Christian Ávalos: “Los bomberos no somos héroes”

El 4 de octubre de 1978 se fundó en nuestro país el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay. A 42 años de su existencia y en un momento en el que Paraguay se consume en llamas, en esta entrevista, Christian Ávalos, psicólogo y bombero, comparte una visión desde adentro de la organización que hoy se encuentra en la primera línea de fuego.

El rol del Estado, el impacto de la tragedia de Ykua Bolaños, la situación de Cateura y de la sociedad paraguaya en general, expuesta al peligro por sus propias autoridades, son los temas que aborda para dimensionar la actual catástrofe que afrontamos y lo que significa ser bombero en Paraguay. Pero no todo está perdido según este profesional de amarillo. Y la campaña que acaba de lanzar CBVP, el “Bombetón 2020” es una oportunidad para reforzar este necesario mensaje.  Te invitamos a saber más con esta entrevista.

“Los bomberos no somos héroes, somos profesionales y necesitamos poder desempeñarnos como tal” nos asegura Christian Daniel Ávalos Vielma. Nacido en Barrio Jara, tiene 44 años de edad, se recibió de psicólogo en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, y ayer 5 de octubre acaba de cumplir 18 años de juramento en la Tercera Compañía Sajonia del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay.

Christian Ávalos (centro), psicólogo y bombero de la Tercera Compañía de Sajonia. Fotog. gentileza de Christian.

Yo decidí ser bombero especialmente por la insistencia de mi hermana Lilian. Ella tiene hoy 40 años. Es también voluntaria. Es mi camarada de juramento y fue quien me entrenó físicamente para entrar. En la Academia, durante 9 meses se aprende todo lo básico y al finalizar esa etapa inicial de capacitación se hace un juramento ante toda la comunidad. Claro que como todos los niños, de chico también tuve esa fascinación por la tarea que les toca a los bomberos. Pero lo decisivo fue la insistencia y el apoyo de mi hermana. En ese momento yo estaba en último año de psicología clínica. Y recuerdo que una vez dentro, me fui apasionando por lo que vi de la Tercera Compañía”.

Cuidar a los que cuidan

Además del riesgo físico, la carga emocional que conlleva este trabajo es muy alta. Existen problemas dentro de la institución que necesitan ser resueltos y una necesidad de que el Estado asuma sus responsabilidades, según nos cuenta Christian.  Por estas y otras razones, es importante no idealizar esta carrera, romper con la figura de superhéroe con que se etiqueta al bombero y valorarlo como profesional.

Algo que me llamó la atención es el cuidado que se tiene con los voluntarios y voluntarias. Porque muchas veces pasa que estamos muy metidos en trabajar para el otro y nos descuidamos a nosotros mismos. El cuidado del cuidador es una rama apasionante de la psicología aplicada al trabajo de bombero”, nos cuenta Christian.

“Se habla mucho del heroísmo, la abnegación y el coraje del bombero. La imagen más difundida es la de los héroes de Marvel, una imagen idealizada que nunca falla, nunca muere, solamente tiene valores. Esta simplificación muchas veces nos impide dimensionar lo que pasa. No se habla de lo real y esto puede generar o reforzar situaciones muy perjudiciales. Creo que hay que desmitificar el heroísmo, tanto de ser bombero como el de otras profesiones que están trabajando en la emergencia. Es importante que tanto la población en general, como quienes se inician en estas carreras, nos identifiquen como profesionales que debemos afrontar situaciones humanas. Errores, malos manejos, corrupción, y otras limitaciones, también forman parte del ámbito bomberil. Debemos afrontar estas situaciones en el marco de lo real para superarlas, no de lo ideal”.

Bomberos de Sajonia en práctica para la contención en casos de intento de suicidio. Foto gentileza de Chistian.

Christian insiste en que hay que contemplar la capacitación y la experiencia, tanto como las condiciones materiales, herramientas y equipos necesarios para poder cumplir la función que les toca.

Mis compañeros y compañeras se capacitan para hacer lo que hacen. Hay que ubicar a la persona en el sitio donde debe estar. Un profesional tiene sentimientos, emociones, familia, tiene problemas laborales, puede ser víctima de una vulneración de derechos, un montón de situaciones que solo con “abnegación, disciplina y coraje” no podemos abordar. Somos seres humanos, seres biopsicosociales con necesidades. Toda esa carga emocional que ponemos en los hombros de “los héroes”, ya sea a los bomberos, médicos… hace que cuando falle se sienta emocionalmente destruido, se sienta inútil, y esto a la vez va a incidir en su trabajo. El bombero es una persona con gran valor y compromiso de dar el máximo posible con pocas herramientas para trabajar, pero es una persona común”.

