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Hoy lunes 7 de octubre se cumple un año del recrudecimiento de la agresión genocida contra Gaza, Cisjordania y Jerusalén ocupadas por las fuerzas militares y colonizadoras del «Estado de Israel».

Palestinas, palestinos y comunidades migrantes residentes en Paraguay, organizaciones sociales, políticas y personas solidarias realizarán una manifestación el ciudad de Asunción para exigir el cese inmediato de la agresión sionista contra los territorios palestinos ocupados, contra Líbano y todos los pueblos de la región solidarios con Palestina, además de otros reclamos frente a la cancillería paraguaya.

En este contexto, en horas de la mañana, la articulación de Palestina en Paraguay hizo llegar la siguiente nota a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay, en la que expresan lo siguiente:

Desde el 7 de octubre de 2023, el Estado de Israel ha recrudecido una agresión sin controles ni restricciones legales y morales, a través de la cual comete diversos tipos de crímenes internacionales, y no duda en utilizar las armas internacionalmente prohibidas en su poder. No le importan los principios básicos del derecho internacional humanitario ni del derecho internacional de los derechos humanos, y los quebranta cada día más. Sus flagrantes violaciones del derecho internacional son indiferentes a cualquier principio o norma imperativa internacional, y han quedado patentes en sus sistemáticos actos criminales contra Gaza, Cisjordania y Jerusalén del Este.

Ante esta situación, los abajo firmantes paraguayas y paraguayos preocupados e indignados ante la masacre de la población civil que se está produciendo principalmente en la franja de Gaza de parte del Ejército israelí donde según los reportes desactualizados existen, al menos 40.000 palestinas y palestinos muertos, centenares de miles de heridos y millones de desplazados.

Lamentablemente, estas cifras se acrecientan de manera constante y no se circunscriben a localidades de la Franja de Gaza, sino también a territorios bajo jurisdicción de la Autoridad Nacional Palestina y otros de la Cisjordania ocupada, como es el caso de Tulkarem, donde el pasado 3 de octubre se registraron al menos veinte personas asesinadas por bombaredos realizados por Israel en el centro de un campo de refugiados densamente habitado.

Según datos de NNUU, al menos 652 palestinos han muerto en Cisjordania desde el 7 de octubre. El pasado 11 de septiembre, la Oficina de Derechos Humanos ha condenado “un nuevo uso aparentemente ilegal de tácticas y armas militares por parte de las fuerzas de seguridad israelíes” en la Cisjordania ocupada. Siete palestinos, entre ellos una mujer y un niño, murieron el martes, cinco de ellos en un ataque aéreo mientras, al parecer, se reunían en torno a una mezquita para la oración del alba en la localidad de Tubas.

Según la Oficina para Asuntos Humanitarios (OCHA), desde el 7 de octubre de 2023, 259 hogares palestinos (1547 personas, incluidos 753 niños), han sido desplazados por la fuerza en medio de incidentes con colonos israelíes.

En la Cisjordania ocupada se ha registrado recientemente una serie de cambios legales y una continua expansión de los asentamientos israelíes, alertó la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, haciendo hincapié en que estas acciones son incompatibles con el derecho internacional, incluida la opinión consultiva que emitiera en julio pasado la Corte Internacional de Justicia. En una declaración, la Oficina aludió al anuncio del ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, el 14 de agosto de 2024, de una orden militar que asigna 60 hectáreas al nuevo asentamiento de Nahal Hilletz, ubicado al oeste de Belén. Ese terreno invade el sitio palestino de Battir, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU detalló que el anuncio se produjo a raíz de la decisión del gabinete israelí del 27 de junio de 2024 de establecer cinco nuevos asentamientos, incluido Nahal Hilletz, utilizando la ley israelí para legalizar los puestos de avanzada que ya existían en estos lugares, todos los cuales siguen siendo ilegales según las leyes internacionales. La dependencia afirmó que los asentamientos, y la presencia y violencia de los colonos son las causas fundamentales de la mayoría de las violaciones de los derechos humanos en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental.

En Jerusalén la violencia y expulsión contra palestinas y palestinos también se ha recrudecido desde el 7 de octubre de 2024.  ACNUDH afirmó que, en Jerusalén Este, las autoridades israelíes siguen aplicando leyes de zonificación discriminatorias y demoliendo viviendas palestinas, en violación del derecho internacional. En Silwan, “miles de palestinos corren el riesgo de ser desalojados por la fuerza”, afirmó la oficina de la ONU, citando el caso de la familia Odeh de Al Bustan, cuya casa fue demolida por las fuerzas israelíes el 27 de agosto de 2024, desplazando a 10 palestinos, entre ellos dos niños.

