Editorial del 26 de agosto de 2024
Es el sentimiento del trabajador, de la trabajadora, superar este largo mes de agosto y prepararse para un septiembre en donde no sea todo tan difícil. Pero como sabemos que el gobierno y el Estado que operan en el Paraguay no se organizan para mejorar la situación del pueblo trabajador; lograr un septiembre que sea mejor que agosto nos exige un trabajo que, según nuestra experiencia, cuanto más colectivo y amplio sea, nos rendirá mejores resultados.
Y para reforzarnos el espíritu y reunir las energías para luchar y encontrar soluciones con compañeros de trabajo, vecinas y vecinos, compañeras de estudio, creemos importante identificar momentos de nuestra historia que demostraron la capacidad de la clase trabajadora para conquistar derechos y defender lo que se merece.
Hoy necesitamos recuperar derechos como el de la estabilidad laboral, los contratos colectivos de condiciones de trabajo, el sistema de pensiones y jubilaciones, las horas extras y los pagos por trabajo en días feriados y a la noche, de acuerdo a lo que dice la ley. Nada de eso se cumple. Tampoco se cumple el derecho a la tierra para campesinos e indígenas, el derecho a la producción agrícola, a los mercados para vender la producción, el derecho a la alimentación sana, al transporte público de calidad y con cobertura las 24 horas, además de salud y educación integral para generar igualdad de oportunidades.
El incendio de este fin de semana en zona de la Chacarita es otra muestra más de la criminal indiferencia del Estado y el gobierno cartista en relación al acceso a la tierra y a la vivienda en la zona urbana.
Agosto es un mes importante en la historia de nuestro país. En agosto de 1946, por ejemplo, luego de grandes luchas populares para enfrentar la difícil situación económica y política generada por el capitalismo en su expresión militar-fascista (gobierno de Higinio Morínigo), se generó la denominada “Primavera democrática”, una conquista que generó grandes movilizaciones en todo el país y que las patronales no aguantaron, generando una reacción al levantamiento popular, que se expresó en al Guerra Civil de 1947, en donde los rebeldes (comandados por liberales, febreristas y comunistas) estuvieron a punto de triunfar. Y justamente, fue también en agosto de ese mismo año, donde se consuma una derrota que hasta hoy sigue afectando a todo nuestro pueblo, sobre todo porque dicha derrota debilitó de manera considerable a las organizaciones de la clase trabajadora, que hasta ese momento eran fuertes.
Esa derrota del ’47 y la Huelga General de 1958 (27 de agosto), ya bajo la tiranía militar-fascista de Alfredo Stroessner, son momentos de heroísmo del pueblo trabajador y también nos muestran situaciones de las que debemos sacar lecciones para evitar futuras derrotas. Por ejemplo, la unidad de la clase trabajadora con fuerte claridad en cuanto a los problemas que tiene para vivir mejor (incluyendo en la clase a obreros, profesionales e intelectuales), la necesidad de establecer una alianza social con el campesinado, con los pueblos indígenas, con todos los sectores explotados y, sobre todo, la claridad de saber que los partidos colorado y liberal, al no ser organizaciones políticas exclusivamente conformadas por trabajadoras y trabajadores, al incluir en sus filas a los explotadores, sí o sí terminarán favoreciendo a los patrones en perjuicio de las mayorías trabajadoras.
También en agosto nació el creador de la Guarania, que es el principal aporte musical del Paraguay al mundo. ¿Quién fue el que creó la Guarania? Un hijo de la clase trabajadora y militante del Partido Comunista Paraguayo: José Asunción Flores. El maestro Flores pasó gran parte de su vida en el exilio por ser comunista. Igualmente, toda su vida luchó por la liberación del pueblo paraguayo y de todos los pueblos del mundo, como trabajador comunista coherente. En su lucha formó parte del Consejo Mundial de la Paz y denunció el robo y la cruel represión del Paraguay bajo el terror fascista financiado por los EEUU. El ejemplo de Flores nos dice que sin coherencia y valentía, no lograremos ser dignos como pueblo trabajador.
Las libertades, los derechos laborales, el derecho a la tierra y el arte para todo el pueblo, cuando se conquistaron fueron gracias a la lucha de la clase trabajadora y de sus organizaciones sociales y políticas, como los sindicatos y el Partido Comunista Paraguayo. Esto nos demuestra que con sindicatos y gremios clasistas, honestos, combativos y fuertes, se fortalece al Partido de la clase trabajadora y se logran conquistas importantes.
También un 27 de agosto fueron secuestrados y desaparecidos dos destacados dirigentes obreros y comunistas: Antonio Maidana y Emilio Roa. Esto ocurrió en el año 1980, en Buenos Aires, Argentina. Fue en el marco del terrorista Operativo Cóndor, organizado por los EE. UU. para que las dictaduras de Paraguay, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Bolivia intercambien presos políticos que luchaban por derechos y libertades. Esta experiencia también nos deja lecciones diversas, entre ellas, la necesidad de organizarnos a nivel internacional, porque el sistema injusto de explotación (el capitalismo) es mundial y los sectores explotados y excluidos en todos los países tenemos mucho más en común entre nosotros que con “compatriotas” explotadores, corruptos, bandidos, que se benefician de la situación actual.
También en agosto, pero un día 4, nació Carmen Soler. Este año es el centenario de su nacimiento. Soler fue una poeta y militante del Partido Comunista Paraguayo, que escribió poesía sobre la lucha del pueblo trabajador. Todos los días, muchas veces sin que nos demos cuenta, la poesía nos acompaña, tanto en alegrías como en sufrimiento. Por eso, conocer más de Carmen Soler, la poeta de las mayorías trabajadoras, seguro nos dará fuerzas para encontrarnos, conversar, debatir y generar la unidad y organización capaces de hacer valer nuestra condición de mayoría en el país y en el mundo.
Para lograr que el pueblo trabajador se apropie de la primavera y tengamos un septiembre mejor, el camino es el encuentro, el tereré jere, las reuniones en nuestro barrio, a la salida de nuestros trabajos y de nuestros lugares de estudio. Mucho ejemplo, mucha muestra práctica que demuestre que somos diferentes y que para nosotros hacer política significa tomar partido por las mayorías trabajadoras para transformar esta sociedad y construir una nueva.
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