Ser bombero en un país en llamas

El 4 de octubre se cumplieron 42 años de existencia del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay, los bomberos amarillos. “Es muy difícil ser bombero voluntario en Paraguay. Los edificios no cumplen con las medidas de seguridad. No tienen extintores cerca, no funcionan las alarmas de humo, las mangueras no están puestas, los sistemas de prevención no funcionan. Y por otro lado, tenemos que exigir que nos doten de todos los elementos necesarios para poder realizar nuestro trabajo de forma profesional”, señala.

Con más de cuatro décadas de historia, los bomberos siguen peleando para trabajar con las herramientas mínimas necesarias. “Los cuarteles, la mayoría de las veces, nos donan equipos de segunda mano y dependemos de la solidaridad de la población cuando lo que estamos cumpliendo, si bien es voluntario, es un servicio público. Para apagar incendios tenemos que vestir uniformes que ya cumplieron su ciclo vital según el protocolo de protección en otros países y acá se están usando como si fueran de primera mano. Un bombero o bombera voluntaria en Paraguay tiene que comprarse su equipo completo. Todo lo que consiguió nuestra compañía fue gracias a las donaciones de la comunidad, de organizaciones sociales, de organizaciones internacionales, cuando es el Estado el responsable principal de velar por los derechos y la seguridad de la población paraguaya”, cuestiona Christian.

Durante la semana pasada se reportaron hasta 13.843 focos de calor en el país, la mayoría de ellos en el Chaco, donde se llegó a un pico de 11.263 focos. Ante esto, el jueves 1 de octubre, el Ministerio de Salud Pública emitió una “alerta epidemiológica por riesgos y daños a la salud a consecuencia de los incendios en territorio nacional” [1].

Estos riesgos incluyen, a corto plazo, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, intoxicaciones y quemaduras. A mediano y largo plazo, alteraciones en el hábitat de animales que van a derivar entre otras cosas, en la migración de especies y en el riesgo de rebrote de fiebre amarilla.

Según informó la agencia de información del gobierno, se alerta sobre el incremento de enfermedades respiratorias infantiles, que se asocian a una mortalidad considerable de los menores de 1 año. Como repercusiones sanitarias crónicas más probables para la población paraguaya, señala el aumento del riesgo cancerígeno, mayor incidencia de asma y otras afecciones respiratorias, aparición de nuevos casos de neumopatía crónica y disminución de la esperanza de vida.

Un escenario catastrófico propiciado por un Estado secuestrado por la narcopolítica y la mafia del agronegocio. Y en este estado social de shock, el gobierno quiere imponer las condiciones para que las patronales puedan seguir evadiendo millonarios impuestos, para continuar el saqueo privatizando derechos fundamentales y patrimonios estratégicos, a través del Presupuesto General de la Nación para el 2021.

¿Qué pasa en Cateura?

En este contexto, en donde todos los sectores sociales se ven perjudicados, deben desempeñarse los bomberos, afectados desde varias aristas a la vez. A la Tercera Compañía de Sajonia le toca cubrir todo el microcentro. Hoy, su preocupación principal es Cateura. Christian nos habla al respecto.

“Para hablar de lo que está pasando en Cateura, necesitamos hacer un análisis más amplio. Hay que remontarnos a la historia reciente para entender lo que está pasando ahí. A veces es muy débil nuestra memoria nacional. Creemos que esto es una consecuencia inmediata, que es algo de ahora, y no es así.  En la década de los 90′, ya se estaba proyectando cómo sería Cateura. Me acuerdo que técnicos japoneses hicieron un estudio del manejo de la basura y de aquel vertedero. En ese momento la recomendación de su análisis había sido construir un sistema de tuberías, una especie de chimeneas especiales para expulsar los gases que genera, disminuir riesgos y poder utilizar el calor de esos gases como combustible. Pero primaron los intereses partidarios y patronales, ese hábito de que los muchachos deben siempre tocar plata porque o si no no corre nada. Entonces, la segunda recomendación había sido la de cerrar Cateura porque iba a ser perjudicial y peligroso, así como lo vemos ahora.