Otras seis viviendas palestinas han sido demolidas en la misma zona desde el 7 de octubre, según ACNUDH, que señala que las autoridades israelíes han amenazado con destruir el barrio, donde viven 1550 palestinos, para dejar espacio a una “zona verde».

La operación militar israelí ha causado una devastación económica y un declive sin precedentes en los Territorios Palestinos Ocupados, según un nuevo informe de ONU Comercio y Desarrollo que cifra en un 81% la caída del PIB en Gaza. A principios de 2024, entre el 80% y el 96% de los activos agrícolas de Gaza —como sistemas de riego, granjas de ganado, huertos, maquinaria e instalaciones de almacenamiento— fueron devastados. Además, el 82% de las empresas del sector privado, motor clave de la economía de Gaza, resultaron dañadas o destruidas.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Gaza se desplomó un 81% en el último trimestre de 2023, dejando la economía en ruinas. Para mediados de 2024, la economía de Gaza se había reducido a menos de una sexta parte de su nivel de 2022. Además, ya en enero de 2024 se habían perdido dos tercios de los empleos previos a la guerra, unos 201.000 puestos.

Mientras tanto, en Cisjordania la expansión de asentamientos, confiscaciones de tierras, demolición de estructuras y el aumento de la violencia de los colonos han desplazado a comunidades y afectado gravemente las actividades económicas. Sectores clave como el comercio, turismo y transporte en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, han sufrido una fuerte caída, con el 80% de las empresas en la Ciudad Vieja de Jerusalén Oriental cesando parcial o totalmente sus operaciones. Se han perdido 306.000 empleos, lo que ha elevado la tasa de desempleo del 12,9% antes del conflicto al 32%.

En Gaza ya no hay “lugar seguro”. Después de una avalancha de recientes órdenes de evacuación israelíes y de que sólo el 11% de la Franja de Gaza no se ha visto afectada por estas medidas, Louise Wateridge, portavoz  de la Agencia de la ONU para los Refugiados, insistió en que a los gazatíes sólo les queda un espacio “mínimo” para refugiarse. “Hay tanques en zonas que solían ser designadas como seguras, y esto no es más que otra prueba de que no hay ningún lugar seguro en Gaza”.

Las personas y organizaciones firmantes estamos profundamente preocupados por la seguridad y el bienestar de las mujeres, las niñas y niños en Gaza, cuyas condiciones de salud se ven especialmente vulneradas.

Más de 5000 mujeres enfermas de cáncer en Gaza no pueden acceder al tratamiento y el 92% de las embarazadas tiene infecciones de la vía urinaria, según una encuesta de ONU Mujeres, que revela además que las mujeres y niñas son las que están pagando el peor precio de la crisis sanitaria. El 25% de las mujeres encuestadas declararon infecciones cutáneas, el doble que los hombres (12,5%), y representan más de dos tercios de los casos de hepatitis A y enfermedades gastrointestinales. Se calcula que 155.000 mujeres embarazadas y lactantes se enfrentan a grandes obstáculos para acceder a la atención médica. Entre las embarazadas entrevistadas, el 92% declararon infecciones urinarias, el 76% anemia, el 28% parto prematuro y el 44% hipertensión. Además, el 16% sufrieron hemorragias y un 12% dieron a luz a bebés muertos.

Israel ha matado en Gaza a más niños que hombres y mujeres adultos, según los datos proveídos por el comité de Derechos del Niño de la ONU, que acusa al Ejército israelí de cometer violaciones “masivas” contra los derechos de las infancias, prácticamente sin precedentes. El Comité sobre los Derechos del Niño condenó, en los términos más enérgicos, los ataques Israel contra objetivos civiles en la Franja de Gaza, que causaron la muerte de más de 16.756 niños y heridas de al menos 6168 niños entre el 7 de octubre de 2023 y el 10 de septiembre de 2024, y se presume que miles más han muerto bajo los escombros.

