Texto originalmente publicado el 23 de agosto de 2024 en Naked Capitalism, por Nick Corbishley

Traducción de David Fernández


A estas alturas, los lectores de NC (Naked Capitalism) están bien versados en los problemas, en gran medida autoinfligidos, que Estados Unidos y sus vasallos de la OTAN están teniendo para mantener el flujo de armas y municiones hacia Ucrania. La mayoría de los miembros de la OTAN ya han vaciado sus almacenes de existencias de armas, incluidos proyectiles de 155 mm. En julio, un informe especial de Reuters admitió que «una década de errores estratégicos, de financiación y de producción [había] desempeñado un papel mucho mayor en la escasez de proyectiles que los recientes retrasos en la ayuda del Congreso de Estados Unidos».

Hay muchas razones para esta escasez crónica de municiones. Como explicó Yves Smith en su preámbulo a un reciente artículo republicado, mencionando «el fracaso de EE.UU. y sus aliados de la OTAN para invertir en capacidad de aumento», «procesos de adquisición prolongados y típicamente torpes» y «un disgusto general por el dirigismo».

Privatización Sigilosa

Para reforzar sus menguantes reservas de municiones, Estados Unidos y sus vasallos de la OTAN miran una vez más hacia el sur, hacia América Latina. Esta vez no están pidiendo a los gobiernos de la región que donen o (en palabras de la comandante del Comando Sur de EE.UU., la general Laura Richardson) «canjeen» el equipo militar ruso enviándolos a Ucrania, que hasta ahora no ha dado nada de nada, sino que buscan comprar un fabricante de armas de propiedad estatal en Argentina, con el objetivo de engancharlo en el esfuerzo bélico de Ucrania.

La empresa en cuestión es Fabricaciones Militares Sociedad del Estado, que además de fabricar armas cortas, ametralladoras, artillería, municiones, TNT, DNT y nitroglicerina, también produce vagones para el operador de trenes estatales Ferrocarriles Argentinos. Hasta hace poco, Fabricaciones Militares también producía explosivos para una empresa minera peruana, pero en mayo el gobierno argentino de Javier Milei rompió el contrato. Según la cadena de noticias argentina Canal 26, una delegación militar estadounidense visitó la empresa para evaluar sus capacidades logísticas.

Al parecer, el gobierno de Milei ya dio el visto bueno para que una empresa estadounidense o europea se haga cargo de las operaciones de la empresa estatal argentina. Tal movimiento sería, por decirlo suavemente, controvertido, así como bastante extraño, dados los problemas crónicos en la industria de Argentina.

Como señala Canal 26, Fabricaciones Militares no está en la lista del gobierno de 35 empresas estatales (portuarias públicas, aeronáuticas, satélites, agua, banca, telecomunicaciones, energía, ferrocarriles, petróleo, carbón y educación) destinadas a la privatización en su Ley de Bases. En su lugar, se incluyó en una lista de empresas estatales que se transformarán en empresas que cotizan en bolsa. Esa lista figuraba en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del gobierno, anunciado en diciembre.

Una vez que Fabricaciones Militares cotice en la bolsa de valores, lo que aparentemente podría suceder en septiembre, una empresa estadounidense o europea podría tomar una participación mayoritaria en la empresa. En otras palabras, se trata de una privatización sigilosa. Al parecer, ya hay varias partes interesadas. Según Eduardo Bercovich, secretario general del sindicato ATE en la ciudad de Azul, donde se encuentra una de las plantas más grandes de Fabricaciones Militares, la planta de Azul ya ha recibido visitas de delegaciones de dos empresas, entre ellas el grupo checo CSG.

“Se Remata”

Otra instalación en Río Tercero fue visitada en julio por personal del gobierno de Estados Unidos, informa Tiempo de San Juan:

“La visita extraoficial de funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos a las instalaciones de la fábrica militar de Río Tercero, Córdoba, sigue levantando polvareda. La recorrida en cuestión, efectuada durante el mes de julio por personal norteamericano en compañía de representantes del Ministerio de Defensa y de la Dirección de Fabricaciones Militares, ocurrió por fuera de los canales «tradicionales» y fue expuesta por los gremios que confluyen en esa planta. Esta denuncia redundó en un pedido de informes impulsado por representantes de Juntos por el Cambio y el Partido Justicialista en la Cámara de Diputados. Si bien el Gobierno aún no se pronunció al respecto, crecen las versiones respecto de un desembarco estadounidense en el control de las instalaciones militares que serían utilizadas para fabricar pertrecho destinado a las tropas de la OTAN en Ucrania.”

