La historia detrás de las vacunas cubanas que comprará Paraguay. En esta entrevista exclusiva para Adelante!, el embajador de Cuba en Paraguay, Raúl Gortázar Marrero, nos cuenta sobre la clave del reconocido éxito cubano en la batalla contra la COVID-19 y sus más resaltantes logros. Además, expone las graves implicancias del bloqueo que el gobierno de EEUU impone desde hace 61 años a la isla socialista y sobre la posibilidad de que Paraguay adquiera vacunas cubanas.

El 2020 sorprendió al mundo con la pandemia de Covid-19, causando estragos en las sociedades, afectando principalmente a los sectores más vulnerables. Incluso en los países más avanzados del capitalismo, como los europeos, y en el propio corazón del imperialismo, los Estados Unidos, llegando a convertirse en el epicentro de la pandemia y el país en el que la incidencia tanto del contagio como de la mortalidad era más elevada en la población afroamericana y latina. Sin embargo, países como China, Vietnam o Cuba, han presentado resultados favorables en cuanto a la gestión de la pandemia y sus impactos en la salud, demostrando claramente la superioridad de las economías centralmente planificadas, a diferencia de aquellos países y regiones en donde tras décadas de políticas regresivas de desmantelamiento de las conquistas obreras, como el acceso a salud pública gratuita y universal, se han limitado al máximo las posibilidades de acción de los Estados.

En esa línea se presenta el reconocimiento realizado por la revista científica The Lancet, felicitando los esfuerzos de Cuba en la gestión de la pandemia y el desarrollo de vacunas. Uno de los mayores éxitos es sin duda, el hecho de que se presenta hoy como el único país de América Latina en desarrollar su propia vacuna contra la COVID-19, con varios candidatos vacunales, dos de ellos en fase III.

Raúl Gortázar Marrero, embajador de Cuba en Paraguay.

Iniciamos esta entrevista conversando sobre los logros más resaltantes en la gestión de la isla socialista y sus aportes en esta batalla contra el coronavirus. Al respecto, el embajador cubano Raúl Gortázar nos cuenta:

Hay más de veinte medicamentos cubanos que forman parte del protocolo para el tratamiento y prevención de la COVID-19. Desde la aparición de los primeros casos en Cuba, el Centro Nacional de Biopreparados se consagró a la fabricación de varios de los principales fármacos de nuestra industria biotecnológica. Además, Cuba usa su propio modelo matemático, diseñado por profesores de la Facultad de matemática, física y computación de la Universidad de La Habana, en colaboración con otras instituciones del país, para predecir el comportamiento de la enfermedad. Todos sus pronósticos han sido acertados hasta la fecha. También se han desarrollado dos nuevos diagnosticadores para el SARS COV 2. Se ha logrado la creación del primer prototipo de respirador pulmonar para respiración asistida, fruto del trabajo del Centro de Neurociencias de Cuba.

Conducido por el Instituto de Hematología e Inmunología, en mayo del 2020 iniciaron los ensayos clínicos con células madre para tratar las secuelas pulmonares. Con este descubrimiento, los pacientes que estuvieron en estado grave tienen la posibilidad de mejorar de forma extraordinaria su calidad de vida. Muchos se han recuperado totalmente, sin ninguna secuela.

Actualmente suman más de 80 proyectos investigativos vinculados a la COVID-19, algunos terminados, otros en vía de ejecución. Ocho académicos cubanos fueron elegidos como asesores mundiales en la lucha frente a la enfermedad. Eso dice mucho de nuestros académicos e investigadores.

El 24 de agosto pasado, Cuba comenzó ensayos clínicos de la vacuna Soberana 1, que fue concebida por los científicos del Instituto Finlay. A la fecha, además de la vacuna Soberana 1, tenemos la Soberana 2, la Soberana Plus, la vacuna Abdala y la vacuna Mambisa.