El informe señala que como resultado de los ataques “indiscriminados y desproporcionados”, utilizando armas explosivas con efectos de gran alcance en zonas densamente pobladas, y la denegación de acceso humanitario, al menos un millón de niños han sido desplazados, 21.000 niños están dados por desaparecidos, 20.000 niños han perdido a uno o ambos progenitores, 17.000 se encuentran solos o separados de sus familias, decenas han muerto por desnutrición y 3500 niños están en riesgo de muerte por la falta de alimentos.

Israel mantiene a palestinas y palestinos secuestrados en campos de concentración sin derecho a la defensa, sin juicio ni plazo límite de detención. Diversos medios de prensa internacionales se han hecho eco de videos y fotografías que evidencian hechos de tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes cometidos por funcionarios israelíes.

Ahogamientos simulados; ataques con perros; encadenamiento con los ojos vendados; privación de comida, sueño y agua; descargas eléctricas; quemaduras con cigarrillos; y violencia sexual, son algunos de los abusos que sufren miles de palestinos detenidos clandestinamente en cárceles de Israel, revela un nuevo informe de la dependencia de la ONU que vela por los derechos humanos. Según la ONU, al menos 53 detenidos palestinos han muerto en instalaciones militares y prisiones israelíes desde el 7 de octubre.

Los bombardeos contra Centros Educativos, Escuelas y Universidades de Gaza han sido una constante durante el último año. Todas las infraestructuras universitarias han sido completamente destruidas por bombardeos aéreos o demoliciones programadas con explosivos y casi no queda Escuela o Colegio en pie, ni siquiera aquellas admistradas por NNUU. 

Desde octubre de 2023, todas las escuelas de la Franja están cerradas y, según UNICEF, un 84% están completamente destruidas o necesitarán importantes reparaciones. En Cisjordania, los 782.000 estudiantes que hay allí también son víctimas de la violencia y las restricciones impuestas por Israel. Desde octubre de 2023, entre el 8% y el 20% de las escuelas de Cisjordania han estado cerradas y se han producido 69 ataques contra escuelas y 2354 incidentes que han afectado a centros, estudiantes y profesores, según el Ministerio de Educación palestino.

El 1 de octubre pasado, según informaciones de prensa, al menos siete personas murieron en un nuevo ataque israelí contra una escuela que acogía a palestinos desplazados en Ciudad de Gaza, en el norte de la Franja. El centro, identificado como la escuela Shejaiya, está ubicado en el barrio de Tufah de la capital gazatí y estaba gestionado por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU solicitó al ejército israelí que ponga fin de inmediato al patrón de ataques en Gaza contra edificios que sirven de refugio a desplazados internos. Estos ataques se han convertido en un acontecimiento casi diario.

Sólo entre el 1 y el 3 de octubre, al menos seis escuelas que servían de refugio han sido atacadas, con decenas de víctimas mortales, entre ellas niños y mujeres. En septiembre, la ONU registró al menos 14 escuelas atacadas en Gaza por el ejército israelí, y en agosto un ataque a una escuela cada dos días.

A lo largo de estos 365 días de agresión contra Gaza Israel ha elevado al máximo el bloqueo impuesto contra el territorio gazatí, privando de manera sistemática la provisión de insumos básicos como agua potable, medicina o alimentos a una población absolutamente dependiente de la ayuda humanitaria externa para su subsistencia en condiciones de bombardeos diarios e invasión de tropas militares, provocando una severa hambruna y la proliferaciones de diversas enfermedades, así como muertes y agravamiento de enfermedades y dolor ante la carencia de medicamentos y tratamientos médicos básicos.

Israel está usando el agua como arma de guerra contra los civiles en Gaza, denunció un experto en derechos humanos de la ONU. La población de Gaza vive con un promedio de 4,7 litros de agua al día después de que Israel cortara el suministro al inicio de la guerra. “Cualquiera de nosotros usa no menos de 100 litros al día. Incluso en situaciones de emergencia, una persona requeriría al menos 15 litros al día, según la Organización Mundial de la Salud”, explicó Pedro Arrojo. Desde el 7 de octubre, cuando inició la guerra, se han presentado 1,7 millones de casos de enfermedades infecciosas a causa de contaminación en el agua, particularmente de diarrea, hepatitis A, polio y viruela.

Desde el 7 de octubre, cuando inició la guerra, se han presentado 1,7 millones de casos de enfermedades infecciosas a causa de contaminación en el agua, particularmente de diarrea, hepatitis A, polio y viruela.