“Entendemos que en Fabricaciones Militares hoy hay un cartel que dice `se remata´”, dijo Bercovich a Canal Abierto. “esto es sumamente grave, sobre todo porque el Gobierno quiere incorporar al país dentro de la OTAN y hacer municiones para Ucrania, cosa que nos metería y nos embarcaría en un en un problema bélico muy importante a nivel mundial. Nosotros somos un país sumamente pacífico, así que creemos que este no es el camino”.

Como informamos en junio, Milei parece estar decidido a convertir a Argentina en el primer país latinoamericano en enviar armas a Ucrania:

«Milei está decidido a tomar partido en los conflictos internacionales, creyendo que eso lo posiciona como un líder internacional», dice el analista geopolítico Gonzalo Fiore Viani. «Todo lo que hace es para reforzar esa imagen y no para promover los intereses nacionales de Argentina».

Milei parece decidido a involucrar a Argentina no solo en la escalada de tensiones en Medio Oriente, sino también enviar tropas a la picadora de carne que es Ucrania. Ayer, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd J. Austin III, dio la bienvenida a Argentina como nuevo miembro del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania (también conocido como Grupo Ramstein) durante su discurso de apertura en la 23ª reunión del grupo. El Grupo Ramstein es una alianza de países (principalmente de la OTAN) que se reúne mensualmente en la base aérea de Ramstein en Alemania para coordinar la donación continua de ayuda militar al gobierno de Zelensky.

Argentina es el primer país latinoamericano en unirse al grupo. En una entrevista con Andrés Oppenheimer, de CNN Español, en abril, Milei llegó a plantear la posibilidad de enviar militares a la picadora de carne, una propuesta que cuenta con el apoyo de apenas el 21% de la población, según una encuesta del consultor Gustavo Córdoba. Cualquier decisión de enviar tropas tendría que pasar primero por el Congreso, dijo una fuente diplomática no identificada a La Política Online.

No ocurre lo mismo con el envío de armas. Un nuevo artículo de Infobae sugiere que Milei quiere regalar al (ahora ilegítimo) presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, cinco aviones de combate de fabricación francesa.

Como señalamos en ese momento, lo complicado de ese plan era que los aviones en cuestión no podían volar, de hecho, no habían volado durante años. Días después, comenzaron a surgir informes de planes para enviar tanques argentinos a Ucrania a través de Alemania.

“Un acto hostil”

Rusia no tardó en responder y lo hizo describiendo la oferta de Argentina de enviar los aviones y/o tanques a Ucrania como un «Acto Hostil». A través de su embajador en Argentina, Dmitry Feoktistov, Vladimir Putin instó a la administración de Milei a abstenerse de interferir en el conflicto de Rusia con Ucrania, sugiriendo que Argentina estaría mucho mejor servida manteniendo su postura neutral, y de esa manera «preservando la naturaleza amistosa de las relaciones ruso-argentinas, que históricamente han sido inmunes a las tendencias políticas».

Feoktistov dijo:

“Las informaciones sobre el posible envío de tanques argentinos a través de Alemania, similar al acuerdo de los aviones con Francia, también son preocupantes. Hemos comunicado claramente y con firmeza a Argentina que tales acciones serán consideradas acciones hostiles contra Rusia”

Feoktistov también criticó la participación del ministro de Defensa argentino, Luis Petri, en el Grupo Ramstein.

“En cuanto a la participación del ministro argentino de Defensa, Luis Petri, en la reunión de Bruselas, dentro del marco de la coalición Ramstein, todavía no hay comentarios oficiales desde la parte argentina. El hecho cierto del acercamiento entre Buenos Aires y los patronos militares de Ucrania causa una profunda decepción.”

También dijo que el gobierno de Rusia ha respondido a la solicitud de Argentina para convertirse en socio global de la OTAN con desconcierto. «Francamente, no entendemos cómo adquirir este estatus puede mejorar la seguridad de Argentina».

