La batalla cultural es continua, hoy y siempre

Por Federico Tatter*

Un necesario y motivador recuento de significativos avances en la exacerbada batalla cultural, por la memoria, la verdad, la justicia y los derechos humanos.

En derechos humanos, con perspectiva histórica que reconoce ejes fundamentales transversales, universales y simultáneos en áreas claves como «la verdad, la justicia, la memoria, la reparación, la no repetición efectiva», hoy en 2024, desde el movimiento ciudadano y popular, se afianzan consensos tan importantes como:

a) no hay batalla ganada en forma permanente, y a los Estados sólo es posible fiscalizarlos en estado permanente de movilización y vigilia social (sólo el pueblo salva al pueblo, y este, organizado lo salva mejor);

b) la construcción, defensa y disputa en el terreno cultural y simbólico de la memoria transgeneracional, adquiere fortaleza y densidad ética al articular en forma dialéctica demandas del presente sustentado en las experiencias y gestas históricas del movimiento social y de derechos humanos (la visión histórica es imprescindible para entender el presente y desafiar el futuro como sujetos concientes). No hay luchas sin esfuerzos, tampoco sin recompensas, como las que con brevedad y bajo riesgo de algún olvido involuntario intentaré listar para sustentar, que, el camino de la lucha por los derechos humanos, es parte de una más amplia batalla cultural que se desata en forma híbrida en múltiples escenarios: en las calles, en los parlamentos, en los estrados judiciales, en las asambleas populares, sindicales, barriales, urbanas, campesinas, indígenas, en las aulas universitarias y estudiantiles, y en toda reunión ciudadana convocada a partir de preocupaciones y demandas diversas. El futuro es del pueblo que se encuentra y se organiza para avanzar en camino a su concienciación/liberación. La lucha por los derechos humanos con perspectiva histórica, anticolonial, antipatriarcal, antixenófoba, antiracista, prodiversidades, de la mano de la memoria, disputa el sentido de una democracia real, dando valores concretos a la dignidad humana. Sin nadie atrás, sin nadie afuera, sin nadie abajo.

Este inicio del 2024 merece hacer recuento en tiempo real.

En Paraguay, aún conservador y autoritario, la tenaz lucha de las víctimas y militantes antistronistas, volvió a ingresar al foro judicial arrebatando una condena máxima en nuevo juicio oral con 30 años por tortura (imprescriptible y de lesa humanidad), al ex comisario policial y abogado Eusebio Torres: «…El tribunal presidido por el juez Juan Francisco Ortiz junto a Rossana Maldonado y Manuel Aguirre, condenó a 30 años de prisión al ex policía stronista Eusebio Torres Romero, acusado por hechos de tortura ocurridos en el año 1976 del que fueron víctimas dos opositores de la dictadura de Alfredo Stroessner…». (Redacción, febrero de 2024, «Ultima Hora»). Tras esa histórica condena, se sumó la imputación por tortura al ex comisario Lucilo Benítez, y existen 22 carpetas judiciales en línea. ¿Será una gota, o una lluvia? Solo el movimiento popular puede torcer las inercias de la impunidad sistémica. Y para abonar al campo simbólico se están programando actividades alrededor de los 70 años del golpe cívico militar fascista del stronismo, el 4 de mayo de 1954.

En Argentina, a pesar del duro revés con el neofascismo neoliberal en el poder con un ajuste monstruoso, el gran movimiento cívico social, de derechos humanos, de familiares de desaparecidos, de movimientos sindicales y políticos que aún tienen el pie en la democracia, dieron muestras de valentía, creatividad y vigor alrededor de las masivas movilizaciones por el día de la memoria, a 48 años del golpe liberal fascista del 24 de marzo de 1976: «…Cientos de miles de argentinos se movilizaron el domingo en el aniversario 48 del golpe de Estado de 1976, en momentos en que el gobierno de Javier Milei arremete en todos los planos —el político, el económico, el social y también el del manejo de la historia— para dejar en claro que aquella dictadura no está tan alejada, en el fondo, de su propia filosofía…». (Gatti, 2024, en Rel-Uita.org).

Aún demostrando repudio y rápida respuesta ante las provocaciones con videos negacionistas y violentistas desde el propio Poder Ejecutivo y ante el intento de encubrimiento del atentado a una militante del movimiento de hijos recuperados y amenazas al movimiento de Abuelas.

Argentina, movilizaciones del 24 marzo de 2024. Fotog. Gentileza de Horacio Paone.

En Brasil, en un proceso complejo de desbolsonarización todavía incipiente, el supremo tribunal federal sorprendió con identificación y orden de detención a autores intelectuales y su cadena de encubrimiento, todos agentes públicos y con poder político, responsables del asesinato aleve de la parlamentaria carioca Marielle Franco y su chofer un 18 de marzo de 2018. Seis años de impunidad cayeron como castillo de naipes y sistema judicial brasileño, pone pies en defensa del sistema democrático dando señal y prueba inequívoca: «…La Policía Federal (PF) enfrentó las condiciones más adversas en la investigación sobre los responsables del asesinato de la concejala Marielle Franco (PSOL-RJ) y su conductor, Anderson Gomes.