La mala administración, y como lo vimos en los medios hace poco, la disputa entre dos empresas por el manejo de la basura en Cateura -en la que una acusaba a la otra de provocar los incendios- derivaron en algo tan ruin y mezquino como es la situación tan delicada de las personas que viven en esas zonas, que tienen que estar hurgando en la basura para sobrevivir, arriesgando sus vidas para conseguir el pan para sus hijos y llenarse el estómago con lo que sea”.

Necesitamos profundizar nuestra mirada. Vivimos una situación de emergencia que afecta la salud de la sociedad en general, y en particular, esta situación de emergencia la viven desde hace décadas los sectores más empobrecidos como es el caso de Cateura. Los gobiernos locales y centrales, han generado las peores condiciones. Esto nos explica Christian.

 “La pobreza de esa zona es estructural y como sociedad les dejamos a su suerte. Lo que está pasando ahí no solamente es un incendio y mucha contaminación, sino una terrible consecuencia de décadas de desidia por parte de los gobiernos, nacionales y municipales, en torno a lo que parece algo tan elemental como es el manejo de la basura. Y las consecuencias en la salud física y mental son invisibilizadas. El ser humano es un ser psicosocial, no podemos separar. Todas las personas que son empobrecidas están siendo afectadas en toda su integridad, arriesgándose para poder trabajar, para poder comer, para poder estudiar, porque el Estado no cumple con eso. Ahí tenemos que apelar al trabajo voluntario, no solamente de bomberos, también de organizaciones de la sociedad civil, comunitarias, de organizaciones internacionales que nos ayudan con donaciones, siendo que el Estado es el responsable principal de asegurar que todas las personas que viven en territorio nacional puedan ejercer libremente sus derechos”.

Para Christian, tenemos que tener una mirada mucho más amplia que nos permita dimensionar lo complejo del problema. “Las y los compatriotas que viven en ese lugar son sometidos al deterioro de su salud física y mental todos los días desde hace décadas. No podemos seguir cerrando los ojos. Debemos exigir que el Estado cumpla con todos los protocolos sobre manejo de residuos. Así mismo debe cumplir con la protección integral y la promoción de los derechos humanos, especialmente de aquellos más vulnerabilizados como los niños, niñas y adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad, mujeres violentadas”.

Agrega que “Cateura es un botín político, hay sectores deseosos de que sus empresas o amigos empresarios ganen el monopolio del manejo de residuos sólidos. En todo Asunción respiramos humo y escupimos hollín. Imagínense los afectados directamente, los que están viviendo empobrecidos en esa zona. Hay que mirar todas las aristas. Hay que trabajar desde una visión integral, con un abordaje multidisciplinario. Con una política pública que contemple toda la situación”.

Bomberos en servicio durante el incendio en el vertedero Cateura. Fotog. Adelante!

Con respecto a qué o quién originó específicamente estos incendios recientes, el bombero nos explica que para poder concluir esto, se requiere un exhaustivo trabajo de investigación que incluya un estudio de química del fuego y todos los elementos que permitan cerrar conclusiones.

En estos casos es probable que no se pueda resolver fácilmente, al ser un espacio tan grande y a cielo abierto, además de la magnitud del incendio que destruyó lo que podrían ser pruebas, pisadas, todo lo que nos permitiría saber si fue provocado por el hombre utilizando inclusive acelerantes”.

“No puedo basarme en la denuncia de una empresa contra otra solamente, necesitamos un estudio científico que tenga en cuenta el montón de variantes y situaciones, con la tecnología necesaria para sacar una conclusión seria. Es más fácil en una casa, porque es un espacio más contenido donde se puede tener mayor control pero no en un lugar con estas características”, señala Christian.

Yo creo que la solución es un estudio que considere lo técnico en el área del residuo, así como lo socioambiental, lo psicosocial, al considerar que es el sustento de miles de bañadenses. No podemos inmediatamente clausurar la vida de la gente, después de décadas de abandono. Por eso se necesita un abordaje multidisciplinario que incluya a varios sectores, desde los gubernamentales, comunitarios, hasta las organizaciones sociales. Necesitamos llegar hasta al lugar a hablar con Ña María, Don José, los niños, reconocer que hay organizaciones comunitarias que vienen remando desde décadas y que nos van a enseñar caminos. Para resolver el problema hay que trabajar desde adentro, entendiendo la vida de las comunidades más afectadas. Tampoco podemos ser tan irresponsables de culpar a los pobladores sin un análisis técnico y pericial”.

