Esta semana se publicó el informe de una conocida agencia internacional de calificación, en el que el gobierno de Mario Abdo es duramente cuestionado, sobre todo por la impunidad a la hora de castigar los casos de corrupción. También se cuestiona la débil institucionalidad y la desigual aplicación del Estado de Derecho.
En cuanto a los Derechos Humanos, la agencia aplazó al gobierno, teniendo en cuenta la discriminación a los pueblos indígenas, y la selectividad en los controles dentro de la pandemia, imputando a ciudadanos que no son millonarios y favoreciendo a quienes tiene poder económico y político.
Esta agencia explica que ha disminuido bastante la credibilidad del gobierno, por el alto nivel de corrupción y por la total impunidad con esos grandes saqueadores que se aprovechan de sus relaciones e influencias en las esferas de poder para seguir enriqueciéndose de manera ilícita.
Este jueves, 10 de diciembre, se recordará un aniversario más de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con una marcha convocada por la Plataforma Social de Memoria, Derechos Humanos y Democracia, además de una variedad de organizaciones sociales y políticas. Según se presentó dicha actividad, será una marcha antistronista cuya consigna expresa que “Democracia NO es igual a stronismo”, haciendo referencia a esos casi 35 años liderados por el tirano Alfredo Stroessner, en los que él junto a una camarilla de delincuentes, se subordinaron a los intereses de EEUU en el marco de la Guerra Fría, para desinformar al pueblo paraguayo sobre los objetivos del comunismo, y luego perseguir toda oposición a su política de saqueo, encarcelando, exiliando, torturando y desapareciendo a miles de luchadoras y luchadores, a quienes calificaban de comunistas, instalando que dicho proyecto era perjudicial para los intereses del país.
Con esa política de Terrorismo de Estado y falseamiento de la información, inauguraron el narcotráfico y conformaron una mafia en torno al Estado y a la garantía para el robo, acumulando tierras, inmuebles, maquinarias, vehículos, empresas, bancos y dinero de manera totalmente ilegal.
Hoy estamos atravesando una aguda crisis en donde los problemas de salud, dinero, trabajo, vivienda, tierra, educación e igualdad de oportunidades, son cada vez más grandes, mientras ellos disfrutan de sus riquezas fraudulentas y continúan dirigiendo a nuestro país perjudicando a la mayoría honesta y trabajadora.
La marcha de 10 de diciembre es un paso más hacia el golpe de gracia para derrocar el proyecto hambreador y corrupto de las patronales, construyendo un poder obrero, campesino y popular que refleje y defienda con transparencia y orgullo, los intereses de bienestar de las mayorías trabajadoras.
Esas minorías que tienen muchas casas y tierras, tienen empresas y bancos, tienes muchos vehículos y dinero, acumularon sus riquezas aprovechando sus contactos, violando las leyes, pagando a los trabajadores menos de lo que les corresponde, evadiendo impuestos, amedrentando a quienes se atrevieron a reclamar sus legítimos derechos. Y todo esto lo siguen haciendo de manera totalmente impune.
Claro, no podía ser de otra forma, teniendo en cuenta que el stronista y saqueador Mario Abdo es el Presidente del país, y las cúpulas colorada, liberal, patriaqueridista, están dominadas por intereses de patronales millonarias que disfrutan de ilegales privilegios.
La esperanza de cambios verdaderos crece gracias al esfuerzo de organizaciones y personas que venimos demostrando la superioridad de las trabajadoras y los trabajadores en la solidaridad y el esfuerzo colectivo para cuidarnos, además de la identificación de la indiferencia y la mezquindad de las patronales.
Marchamos este 10 de diciembre por la dignidad y en memoria de miles de personas que dieron su vida por la libertad y la justicia social. Marchamos este 10 de diciembre para recuperar los bienes y las tierras que nos pertenecen. Marchamos este 10 de diciembre para que los que saquearon, torturaron y asesinaron a defensores de la democracia, sean juzgados y castigados. Marchamos este 10 de diciembre, para acercarnos a ese necesario golpe de gracia que termine de tumbar el infortunio e inaugure una época de bienestar.
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