Cuando se abrió la investigación, el 21 de julio de 2023, ya habían transcurrido cinco años y cuatro meses del crimen; una investigación previa de la Policía Civil había sido “saboteada” por miembros de la propia Policía Civil…». (Valente, 2024, para «Agencia Pública). También, la justicia muestra coraje imputando al ex presidente Jair Bolsonaro por supuesto liderazgo del intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2013: «…Jair Bolsonaro podría ser detenido tras confirmarse que pasó dos noches en la embajada de Hungría en Brasil como estrategia para evitar ser detenido, en el marco de los operativos de la Policía Federal por la causa que investiga el intento de golpe de Estado contra Lula y que terminó con la retención el pasaporte…». (Taglioni, 2024, en «Lapoliticaonline»). A la vez que se realizan múltiples actividades de memoria y lucha en «des-conmemoración», a los 60 años del golpe empresarial militar del 1 de abril de 1964, como la entrega de las medallas de la resistencia «Chico Mendes» en su versión 36 en la ciudad de Río de Janeiro y otras. Una clara demostración que todas las luchas están vinculadas por la «causalidad histórica», y no hay, en derechos humanos, ni sorpresas, ni actos aislados, por lo que el movimiento es mejor que esté siempre activo y con guardia alta.

En El Salvador, y desde allí al mundo, en un efecto global, se sumaron actividades de conmemoración de la lucha y del humanista ideario del hoy San Arnulfo Romero, mártir del pueblo salvadoreño, centroamericano, caribeño y mundial, en el 44º aniversario de su asesinato por fuerzas estatales y paraestatales del terrorismo de Estado, un 24 de marzo de 1980 en su púlpito: «…En este 44º aniversario del martirio de nuestro San Romero, fue muy recurrente la exigencia contra el Estado de Israel y los países europeos y Estados Unidos de Norteamérica, para que detengan el genocidio contra el pueblo palestino. La exigencia al Tribunal Penal Internacional para ejercer su autoridad y perseguir a los responsables de esta atrocidad que pone en riego la paz mundial. Retomando su voz, a nivel mundial, se ha abogado por ponerle fin, a la industria armamentista y darle salida por vías razonables a los actuales conflictos bélicos…. (Mirna Perla Jiménez, 2024, entrevista San Salvador).

En Italia, en los tribunales hace más de 20 años existe una vocación que no tiene final para juzgar graves crímenes de lesa humanidad perpetrados en el marco de la ilegal, secreta y transnacional «Operación Cóndor». Aún desfilan testimonios, evidencias y se exige la presencia de los presuntos perpetradores que buscan la impunidad política de algún Estado europeo. No lo logró el jefe de fusileros navales Tróccoli, e intenta cubrir su extradición para dar con un juez de lesa humanidad, el represor Reverberi: » (…) Reverberi Boschi, nacido en Italia en 1937, se fugó del país en 2012 y viajó a Sórbolo, en la región de Parma, Italia, tres meses antes de que la Justicia argentina lo citara a prestar declaración indagatoria por su participación en crímenes de lesa humanidad en San Rafael, donde ejerció como capellán del Ejército…». (LetraP, 2024).

En Australia, Suecia, Ecuador, Reino Unido, Estados Unidos, circula el talón de Aquiles de la promovida libertad de expresión si sólo se rezan salmos al capital y se encubren a financistas y ejecutores de guerras, invasiones y terrorismo internacional. Es el caso del periodista de datos Julian Assange, que vive en pena anticipada sin juicio, con varias operaciones secretas montadas en su contra y bajo riesgo cierto de pena de muerte, por revelar al mundo «el doble rasero de potenciales militares y sus invasiones de conquista». Si cae al paredón de fusilamiento Julián Assange, como fuera hace más de 90 años Julius Fučík, la estatua de la libertad de Nueva York, deberá buscar asilo: «(…) «Cinco años después de iniciarse el caso», ha señalado (Stella) Assange, «los tribunales han acordado examinar la evidencia de que Estados Unidos ha conspirado para secuestrar y asesinar a Julian, por lo que no puede ser enviado allí». Julian, ha defendido, «es un preso político, un periodista perseguido por exponer los crímenes de guerra del país que quiere su extradición». La posible expulsión del editor de Wikileaks a Estados Unidos supone «un mensaje a todos los periodistas»: «Si exponen los intereses que manejan el mundo, les perseguirán, les meterán en prisión o los matarán» (…)» (Juanatey, 2024, en «Huffpost»).


Hay más evidencias de resistencias activas, movilizadas y razonadas, pero esta paleta de acciones reitera que la memoria como campo de batalla cultural es aún, una fuerza ética, material y estratégica en la lucha hacia un mundo más solidario y humano.


*Federico Tatter es Vocal internacional de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos, FEDEFAM (1981).

**Imagen de inicio: Fotog. Gentileza de Horacio Paone. Argentina, movilizaciones del 24 marzo de 2024.


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