¿Cuál es el origen de la ola de incendios?

“Hay varias cosas que sí sabemos porque son de público conocimiento, porque desde hace tiempo se vienen difundiendo denuncias, informes y estudios científicos al respecto. Sabemos que la pirolisis de ramas secas, tacuaras, y otros elementos altamente volátiles, con la fricción pueden iniciar un incendio como el que vimos en el Botánico. Sabemos que el cielo naranja de Asunción que vimos el viernes era el cúmulo de los múltiples incendios, de humo, de atmósfera pesada, de presión del aire. También sabemos quiénes usan indiscriminadamente el suelo sin tener en cuenta su reforestación, sabemos quiénes se niegan al cambio del monocultivo a cultivos diversos que hacen que la tierra se renueve realmente”, señala Christian.

“Sabemos que gran cantidad de incendios son consecuencia de la deforestación causada por el negocio agroganadero y el monocultivo de la soja, lamentablemente se utilizan ese tipo de métodos supuestamente para renovar el suelo cuando lo que hacen es perjudicarlo mucho más, pero lo hacen de todas formas para abaratar sus gastos.

“Tenemos una cantidad impresionante de focos de incendio y es terrible que de esos 13. 800 y más focos, 11 mil pertenezcan al Chaco, a la región occidental. Sabemos con qué fines. Son agroganaderos que tienen sus intereses centrados en ellos sin importarles las consecuencias humanas. Deberían ser sancionados fuertemente por el Estado. Un Estado serio de derecho, en donde prime el derecho fundamental que es la vida, tanto de los seres humanos como del medio ambiente, debería establecer límites y sanciones a quienes atentan contra la vida del país entero”.

El pasado dos de octubre se presentó el pico máximo de la actual ola de incendios en nuestro país. Fuente: Reporte de focos de calor sobre la República del Paraguay

El más reciente reporte oficial (5/10/2020) registra un total de 503 focos en todo el país. La mayor cantidad de focos sigue concentrándose en el Chaco, específicamente el el departamento de Presidente Hayes, con 348 focos.

Según declaraciones a medios radiales del titular de la Secretaría de Emergencia Nacional, Joaquín Roa, se logró contener con los cortafuegos que se hicieron, estamos relativamente tranquilos”. Pero los pronósticos de temperaturas iguales o aún más extremas de las que vivimos en septiembre, proponen un panorama poco alentador y propicio para una segunda ola de incendios, si no se toman las medidas necesarias de prevención.

La indignación popular ante la inacción Estatal, obligó al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) a anunciar la identificación con imágenes satelitales, y notificación a los titulares de un total de 476 propiedades rurales en cuyas áreas se registraron incendios de grandes magnitudes, así como la realización de una denuncia contra personas innominadas ante el Ministerio Público, para el inicio de una investigación penal.

Ni olvido ni perdón

Debemos encender la memoria colectiva y ser intolerantes con la impunidad. Mientras las injusticias queden impunes, seguiremos reproduciendo lo peor de nuestra historia. Así lo evidencia la catástrofe de Ykuá Bolaños, según nos relata Christian, el episodio más impactante y estremecedor que le tocó vivir como bombero voluntario.

La experiencia de Ykuá Bolaños es lo más fuerte que me tocó. Ahí se pudo ver todo lo ruin que puede llegar a ser el ser humano al preferir lo económico por sobre las personas. Un incendio provocado por el hombre que nos marcó como bomberos, que nos marcó como sociedad y del cual hasta ahora no podemos sacar el aprendizaje real por la corta memoria colectiva que tenemos.

Haber visto eso desde adentro nos hace preguntar una y otra vez cómo es que ya pasaron 16 años y tenemos las mismas limitaciones. Cuántos edificios en la práctica no cumplen los protocolos. Me acuerdo el titular de un periódico brasilero: ‘Bomberos paraguayos con mangueras agujereadas combaten un incendio de gran magnitud’. Murieron más de 400 compatriotas de todas las edades, niños, niñas adolescentes, que no tenían porque morir en ese lugar. Da mucha rabia eso, porque te enterás semanas después de que se incendió un hotel en Francia donde hubo 1500 personas y murieron dos porque eran adultos mayores y les causó emocionalmente un impacto, no porque se cerraron las puertas, no porque se prefirió el dinero a la vida de los seres humanos.