Han logrado resultados excepcionales. La Soberana 1, ha tenido hasta la fecha un 95% de efectividad. En noviembre del año pasado, comenzaron los ensayos clínicos de la Soberana 2, y según Vicente Pérez Bencome, director del Instituto Finlay, se trata de una vacuna sin precedentes entre todas las que se han desarrollado contra la enfermedad, demostrando una extremada efectividad.

Cuba también está desarrollando la vacuna Soberana Plus, que se inyecta luego de que el paciente contrajo la enfermedad para contrarrestar las secuelas y rechazar nuevas cepas de COVID. Es decir, inmunológicamente crea una defensa superior ante nuevas cepas del virus.

«La vacuna Soberana Plus es la primera vacuna en el mundo que inmuniza contra nuevas cepas».

Investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología presentaron posteriormente dos vacunas candidatas: la vacuna Mambisa, que será realizada por vía nasal, no es inyectable, y Ambasa, cuya aplicación es intramuscular. A finales de diciembre, ambas recibieron la autorización del Centro de Control de Medicamentos de Cuba para iniciar los ensayos clínicos con población nacional.

Cuba inició la inmunización con su propia vacuna

Ya se comenzó a vacunar a la población de La Habana, con la Soberana 2, porque es la más avanzada entre las cinco. Cuando estaba en fase 3 de prueba, cincuenta mil voluntarios cubanos se pusieron la vacuna, y otros 48 mil se pusieron la vacuna Ambasa. Hasta ahora ambas vacunas tuvieron resultados excepcionales. Y se continúa con el uso de la mascarilla, el lavado frecuente de manos y las demás medidas del protocolo de prevención. Porque si bien la vacuna no te permite enfermarte de gravedad o tener secuelas, incluso en algunas ocasiones ni siquiera enterarte que has sido contagiado, aún puedes contagiar.

«Los científicos cubanos siguen desarrollando cinco tipos diferentes de vacunas contra la COVID, dos de ellas, ya en tercera fase. Somos el único país de América Latina que ha logrado esta colosal hazaña y todo ello a pesar de las dificultades y a pesar del bloqueo que impone el gobierno de Estados Unidos. Hemos estado en función primero del desarrollo científico para que nuestro pueblo tenga medicamentos y tecnología».

La Habana, 31 de marzo del 2021. Foto de Jorge Luis Banos, de AFP.

La clave del éxito cubano en la batalla contra la COVID

Cuba ha logrado desarrollar un potente sector en las ramas de la biomedicina, la biotecnología y el desarrollo de la farmacéutica, posee convenios con China, para el desarrollo del sector y uno de los principales aportes de la ciencia cubana ha sido sin duda, el desarrollo de la medicina. Siendo el primer país en desarrollar una vacuna contra el cáncer de pulmón, siendo además el único país en el que las personas que padecen diabetes no pierden sus extremidades a causa de la gangrena. ¿Embajador, qué fue lo que permitió a Cuba el desarrollo de importantes sectores como la ciencia biomédica, la biología molecular y la farmacéutica y cuáles son los principales aportes de la ciencia cubana a la medicina?

La Revolución cubana triunfa el 1 de enero de 1959, y ya el 15 de enero de 1960, el comandante Fidel Castro señaló en un discurso que el futuro de Cuba tenía que ser necesariamente “un futuro de hombres de ciencia”. Esta es la visión de futuro que siempre caracterizó al líder de la Revolución. Fidel siempre tuvo la convicción de que una revolución triunfante tenía que desarrollar su propio sistema de salud, generando medios propios. Y el medio más importante para el desarrollo científico de un país es el factor humano. En esto nosotros hemos hecho un hincapié y ha sido fundamental para enfrentar el bloqueo impuesto por el gobierno de Estado Unidos desde hace 61 años.

«La ciencia cubana de hoy es el fruto de esa mirada anticipada, de largo plazo, que tuvo Fidel, su visión siempre estuvo ligada al sector salud, al impulso de su desarrollo en el país y más allá de las fronteras».

