Evaristo Antonio González era su nombre. Humberto era su seudónimo en la clandestinidad. Para nosotros siempre fue Humberto, el tenaz y valiente camarada, capaz de todo tipo de sacrificios para desarrollar el proyecto de nueva sociedad sin explotadores ni explotados. Portador de una belleza obrera cargada de coraje y solidaridad.
Con profundo dolor informamos a la clase obrera y a los pueblos del mundo, que en la madrugada del 11 de marzo ha fallecido uno de sus mejores hijos: Evaristo Antonio González, alias camarada Humberto. Director de Adelante!, Srio. Adjunto de nuestro Comité Central, responsable principal de la Comisión Nacional de Organización, revolucionario imparable que dedicó su vida a la construcción de una sociedad sin opresores ni oprimidas.
Nacido en 1936, el camarada Humberto tuvo que vivir el exilio desde su nacimiento. Creció en la ciudad de Clorinda, en contacto permanente con la cultura y con la cotidianeidad de nuestro pueblo paraguayo y su idioma guaraní. El impacto que tuvo en Humberto la guerra civil de 1947 le fue empujando a tomar partido junto a los oprimidos. Así fue que a temprana edad se afilió al Partido Comunista Paraguayo.
Carpintero de oficio, legado que continua con mucho amor su nieto de 12 años. Hace pocos días había recibido de regalo un martillo de madera fabricado por Humberto, sin imaginar aun que ese tesoro obrero sería su último regalo, como una simple conjugación material de la ternura, la tenacidad, la sencillez y el coraje que hicieron síntesis humana en el abuelo comunista, como otra excusa más para recordarlo como era.
Como militante de nuestro Partido, a Humberto le tocaron numerosos trabajos. Uno de los principales fue el trabajo de pasero, riesgosa tarea propia de la clandestinidad en zona de frontera. Durante años se encargó de pasar a través del río a camaradas de Paraguay a la Argentina y viceversa, salvando así muchas vidas. Además de ingresar armamentos, documentos, periódicos Adelante! y otros recursos para enfrentar a la tiranía fascista de Stroessner, contra la cual luchó de manera inclaudicable.
Humberto estuvo preso durante 8 años en los calabozos temibles del tirano. Y durante dos años estuvo engrillado, con una cadena que no le permitía siquiera erguirse. En todos los años de apresamiento fue sometido a las peores torturas, sin que logren sacarle información alguna que comprometa nuestro proyecto revolucionario. El camarada se mantuvo firme en sus principios e ideales toda su vida. Imbatible y corajudo resistió en las más duras condiciones.

Y así se mantuvo hasta su último día. Murió con plan en mano, insistiendo en el funcionamiento orgánico, desde las bases hasta la dirección, en la planificación colectiva e individual, así como en la ejecución y evaluación de todo lo planificado. Firme en las exigencias para la militancia y en el monitoreo y cumplimiento de los acuerdos, el camarada Humberto mostraba también su ternura ante los conflictos internos, buscando entender los motivos de las indisciplinas e incumplimientos, tratando de esbozar una crítica constructiva que permita la superación de los errores.
Hoy varias organizaciones en nuestro país levantan la bandera del Juicio y Castigo a quienes torturaron y saquearon durante el stronismo. Lo decimos con total certeza: Humberto es el responsable de que hoy se tenga mayor conciencia de la necesidad del Juicio y Castigo como paso ineludible para construir democracia.
En los últimos años Humberto fue director de Adelante! y se dedicó con empeño a forjar en la conciencia militante la importancia de su órgano de prensa, como portavoz de la clase trabajadora. Con enorme emoción dedicamos al camarada esta nueva etapa del periódico en su publicación digital.
Será imposible llenar el espacio que ha dejado. Para toda la militancia comunista es un enorme orgullo haber trabajado con Humberto, reconociéndolo como uno de los grandes héroes de nuestro país y de las mayorías trabajadoras de todo el mundo.
En personas tan bellas como Humberto se hace cuerpo aquella frase cardinal de José Martí al afirmar que “cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana”.
Humberto es nombre de pueblo despierto.

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