enorme proceso de frustraciones, calamidades, tristezas, en una entrevista dijo que: la Guarania es como una luz que se gesta en la entraña del pueblo y en un determinado momento del proceso histórico la luz aflora y camina hacia adelante, ¡siempre adelante! Se puede decir que es el lenguaje musical de nuestro país, un lenguaje comprendido por todos los pueblos del mundo llega a las más amplias masas populares por sus sentimientos humanos de esencia universal [3].

Ese es el punto clave, que trasciende las reglas y el hermetismo musical con que se le interpreta comúnmente [4], que la creación de la Guarania en su germen tiene una esencia universal. Estas obras responden a su pueblo, a su universo, tanto “Obrerito” como homenaje al proletariado, o el poema sinfónico “María de la Paz” compuesta en el contexto de la guerra fría y con el recuerdo aún fresco de las bombas atómicas lanzadas por el ejército estadounidense en Hiroshima y Nagasaki [5].  

Hoy, que conmemoramos 50 años de su fallecimiento, sigo escuchando con mi tío las composiciones de José Asunción Flores, dejándome así ese recuerdo con su padre, mi abuelo, con quién él compartía la música que fuera grabada en Rusia [6], pero con un contexto diferente. Ya no tenemos la radio de onda corta, lo escuchamos por un parlante conectado al móvil, con el recuerdo y el sentimiento intactos que recorren, generación tras generación, como testimonio inmortal de su inmensa humanidad, de su genio creador y de su inspiradora convicción.

El Maestro, El Poeta, jamás fue apolítico, como hoy se definen varios referentes del arte nacional, y esa dignidad que siempre demostró es probablemente su mayor legado, porque integra la historia de su vida y la de su acto creador, como lo dijera el propio camarada Flores: más que mi música pienso que mi legado a la juventud de mi Patria es el esfuerzo por mantener una dignidad, una fe en el inexorable destino libertario del Paraguay, que he tratado de sobrellevar venciendo (…) El compromiso no termina con la muerte de uno, sino que se intensifica. La victoria corresponde siempre a la juventud. [7]

*Por Jean Mersault, trabajador, estudiante y militante de la Juventud Comunista Paraguaya


Referencias 

[1] (Shelley, 1986)

[2] (Vallejos, 1972)

[3] (Talia, 1976)

[4] “Otro elemento destacado de nuestra música es la conducción sincopada de la melodía. Incluso, algunos afirman que la síncopa es un rasgo fundamental de la guarania. Pero, ¿es realmente así? Si fuese así, ¿cómo se explica que una de las guaranias más difundidas de la historia, como “Mis noches sin ti” (Demetrio Ortiz y María Teresa Márquez), no lleve ni siquiera una síncopa en su melodía? Lo mismo ocurre con “Mburikao”, si quisiéramos mencionar una obra del propio Flores. Creo que es conveniente traer esto a colación, teniendo en cuenta que a veces se nota cierta obsesión –principalmente en los músicos académicos– por tratar de sincopar todas las líneas melódicas de nuestra música, siendo que la melodía sincopada depende en gran medida del texto literario, que a veces permite las síncopas y, a veces, no.” (Sánchez Haase, 2021)

[5] “La obra empezó a ser escrita luego de terminada la Guerra de Corea (1950-1954), según comentaba el Maestro. El temor a una guerra nuclear entre los dos bandos en la Guerra Fría –Estados Unidos por un lado y la Unión Soviética, por otro–, que acabaría con la vida humana, dominaba el pensamiento de las personas en todo el mundo.

Flores y Elvio Romero, quien le pondría versos a la obra, eran, por esos años, miembros del Consejo Mundial de la Paz y participaban de las reuniones en Europa, debatiendo iniciativas para desalentar los esfuerzos belicistas de las principales potencias. Participaban de estos debates junto a personalidades como los esposos Joliot-Curie, Pablo Picasso, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Jorge Amado, Pablo Neruda, Ilya Ehrenburg, Rafael Alberti, el sabio chino Kuo Mo Fo, entre otros.” (Pecci, 2021)

[6] Disponible en: https://youtu.be/Nw6SArr7zCc

[7] (Vallejos, 1972)

Fuentes

Pecci, A. (2021). A 60 años del estreno de María de la Paz y Guyraû. Última Hora. https://www.ultimahora.com/a-60-anos-del-estreno-maria-la-paz-y-guyrau-n2957194.html

Sánchez Haase, D. (2021, febrero 7). Enigma y tormento en José Asunción Flores. El Nacional. https://www.elnacional.com.py/cultura/2021/02/07/enigma-y-tormento-en-jose-asuncion-flores/

Shelley, P. B. (1986). Defensa de la poesía (J. V. Selma de la Hoz, Trad.). Fuertearnera.

Talia, S. (1976). José Asunción Flores: Génesis y verdad sobre la guarania y su creador. Negri.Vallejos, R. (1972). Testamento del creador de la Guarania. La Tribuna.

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