Cuando había transcurrido apenas un año del triunfo de la revolución, y Cuba se encontraba con miles de personas analfabetas, con un grave déficit educacional, cientos de miles de niños en esa época no tenían maestros. La población rural tenía sólo el 5% de los niños campesinos que llegaban apenas a cuarto o quinto grado. Ante este escenario, es que Fidel decía, ‘si no desarrollamos nuestro capital humano, cuánta inteligencia se habrá desperdiciado en este olvido, cuantas inteligencias se habrán perdido’. Entonces, ya desde aquellos inicios de la revolución se llevó a cabo una campaña de alfabetización, y a partir de ahí, comenzamos a desarrollar las escuelas formadoras de maestros para que en el futuro la patria pudiera contar con una brillante plana de hombres y mujeres de pensamiento, de investigadores y de científicos.

Desde los primeros años de la revolución, la educación en Cuba es 100% gratuita en todos los niveles, esto impulsó el desarrollo de talentos para tantos hombres y mujeres que hoy trabajan en la esfera científica.

 22 de diciembre de 1961, Plaza de la Revolución de Cuba.

A partir del año 1981, se crea el frente biológico. Ahí empezamos a acumular experiencias y resultados muy positivos. Cuba inició en los años 80 la producción de interferones, lo que situó al país entre los primeros del mundo en este tipo de producción. Ya en 1986, se logra una nueva tecnología, la vacuna contra la meningitis meningococo, única efectiva en el mundo en ese momento, el desarrollo de los sistemas ultra micro analíticos, la obtención de la vacuna contra la hepatitis B, el policosanol, todos estos fueron logros científicos de Cuba. Así como la producción de una variada nomenclatura de anticuerpos monopolares, de preparados radiactivos para el diagnóstico médico y la investigación científica.

En el año 93 se instala lo que nosotros los cubanos denominamos “el polo científico del oeste”, dedicado única y exclusivamente a la biotecnología y a la industria farmacéutica. Este impulso se da incluso en el contexto de la caída del campo socialista, cuando Cuba de la noche a la mañana queda sin el 85% de su comercio exterior, que tenía con países de la Unión Soviética y países como Alemania, Checoslovaquia, Hungría, etc. En el año 94, no teníamos acceso al capital, el mercado farmacéutico estaba cada vez más regulado, se ampliaron las protecciones por patentes impuestas como parte de nuestra membresía en la Organización Mundial del Comercio, efectos derivados de las recientes pérdidas de los vínculos con la Unión Soviética y del reforzamiento de la hostilidad de los Estados Unidos, que aprovechando la situación de crisis en Cuba refuerza el bloqueo y las medidas unilaterales. El bloqueo norteamericano buscaba que ante la situación de crisis y falta de insumos y alimentos, el pueblo cubano saliera a las calles y se rebelara contra sus líderes revolucionarios, cosa que nunca sucedió. Fidel se paró en aquel momento en la Plaza de la Revolución y dijo: ‘o entregamos nuestro país al imperialismo norteamericano, o subsistimos y salvamos la revolución cubana’. Había en la plaza cerca de dos millones de personas. Un clamor unido en la decisión de salvar la revolución fue la respuesta del pueblo.

En este contexto, cuando nadie preveía el papel relevante que podía significar para el futuro de Cuba el desarrollo industrial en el sector farmacéutico y biotecnológico, Fidel indicaba darle una mayor jerarquía al desarrollo de la ciencia y la tecnología, a la investigación y a la base productiva con sistemas de calidad y control más avanzados, integrando a las instituciones del Estado y cohesionando sus sistemas de trabajo. Se implementó una revisión técnica del personal que se iba a consagrar al trabajo, para que pudiera tener un impacto en la salud y producción de alimentos del país, para el logro de los recursos financieros necesarios que nos permitieran cubrir los gastos en el menor tiempo posible.

Hemos logrado una experiencia concreta con más de treinta años de resultados, desarrollo y generación de nuevos productos, reconocimiento de los avances biotecnológicos por importantes sectores académicos y científicos, incluyendo a los propios científicos de Estados Unidos.