Es un punto que hemos estado haciendo desde abril, cuando se anunció por primera vez la solicitud de membresía. De hecho, una pregunta que uno podría hacerse sobre casi todos los aspectos de la política exterior y el alineamiento geopolítico de Milei es: ¿cómo se beneficia el país de Argentina? (Por supuesto, no es así). ¿Cómo se beneficia del apoyo entusiasta de su gobierno a Israel mientras Israel comete un crimen de guerra tras otro en Gaza, incluido el peor crimen de todos, el genocidio? Al hacer esto, Milei esencialmente ha colocado un objetivo gigante en la espalda de Argentina. ¿A cambio de qué?

¿Cómo se beneficia Argentina de la decisión de su gobierno de permitir la instalación de personal militar estadounidense a lo largo de la Hidrovía Paraná-Paraguay, el sistema fluvial más largo de Argentina, el más importante del Paraguay, por el que viaja aproximadamente el 80% de todas sus exportaciones? ¿O del establecimiento de una base naval conjunta de Estados Unidos y Argentina en Ushuaia, en el extremo sur de Tierra de Fuego, que otorga al Comando Sur de Estados Unidos una influencia significativa sobre este punto clave de entrada a la Antártida? ¿O de distanciarse de sus dos socios comerciales más cercanos, Brasil y China? ¿O de enviar una porción cada vez mayor de sus reservas de oro a Londres, donde puede ser confiscada por cualquiera de los innumerables acreedores impagos del país?

¿O proponer gastar 100 millones de dólares en la Secretaría de Inteligencia del Estado de Argentina en un momento en que está recortando el gasto en educación pública, salud, pensiones, obras públicas, gasto social y casi todo lo demás? Dicha propuesta fue rechazada por unanimidad por el Congreso argentino, e incluso el partido PRO del expresidente Mauricio Macri criticó la idea de gastar 100 millones de dólares en inteligencia y seguridad del Estado en un momento en que «no hay dinero», especialmente dada la falta de transparencia sobre cómo se gastaría el dinero.

Pero estoy divagando. Volvamos al tema principal.

Como sucedió meses antes con Ecuador, otro país cuyo gobierno alineado con Estados Unidos ofreció enviar armas a Ucrania bajo la aparente impresión de que Rusia no tomaría represalias, el gobierno de Milei no tardó en rectificar su posición. Apenas dos días después de la advertencia de Putin, el portavoz presidencial argentino, Manuel Adorni, descartó explícitamente la posibilidad de «brindar cualquier tipo de apoyo militar» a Ucrania, en respuesta a una pregunta planteada sobre las advertencias de Rusia:

“Nosotros no vamos a aportar ningún tipo de apoyo militar. Sí, por supuesto, vamos a ofrecer apoyo humanitario, apoyo de logística en términos de cuestiones humanitarias y lo que se denomina el desminado del territorio. Pero no vamos a interferir de ninguna manera en el conflicto bélico.”

Ahora, en lugar de entregar armas a Ucrania, el gobierno de Milei está buscando entregar a los fabricantes de armas de Argentina a la causa. Y, al parecer, Putin no se dará cuenta ni le importará. Pero ¿de qué servirán si el gobierno de Milei ya está despojando a Fabricaciones Militares de algunos de sus trabajadores clave? Avisos que ofrecen jubilaciones anticipadas y voluntarias ya han comenzado a llegar a las bandejas de entrada del personal. Muchos de los trabajadores despedidos tendrán habilidades y conocimientos que serán difíciles de replicar. Bercovich, del sindicato de Fabricaciones Militares, pone el ejemplo de un trabajador que ha recibido más de 1.000 horas de formación sobre cómo fabricar explosivos.

“Ese [tipo de conocimiento] tarda años en inculcarse… Pero lo único que quiere hacer el gobierno es deshacerse de los funcionarios del estado».

Lo que nos lleva de vuelta al punto de Yves sobre la desconfianza general de los gobiernos occidentales en el dirigismo (control estatal de los asuntos económicos y sociales), lo que hace que sea mucho más difícil para ellos mantenerse al día con la producción de municiones de Rusia. En el caso del gobierno de Milei, no es tanto la desconfianza general que siente hacia el dirigismo; es pura hostilidad.