Recuerdo que cuando pasó lo de Ykua Bolaños, yo tenía apenas 2 años de bombero pero había otros que ya tenían 10 o 15 años y era tan doloroso que decían ‘sé que tenés menos años pero hasta acá yo llegué’, por las limitaciones profesionales y porque somos seres humanos, con emociones y sentimientos. Vimos, y acá voy a ser muy crudo, a personas completamente quemadas, embarazadas carbonizadas, cuerpos mutilados, irreconocibles que parecían un trozo de madera. Lo más fuerte que nos pasó ahí fue ver a niños, niñas, adolescentes totalmente calcinados, muertos. Recuerdo nítidamente la imagen de un compañero que salió quebrado del sitio con un zapatito de bebé en la mano diciendo ‘tengo un bebé de la misma edad, yo ya no puedo volver a entrar ahí’. 

Son situaciones que te enfrentan con la muerte de tus seres queridos y hasta con tu propia muerte. A veces te ordenan que evacúes y tenés que renunciar sabiendo que podías sacarle a alguien. Otras veces tenés que elegir porque tenés una sola chance y quien elijas tiene que tener posibilidades de aguantar todo el trayecto hasta sacarle.

Ykuá Bolaños es lo más fuerte que se vivió. Marcó en todos los niveles, a nivel colectivo y bomberil, se vieron en su máxima potencia todas las situaciones de afectación psicoemocional que se pudieran dar en un incendio. Del nivel 1, que son las víctimas, sobrevivientes; el nivel 2, que son los familiares; el nivel 3 que somos nosotros, todos los interventores entrenados, bomberos, policías, militares; el nivel 4, gente común que se sumo a trabajar ese día; y el 5to, de afectación a las personas al ver en las noticias, las redes incipientes de la época, gente que decía que no tuvo familiares pero que sintió como si estuvieran ahí”.

Qué pasó con los responsables del sector empresarial, los que ordenaron cerrar las puertas, que pasó con los responsables del sector municipal, del sector estatal, directos e indirectos de aquella criminal catástrofe. Por qué quienes asisten en este tipo de emergencia siguen sin el equipamiento necesario para poder realizar su trabajo. Por qué después de Ykuá Bolaños se siguen permitiendo incumplimientos de los protocolos de seguridad establecidos. Por que no se aprendió.

Son preguntas interpelantes y aunque sus respuestas son irracionales, se enmarcan en una lógica perversa que en el discurso ya no toleramos como sociedad, pero que en la práctica continúa porque el poder sigue estando en las mismas manos que sostienen este sistema de producción y relacionamiento social.

“La situación general en nuestro país es preocupante porque en el caso nuestro, no tenemos los recursos para poder cumplir con nuestra labor a cabalidad. Sí existe un presupuesto destinado a los bomberos, pero por estos problemas externos y los propios problemas internos, vemos que no se pueden cumplir los desembolsos y que no llegan directamente, principalmente a las compañías del interior, que son las más afectadas porque son las que más dependen de ese presupuesto. Es muy fuerte porque tienen que enfrentarse a los incendios forestales de gran escala, y no cuentan con los materiales de prevención personal que deben utilizar para el servicio diario. En el caso de la Tercera Compañía de Sajonia, y puedo decirlo con conocimiento de causa, en todos estos años que se nos asignó, muy poco, por no decir nada, vimos hasta ahora de ese presupuesto general”, indica Christian.

“La Tercera Compañía de Sajonia se sustenta con autogestión. Tenemos nuestra campaña de socios colaboradores, nuestras campañas de concienciación, de trabajos de capacitación en empresas para prevenir incendios. De eso la Tercera Compañía se nutre para poder sobrevivir. Tenemos convenios con los bomberos de Francia y los bomberos de Canadá. Especialmente con los compañeros franceces tenemos muy buena relación, en gran medida gracias a la buena gestión de un médico traumatólogo, capitán de la Tercera Compañía que está trabajando en Francia”.

«Bombetón 2020»

Ayer arrancó la campaña “Bombetón”, cuya recaudación será utilizada para poder traer desde Europa un vehículo especializado para cubrir grandes alturas, que recibieron de donación del Cuerpo de Bomberos de Francia. La Tercera Compañía es la responsable de cubrir todo el microcentro, por lo que este vehículo es crucial, más aún en este tiempo.