Hemos conseguido distribuir medicamentos biotecnológicos y genéricos de producción nacional. Esos medicamentos tuvieron un impacto directo en la salud de nuestro pueblo y un impacto también económico por la presencia de nuestros productos en más de 50 países del mundo, y la transferencia de tecnología en el marco de inversión económica con numerosos países del mundo.

«La gente pregunta ¿cómo pudo lograrse todo esto en un país bloqueado? Porque se trata de un país bloqueado con un capital dedicado 100% al desarrollo científico, biotecnológico y de salud del pueblo. Y no solo de Cuba, el carácter revolucionario de nuestro sistema social ha puesto el internacionalismo como otra prioridad. Desde años tempranos de la revolución, Cuba salió con brigadas médicas a ayudar a otros pueblos. Además de estar en función de las necesidades de nuestro pueblo, el desarrollo ha estado también en función de otros pueblos del mundo que lo necesitan.

La industria de desarrollo biomédico y farmacéutico cuenta hoy con 21.600 trabajadores, la mayoría profesionales de diversas ramas científicas, medicina e ingeniería, con 62 instalaciones productivas de medicamentos y vacunas. Representa la mayor industria estratégica cubana hoy, con un elevado estándar de productos y servicios, y un sólido posicionamiento internacional».

En este momento, de los 849 medicamentos que conforman el cuadro básico de medicamentos del Ministerio de Salud Cubano, 525 son de producción nacional. Uno podría imaginar que Cuba con este bloqueo tan cruel que nos impide el ingreso de medicamentos, tendría un déficit de 500 y pico de medicamentos para atender a los pacientes, pero no es así. Tenemos incluso 802 registros sanitarios en el exterior, en cuanto a vacunas y medicamentos exportados a 50 países de todo el mundo.

Por ejemplo, la empresa de sueros y productos hemoderivados, tenemos una empresa de tecnología médica digital. Otro gran aporte de la ciencia cubana fue el descubrimiento de cómo sanar la terrible enfermedad de la despigmentación de la piel, vitiligo, utilizando la placenta de la mujer luego del parto.

Tenemos la Empresa de Inmunología Molecular, el Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos, el Instituto de Vacunas, que hoy ya está produciendo las vacunas contra la COVID-19 y tiene la capacidad de producir 100 millones de vacunas. Varios países de la región de las Américas y algunos de Europa, Asia y África nos solicitaron adquirir estas vacunas.

Tenemos la Empresa Comercializadora de Medicamentos de Cuba en los programas de revisión de enfermedades que se desarrollan desde hace muchos años, y también contamos con los programas de diagnóstico temprano, así como el tratamiento de diferentes patologías como el cáncer. Algo también novedoso es que Cuba ya tiene su vacuna nacional contra el cáncer de pulmón, eso fue desarrollado en nuestro Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología. Esta vacuna detiene el curso de la enfermedad para alguien que tiene avanzado el cáncer, provee mejor calidad de vida. Tenemos un programa integral en Cuba para la detección temprana de malformaciones congénitas y enfermedades metabólicas. Se puede abundar en ejemplos.

La salud pública en Cuba es 100% gratuita. La prioridad forjada por Fidel es desde sus inicios crear capital humano necesario para emprender el desarrollo de la ciencia nacional, construir las infraestructuras requeridas y poder hacer lugar como nación subdesarrollada y bloqueada durante tantos años, al naciente sector biotecnológico. Eso para nosotros ha sido una hazaña, porque constituyó una capacidad de respuesta ante la situación de emergencia que hoy ha provocado la COVID-19.

«La revolución instituyó en Cuba un sistema basado en la ciencia y tecnología al servicio de los pueblos, de la sociedad, que se caracteriza por su concepción integral y multisectorial. La labor abnegada de nuestros médicos, enfermeros, técnicos y trabajadores de salud son una principal fortaleza ante la pandemia y ha posibilitado obtener resultados que nos colocan entre las naciones con más baja letalidad, sin lamentar hasta hoy la muerte de niños y sin haber colapsado la unidad de terapia intensiva».

