Editorial del 6 de noviembre del 2024
Las leyes que se aprueban hoy y son perjudiciales, las podemos derogar mañana. No hay final de lucha cuando se trata de defender nuestras libertades, nuestros derechos, lo que nos corresponde y nos merecemos como trabajadores y trabajadoras. Nunca debemos olvidar que mientras que tengamos fuerza masiva convencida de lo que quiere y puede hacer, organizada, unida y con un plan, cualquier ley que sea injusta puede ser cambiada. A partir de esta verdad, debemos trabajar todos los días para frenar la ofensiva que nos está metiendo la mano en nuestros bolsillos para sacarnos el futuro digno que buscamos.
Desde agosto del año pasado, el gobierno cartista-stronista, viene aprobando leyes favorables al saqueo de las mayorías y el mantenimiento de los privilegios de unos pocos explotadores corruptos y alineados a la narcomafia.
De aquí al 20 de diciembre, la aplanadora parlamentaria de los explotadores y narcomafiosos continuará sus planes de saqueo y ajuste de cinturones en perjuicio de una golpeada clase trabajadora.
El 20 de diciembre es el último día de sesión del Congreso Nacional. Decimos que es el último día antes del inicio. Antes del inicio de una resistencia más sólida y con posibilidades reales de disputa, porque entendemos que estos próximos 45 días, desde hoy hasta la mencionada fecha del mes de diciembre, servirán de ensayo de luchas para ajustar nuestra unidad, nuestra llegada y organización, tanto al interior de los sindicatos, como también entre sindicatos, y con trabajadores que no están sindicalizados y trabajan sin derechos, en total precariedad laboral.
Es de fundamental importancia tener seguridad sobre dos cuestiones: una es que las nuevas leyes que nos perjudican y que favorecen al saqueo de nuestros bolsillos, a la eliminación de derechos laborales y a la represión y pérdida de libertades, pueden ser derogadas con fuerza masiva en las calles; la otra es que demostrar nuestra fuerza mayoritaria implica disponer de trabajadores con derechos y experiencia en la lucha, para reunirse con esa mayoría sin derechos y totalmente desprotegida, con la intención de construir juntos un plan que permita que ese 70% de trabajadores salga de la informalidad y logre que todos los artículos del Código Laboral se cumplan. Es la única forma de desarrollar una resistencia capaz de frenar la ofensiva de las patronales a través de su gobierno.
Frente al proyecto injusto de igualarnos por abajo y sin derechos, nosotros debemos juntar a esa arrolladora mayoría de trabajadores y trabajadoras para defender los derechos buscando estabilidad laboral, salarios justos, horas extras, aguinaldo, jubilación, salud, educación, tierra y vivienda para todas y todos, para igualarnos en oportunidades y con justicia social. Pero para lograr condiciones de disputa necesitamos organización, unidad, plan, creatividad y convicción.
La responsabilidad compartida en el esfuerzo de reorganizar al movimiento de trabajadores debe ser consciente de su desafío e identificar con claridad cuáles son sus tareas inmediatas. Nosotros tenemos la plena seguridad de que lo primero que debemos hacer es planificar un trabajo de bases que se muestre en volanteadas callejeras, reuniones en plazas, en sindicatos, buscar espacios en medios de comunicación y desarrollar la campaña por redes para explicar cómo, por qué y en qué nos perjudican todas las leyes aprobadas por el gobierno.
Desde hoy hasta el 20 de diciembre, entendemos que deben darse ensayos con trabajos de base, diversas movilizaciones, presiones al gobierno, búsqueda de unidad de acción con todos los sectores sociales y políticos que coincidamos en frenar las leyes de saqueo como la de Superintendencia (saqueo de fondos jubilatorios que salieron de nuestros bolsillos, incluyendo inmuebles de alto valor que fueron adquiridos con nuestro dinero), la ley de medidas extraordinarias de gestión para finanzas públicas (utiliza rubros de salarios del sector público que antes iban a las cajas de jubilaciones para que el Presidente Peña los utilice sin ningún control), ley de reforma policial (contra nuestros derechos y libertades, como entrar en vehículos para revisar sin orden judicial o investigar a las personas sin notificación fiscal, además de diseñar el manual para el uso de fuerzo sin control del Poder Legislativo, entre otras arbitrariedades), ley del servicio de carrera civil (eliminación del contrato colectivo de condiciones de trabajo, combate a la libertad sindical, restricción del derecho a Huelga General, precarización laboral creciente), la ley para crear el Registro Unificado Nacional (RUN) (para titular tierras invadidas por familias relacionadas a la camarilla de delincuentes encabezada por Stroessner, que son millones de hectáreas), así como el anuncio de reforma laboral para eliminar la estabilidad laboral, y la reforma de la Constitución para avanzar en la eliminación de derechos y el favorecimiento de las condiciones jurídicas para el saqueo de unos pocos.
La consigna es preparar los cimientos en las próximas semanas para levantar una poderosa construcción unitaria de miles de trabajadoras y trabajadores que durante el 2025 se plante con huelgas, paros, movilizaciones y diversas formas de presión y ejercicio de poder para recuperar derechos y hacer justicia en favor de la mayoría del pueblo.