“Estamos con nuestra campaña del Bombetón. Este año nuestro objetivo es recaudar 114 millones para poder pagar el flete de un autoescala que nos donaron los bomberos y bomberas franceses. Y es fundamental para nuestro trabajo. Como saben, estamos en la zona del microcentro y necesitamos un autoescalera para poder llegar a los edificios de altura en situaciones de rescate, de incendio y otras que ameriten la utilización de un equipo tan importante”.

Bomberos en servicio durante el incendio en el vertedero Cateura. Fotog. Adelante!

La campaña se extiende hasta el 11 de octubre. Todo lo recaudado será utilizado para que el móvil pueda llegar. Es completamente gratuito, está listo para venir cuando tengamos el dinero suficiente para pagar el flete. Esperamos poder juntar para que el autoescala llegue lo más rápido posible y podamos utilizarlo en beneficio de la comunidad”.

“Nosotros cuestionamos mucho los manejos de la administración central de nuestras economías del cuartel. Estamos operativos, como decimos nosotros, gracias a la comunidad de Sajonia y del microcentro, gracias a la comunidad asuncena. Gracias a los bomberos franceses, canadienses que nos dan la mano. Principalmente a los franceses. Gracias a la autogestión. Es triste, muy doloroso, pero hay que reconocer que nuestros hermanos del interior están en una situación muy desventajosa”, enfatiza.

No todo está perdido

No todo está perdido, concluye Christian. Debemos apelar a la conciencia ciudadana sobre todo lo que implica cuidarnos entre todos y todas, incluyendo la exigencia al Estado para que cumpla con sus funciones, con su razón de ser.

“Es necesario profundizar el debate y la acción en torno a lo que debemos hacer como sociedad para cuidarnos. Esto significa también que el Estado debe cumplir su función como garante de derecho. Su rol es el de ocuparse de nuestra seguridad, de nuestra salud física y mental, que lastimosamente es una de las peores de la región en cuanto a presupuesto y políticas públicas. Es importante llamar a la conciencia de ciudadanos y ciudadanas de base, llamar a organizarnos en donde podamos ayudarnos colectivamente para construir un Paraguay serio, que pueda evolucionar con conciencia social, con políticas públicas que apunten al desarrollo integral del país, a la promoción de los derechos de todas y todos.

Estos incendios nos tocaron en pandemia. Y en esta época, a pesar de todo, también vimos que podemos hacer de este país un país hermoso, si extendemos y potenciamos esas experiencias de solidaridad, organización y esfuerzo colectivo para dar vuelta este país que tenemos,  que ha sido empobrecido por el robo, las dictaduras que nos rompieron las experiencias de organización y abrieron las puertas a la impunidad.

“Hay que ejercitar nuestra memoria para construir un Paraguay diferente, es decir, gobernado por y para el pueblo.

Desde su experiencia como profesional y como integrante de una organización que se dedica de forma voluntaria a acudir ante situaciones de emergencia al llamado de cualquier persona, el camino que este bombero y psicólogo nos insiste en este ardiente escenario, es el de “construir desde abajo un país serio, con políticas públicas que permitan el ejercicio de nuestros derechos”.

“Creo que lo que nos queda es organizarnos desde abajo para poder nosotros ser los constructores de nuestro devenir. Yo no quiero dejar un país tan destruido, yendo directo al abismo, para las generaciones futuras. Tengo una sobrina de 9 años a quien no quiero decirle que no dije ni hice nada. Lo que criticamos a nuestros mayores de no haber hecho, también nos van a cuestionar nuestros hijos, las generaciones que nos siguen. Quienes se esforzaron en dejarnos un mejor país nos pasan la posta. Como ellos podemos lograr cosas y más todavía si nos juntamos y organizamos lo que sabemos hacer, lo que creemos que va a funcionar. En esta pandemia es el pueblo organizado el que supo solucionar los problemas de hambre con las ollas populares, supo sostener iniciativas para ayudarse en la peor adversidad.  El pueblo tiene que ser gobernado por el pueblo, porque no vamos a sobrevivir si seguimos dejando nuestro destino en manos de esta gente”.


Por Noelia Cuenca y Fabricio Arnella.

Foto de inicio: archivo de Adelante!

[1] https://www.ip.gov.py/ip/salud-emite-alerta-epidemiologica-por-riesgos-y-danos-a-la-salud-ante-incendios-en-el-pais/

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