En un momento determinado nos quedamos sin respiradores, y nos fuimos a buscar en el exterior quién nos podía vender respiradores para pacientes de COVID-19. Muchos países nos bloquearon y no nos vendieron. Buscamos respiradores que estaban a noventa millas de camino de Cuba pero no podíamos obtener porque el bloqueo lo prohíbe. Una empresa de Asia tuvo la valentía de vendernos respiradores, les compramos los que nos hacían falta, y el barco con los respiradores de camino a Cuba fue interceptado por el bloqueo, nos decomisaron todas las mercancías aludiendo que el bloqueo prohibía la exportación de esa empresa que tiene capital de financiamiento y relaciones comerciales con los Estados Unidos, por lo que los respiradores fueron decomisados.

Tuvimos que plantear al mundo el crimen que se realizaba contra Cuba nuevamente, y no nos quedó otro remedio que convertir el revés en victoria. Cuba tenía acumulado cientos de respiradores en almacenes, en desuso por falta de piezas de repuesto que se fabrican a través de empresas de Estados Unidos en otros países y que el bloqueo nos prohibía comprar. Con nuestros científicos pudimos construir estas piezas para poder echar a andar los respiradores en desuso. Y ya hoy Cuba cuenta con una línea de producción nacional de respiradores para los enfermos de COVID.

La necesidad combinada con el estímulo del ingenio, encuentra soluciones de forma inventiva para no fracasar. Lo otro hubiera sido solicitar al gobierno norteamericano los respiradores, que nos pediría pasar al sistema capitalista y cambiar nuestro sistema de organización social. Pero la palabra rendición no está en nuestro vocabulario y cosechamos victoria en este sentido. Para salir adelante tenemos que buscar nuestros propios recursos con nuestro propio pueblo.

Científicos trabajan en el desarrollo de la vacuna cubana «Abdala» para COVID-19, en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología CIGB en La Habana, Cuba, febrero de 2021. Fotografía de Ramon Espinosa, de AP.

Podría comentarnos más sobre las implicancias económicas y sociales del bloqueo a Cuba y por qué no debe entenderse al bloqueo como una “disputa bilateral” entre Estados Unidos y la isla.

Desde hace más de 60 años el Gobierno de Washington mantiene un cerco económico, comercial y financiero contra Cuba. Hay gente que habla de que es un embargo, esto es cuando dos naciones están en guerra y se aplican sanciones. Pero estos son tiempos de paz, por eso es que nosotros decimos que es un cerco económico, comercial y financiero contra Cuba, en tiempos de paz.

Según estimaciones oficiales, este bloqueo que dura más de medio siglo ha costado al pueblo cubano más de 1 billón 960 mil 678 millones de dólares, ahí das cuenta de la implicación que ha tenido para la economía cubana, pese a que las numerosas resoluciones de la propia Asamblea General de las Naciones Unidas, del Consejo de DD.HH hoy establecido, así como las reiteradas declaraciones políticas aprobadas en importantes cumbres y conferencias internacionales, auspiciados por la ONU; han dictaminado que la aplicación de medidas económicas, coercitivas y unilaterales es violatoria de la carta de las Naciones Unidas y del propio derecho internacional. Estas conductas hoy continúan. Es más, bajo la administración de Trump se incrementaron. Llegaron a tener en un año 240 medidas unilaterales contra la economía y contra el gobierno y el pueblo cubano. Sólo en 1 año, Cuba tuvo que gastar más de 5 mil millones de dólares para hacer frente a este bloqueo tan cruel que impone el gobierno de Estados Unidos.

Los daños provocados se multiplican por la importante participación de los EE. UU, con sus decenas de cientos de empresas a lo largo de todo el mundo, en el comercio y las inversiones transnacionales. Tanto las inversiones de empresas de terceros países, como las empresas norteamericanas que radican en el exterior, todas estas empresas están bajo la presión del bloqueo y se les impide comercializar libremente con Cuba.