El 2 de octubre pasado, la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) denunció que más de 100.000 toneladas métricas de alimentos están varadas fuera de la Franja debido a las restricciones de acceso, la inseguridad, las carreteras dañadas y el colapso del orden. Con la llegada del invierno, la falta de suministros humanitarios adecuados sólo generará más sufrimiento a más de dos millones de personas desplazadas.

La agresión genocida contra Gaza ha tenido también como objetivo a trabajadoras y trabajadores de agencias de NNUU de ayuda humanitaria. Desde el comienzo de la guerra, al menos 220 miembros del personal de UNRWA han sido asesinados en Gaza.

La libertad de prensa fue herida de muerte. UNRWA destacó que entre las víctimas, además del personal humanitario, han sido asesinados más de 160 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación que informaban sobre el impacto humano de la guerra y sobre las constantes violaciones del derecho internacional humanitario.

A estas escalofriantes cifras, debe sumarse números aún parciales de víctimas y daños producidos por Israel en el marco de su nueva escalada de bombardeos e invasión en Líbano, además de las constantes agresiones producidas contra otros países de la región, como Siria, Iraq y Yemen, como extensión del genocidio perpetrado contra el pueblo palestino. 

Las últimas agresiones a Líbano han causado unos 1745 muertos y 8767 heridos, según el Ministerio de Salud Pública. ACNUR tiene constancia de al menos 113 sirios muertos (entre ellos 40 niños y 19 mujeres) y cerca de 343 heridos (entre ellos 127 niños y 95 mujeres) como consecuencia de este conflicto.

La misión de la ONU en el Líbano (FINUL) ha informado de que el Ejército de Israel les notificó su «intención de realizar incursiones terrestres limitadas» en territorio libanés. «Cualquier cruce hacia el Líbano constituye una violación de la soberanía y la integridad territorial libanesas, así como una violación de la resolución 1701«, dijeron en un comunicado.

La Asamblea General de la ONU ha adoptado una resolución que exige a Israel «poner fin a su presencia ilegal en el Territorio Palestino Ocupado» y que lo haga a más tardar en 12 meses. Entre los países que votaron en contra están el propio Israel, Estados Unidos, Argentina y Paraguay. Se abstuvieron entre otros, Costa Rica, la República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Panamá y Uruguay.

El texto se basa en una opinión consultiva que la Corte Internacional de Justicia emitió en julio y en la que subrayó que la presencia continuada de Israel en el Territorio Palestino Ocupado es ilegal y que Israel tiene la obligación de cesar de inmediato cualquier nueva actividad de asentamiento, y de evacuar a todos los colonos del Territorio Palestino Ocupado.

El 26 de enero de 2024, la CIJ emitió una orden provisional confirmando la plausibilidad de genocídio de Israel contra el pueblo palestino en Gaza y ordenó seis medidas provisionales. Ninguna de ellas fue atendida por parte de Israel.

Como aclaró la CIJ en su orden provisional: “… todos los Estados partes en la Convención sobre el Genocídio tienen un interés común en asegurar la prevención, la represión y el castigo del genocidio, comprometiéndose a cumplir las obligaciones contenidas en la Convención. Ese interés común implica que las obligaciones en cuestión las debe cualquier Estado parte para con todos los demás Estados partes en la convención pertinente; son obligaciones erga omnes partes, en el sentido de que cada Estado parte tiene interés en cumplirlas en un caso determinado” párr. 33.

Quienes suscribimos esta nota, nos manifestamos horrorizados ante la magnitud del genocidio que el Estado de Israel comete contra el pueblo palestino y las nuevas agresiones que se extienden contra países de la región, expresadas principalmente en la invasión y los bombardeos masivos contra Líbano, pero también contra Siria, Iraq y Yemen.

Cuestionamos enfáticamente la posición oficial del Estado paraguayo de oponerse de manera sistemática a propuestas de Alto al Fuego y retirada de las fuerzas ocupantes de Palestina, aprobadas por amplia mayoría de votos en diversas instancias de la ONU. El Estado paraguayo se ha convertido en cómplice de un genocidio.

Exigimos de manera enfática el fin de las relaciones diplomáticas de nuestro país con el Estado de Israel, una firme posición de nuestro país en favor de medidas efectivas de sanción contra la entidad genocida, y el apoyo a iniciativas multilaterales orientadas a una acción efectiva que ponga fin a los crímenes de lesa humanidad que a diario y hace décadas se cometen de manera sistemática contra la población palestina.