No son 100, son 20 mil: estudiantes marchan en defensa del arancel cero y repudian al narcogobierno

Con convicción, creatividad y entusiasmo, en la tarde-noche de ayer 16 de abril, cerca de 20 mil estudiantes de todo el país marcharon en defensa del arancel cero y de los demás programas desfinanciados por la reciente ley promulgada, mal llamada de “Hambre cero”.

En Asunción fueron más de 6 mil los manifestantes que se reunieron en las avenidas Gral. Santos y Mcal. López con la intención de llegar hasta la residencia presidencial “Mburuvicha Róga”, rodeada de un descomunal contingente represivo compuesto de cientos de policías. Otros miles se sumaron en Ciudad del Este, Caaguazú, Encarnación, Concepción, Villarrica, y demás cabeceras departamentales, en contundente respuesta a las declaraciones del presidente Santiago Peña cuando afirmaba días antes que solo se trataba de “una minoría ruidosa”, o del impresentable líder de la bancada cartista en el senado, Bachi Núñez, que expresó ante los medios que “no eran más de 100”, intentando minimizar el reclamo estudiantil.

Ingenio y osadía de la juventud que lucha

Originales carteles, banderas y pasacalles, muñecos, batucadas, encendidos discursos y cánticos embellecieron la multitudinaria convocatoria estudiantil, a la que se adhirieron docentes, investigadores y otros gremios de trabajadores y jubilados, junto con las familias de los estudiantes.

“Luche, luche, luche, no deje de luchar por una educación gratuita y popular”, fue uno de los cánticos entonados entre los cientos de carteles que expresaban con ilustraciones y frases mensajes como: “No nos falta dinero, nos sobran ladrones”; “investigación es igual a progreso”; “Santítere Peña”; “queremos blindarnos del cartismo”; “el peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto”; “yo no estudio para ver morir a mi pueblo en manos del Estado”; “lucha, aunque no te falte nada, porque a algunos les falta todo”; “un pueblo que vive en la aceptación pasiva es un pueblo muerto”; “el miedo nunca conquistó derechos”; “violentos son los que provocan la desigualdad social, no los que luchan contra ellos” ; “sin educación para el pueblo no hay paz para el gobierno”; “recortes en educación = involución”; “inversión para el pueblo, no para los corruptos”.

La dirigente estudiantil Aitana Gorostiaga expresó en su discurso: “Hoy tuvimos un despliegue policial nunca antes visto porque nos criminalizan y nos tienen miedo. ¿A quién tienen miedo? A los estudiantes, a la gente que piensa, que investiga, que critica, que se da cuenta de las cosas que están mal. Les da miedo que estudiemos, que sepamos de macroeconomía, que nos demos cuenta de lo mal que utilizan nuestros recursos y encima no producen nada (…) Ellos son los akane. No saben siquiera hacer una ley en buena manera. Está mal redactada su ley. Lo único que buscan es sacarnos nuestros derechos. No somos solo los estudiantes los que estamos acá, están los trabajadores que vienen después de su larga jornada laboral, (…) quieren acompañar porque se dan cuenta de que de esto salimos juntos, como sociedad. Ante la frialdad y el cinismo de este gobierno lo único que nos da calor es el abrazo del pueblo”, culminaba. Y al enérgico llamado de “Trabajadores y estudiantes unidos y adelante”, marcaba el espíritu del memorable encuentro cívico.

Por qué rechazan la Ley de «Hambre cero”

El 4 de abril, desoyendo las exigencias de estudiantes y docentes, los senadores cartistas sancionaron el proyecto de ley “Hambre cero”. Y con esta medida revocaban el Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (FONACIDE) conformado por los recursos obtenidos por la compensación de la energía paraguaya de Itaipu, del cual dependían emblemáticos fondos y programas como el Arancel cero, el Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), Programa Nacional de Becas, Programa para el Desarrollo de la Ciencia y Tecnología, la Ley Anita, el Fondo Nacional para la Salud, con su programa de Salud Mental, medicamentos de alta complejidad y cuidados para la Primera Infancia, entre otros.

La “Ley de Hambre cero” excluye a los municipios y gobernaciones de ejercer el control de la alimentación escolar en su territorio pisoteando la organización descentralizada del Estado, definida por la Constitución Nacional.

Otro motivo que impulsa su rechazo, es que establece mecanismos de control dudosos con intervención de entidades como la ONG OPACI salpicada de escándalos de corrupción. Y no contempla la participación de docentes, estudiantes, ni familias dentro del Consejo Nacional de Alimentación Escolar. También preocupa que ninguno de sus artículos establece medidas concretas sobre cuestiones esenciales como la merienda, almuerzo, o complementos nutricionales, sino que solo se limita a autorizar al CONAE a modificar, rechazar o aceptar lo que propone el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), quien se encargaría de administrar los millonarios fondos que serán destinados para la mencionada Ley.  

Sin embargo, el MDS no tiene capacidad de gestión racional y no ha sido trasparente. El Estado está condicionado por deudas y un sistema tributario regresivo, por lo que es incapaz de garantizar que los programas desfinanciados sean cubiertos por la Fuente 10, tal como establece la nueva ley promulgada. Nefastas experiencias han tenido otros programas que dependían de dicha fuente, como por ejemplo el que debía abastecer a las ollas populares.

Hambre de justicia

Con esta medida antipopular, una vez más el gobierno cartista pretendía despojar al pueblo de programas claves que atañen nada más y nada menos que a derechos como el de educación y salud. Pero la juventud no permitiría más impunidad, y ese mismo día de la resistida proclama, la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) fue tomada por los estudiantes llamando a paro a las demás instituciones universitarias. Al día siguiente, se sumaba la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA), mientras el presidente firmaba su promulgación.

En los días posteriores, una decena de facultades se sumaron al paro y fueron tomadas junto con el rectorado de la Universidad Nacional de Asunción. Otros gremios estudiantiles como la Federación de Estudiantes Secundarios (FENAES), se unieron al creciente clamor apoyado por la opinión pública y gran parte de la prensa. La actitud del gobierno no hizo más que agudizar la indignación con bochornosas declaraciones como las del jefe de la bancada cartista en el senado o las del propio presidente.

El 9 de abril, las autoridades anunciaron “el blindaje” del arancel cero. Sin embargo, los estudiantes mantuvieron su posicionamiento pues el riesgo inicial se mantiene, ya que la fuente 10, destinada para la cobertura de los programas desfinanciados con la ley de “Hambre cero”, como hemos mencionado, se encuentra en déficit fiscal por lo que no significa ninguna garantía.

La lucha continúa

Las universidades siguen tomadas y en paro. La ciudadanía está llamada a unirse, pues tal como han advertido los estudiantes en lucha, esta medida atañe no solo a toda la sociedad, sino a las futuras generaciones a quienes tenemos la responsabilidad de legar un país, y no un basurero de despojos de la narcopolítica como el que nos impone el gobierno actual.


Fotografías: Marcha estudiantil por el arancel cero. Asunción, 16 de abril de 2024. Archivo de Adelante!

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