Esto es algo muy importante, las afectaciones del bloqueo a Cuba son en todas las esferas de la sociedad, pero donde más incide es en el sector de la salud pública, que repercute en la calidad de vida del pueblo cubano. Por ejemplo, los niños cubanos que padecen de leucemia linfoblástica pueden ser tratados con un producto norteamericano específico, que es fabricado a 90 millas de distancia de Cuba, sin embargo, ellos nos prohíben comprar ese producto. Esto es un tema sumamente humanitario, se trata de niños enfermos de leucemia. Este medicamento, que fue creado para casos de intolerancia de medicamentos le son vetados a los niños cubanos, y como consecuencia, su expectativa de vida se reduce al mínimo y aumentan sus sufrimientos. El gobierno norteamericano ha prohibido a la compañía Merck & Co. suministrarlos a Cuba.

El Cardiocentro Pediátrico de La Habana es el hospital insignia en la capital para atender a los menores de edad, este hospital se ve imposibilitado de adquirir dispositivos como catéteres y stents para el diagnóstico y tratamiento por cateterismo intervencionista en los niños que padecen cardiopatías congénitas complejas. A estos niños también le son vetados adquirir estos equipos. A las empresas norteamericanas se les prohíbe la venta de estos productos a nuestro país.

Cuba reivindica permanentemente su soberano derecho y el deber irrenunciable de denunciar los daños y violación que la política de bloqueo ha impuesto a su pueblo, al propio pueblo de lo Estados Unidos, a terceros países, y al derecho internacional.

«La aplicación de las políticas de bloqueo del gobierno norteamericano continúa siendo el principal obstáculo para el avance del desarrollo social y económico de mi país, y constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de un pueblo, una transgresión al derecho a la paz, al desarrollo y a la seguridad de un Estado soberano».

Ante tanta crueldad las cubanas y los cubanos hemos sido creativos, hemos resistido firmemente los embates de este cerco económico que ha pretendido asfixiar a nuestra nación. La preocupación por la salud, la formación educativa y la fuerte marcha de decenas de proyectos culturales, deportivos y científicos, y sobre todo en el sector de salud, ha puesto a nuestra población con ideas muy innovadoras para poder saltar estos obstáculos que nos imponen.

Centro de Química Farmacéutica. La Habana, Cuba.

A pesar de este criminal obstáculo del bloqueo estadounidense y sus implicancias, la revolución cubana se ha caracterizado por su compromiso con el internacionalismo y la solidaridad con los pueblos de Nuestra América ¿cómo se podría traducir este principio rector de la revolución en sus relaciones con el pueblo paraguayo y el resto de la región?

Cuba siempre demostró la voluntad política, quiere ayudar a Paraguay. Con el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, Paraguay solicitó becas para jóvenes de escasos recursos que pudieran irse a Cuba a estudiar medicina, y en aquella oportunidad Cuba le ofreció 1000 becas a Paraguay. A la fecha, alrededor de 1350 paraguayos y paraguayas fueron formados y se han graduado en Cuba en la carrera de medicina. He tenido la oportunidad de recorrer varias localidades de este país, sé que lo que se habla de esos médicos es muy positivo.

Se ha insistido en la solidaridad internacionalista o la colaboración a otros pueblos, lo decimos en todas partes que nos encontramos y en todas las entrevistas que nos han hecho, porque son principios de la revolución cubana. Fidel Castro, en un discurso del año 1976 dijo: «Que nadie crea que un pueblo fiel decae cuando ayuda a otro, cuando un pueblo ayuda a otro no pierde nada, sino gana bastante. Con un médico como los que hemos tenido en el seno de la medicina en otros rincones del mundo, el país gana un profesional que se hace más consciente, que se hace más profesional y se hace más revolucionario».

«La conciencia de los hombres y mujeres, sus principios éticos, son el motor de la conducta fuera de Cuba o en el país propiamente, y esto nos deja numerosas enseñanzas, derivadas de lo que se ha hecho a lo largo de seis décadas de revolución. Yo diría que estos principios nos han permitido actuar sistemáticamente sosteniendo que el paciente es lo primero, frente a circunstancias adversas, apoyarnos en los valores morales que han hecho posible la revolución, ubicando en cada momento, al ser humano como problema central, no al dinero, los programas o la tecnología. Es el ser humano el centro».

Hay que identificarse con el origen de clase. Hoy los médicos cubanos son hijos de obreros, de campesinos, de trabajadores, de la ciencia o del arte en Cuba, no son los hijos de los ricos, ni los hijos de los más pudientes. Saber que el desarrollo de los servicios de salud, no depende sólo de los recursos financieros, comprender que el desarrollo no viene necesariamente del norte. Cuba es un ejemplo. Cada médico cubano tiene en su mente como criterio esencial que tiene que ir a buscar al paciente, no esperar sentado a que el paciente venga a buscarlos a ellos.

Estos principios son el fundamento de por qué van nuestros trabajadores de la salud a las misiones internacionalistas, misiones de paz o de guerra, o servicios regulares, con algún estímulo material o sin él. Cuando África empezó a tener los primeros casos de contagio con ese terrible virus llamado Ébola, pidió ayuda. El país que fue en ese momento sin pestañear a enfrentar la pandemia, los fuertes riesgos de contagios y la muerte, fue Cuba.

Volviendo a Paraguay, te puedo decir que aparte de los más de 1300 jóvenes paraguayos graduados en medicina, otros tantos se han graduado en deporte. Hemos tenido incluso oportunidad de conocer hace un año y medio atrás a más de 30 jóvenes graduados de licenciatura en deporte, de la Escuela Internacional de Educación Física y Deporte, con excelentes reconocimientos por parte de quienes los han entrenado. No puedo dejar de mencionar a la brigada de oftalmología que trabajó en Paraguay, realizando numerosas operaciones de la vista, incluso de gente que nunca en su vida había visto, otras que habían perdido la visión, o con cataratas

En cuanto al actual gobierno paraguayo, después de su consentimiento para gestionar las vacunas cubanas, les hemos entregado los documentos técnicos de la Soberana 2, para que hagan los correspondientes análisis. El gobierno ha quedado en revisar todo esto y solicitarnos las vacunas que sean necesarias. Tuvimos una videoconferencia recientemente con el equipo de BioCubaFarma, donde participaron el Ministerio de Salud Pública y la Cancillería paraguaya, a quienes se les dio toda la información respectiva y se les anunció nuevamente que estamos esperando a que determinen la cantidad de vacunas necesarias.

Laboratorios y empresas privadas paraguayas se acercaron ya a nosotros con intereses de compra, pero el gobierno cubano ha priorizado las gestiones con los gobiernos, con la idea de que llegan más directamente las vacunas que adquiere el gobierno que las que pueda adquirir un empresario que tendría que vendérsela a los gobiernos.

Como cubano representante de nuestro pueblo en Paraguay, estoy abierto a escuchar y recibir cualquier tipo de solicitud del gobierno paraguayo, que nos diga la ayuda que quiere de Cuba, con la extrema seguridad de que accederemos como país hermano.

El principio internacionalista de Cuba es para todo aquellos que lo necesiten. Paraguay siempre podrá contar con la solidaridad de nuestro gobierno y nuestro pueblo. Y Cuba no da lo que le sobra, sino que reparte lo que tiene, porque así se siente. Y así nos sentimos los cubanos, porque patria es humanidad.

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Entrevista realizada por Alhelí Cáceres y Fabricio Arnella para Adelante. Edición de Noelia Cuenca.


*A días de realizarse la entrevista con el embajador Raúl Gortázar, hoy 17 de mayo, fue confirmada por el ministro de Salud, Julio Borba, la firma de un acuerdo del gobierno de Paraguay con la República Socialista de Cuba, para la adquisición de la vacuna Soberana 2.

**Imagen de inicio extraída de internet.