Política económica y lucha de clases. Consideraciones sobre el PGN 2021

Por Alhelí Cáceres [i]

 “Los señores de la Nationalverein tenían para ello más fundamento que Lasalle, por cuanto el burgués está acostumbrado a estimar cosas “reales” solamente los intereses que tiene ante sus mismas narices. Por otra parte, de hecho esta clase ha concertado en todas partes un compromiso incluso con el feudalismo, mientras que la clase obrera, por la  propia naturaleza de las cosas, debe ser sinceramente revolucionaria.” Marx, 1865.

“Debido a la vil [política de realidades o Real Politike], en virtud de la cual la burguesía alemana había soportado la reacción de 1849-1859 y era un simple espectador del embrutecimiento del pueblo, los obreros alemanes estaban demasiado desmoralizados para no aclamar a este salvador charlatanesco –Lasalle- que les ofrecía llevarles, de un solo salto, a la tierra prometida…” Marx, 1865.

“Los políticos prácticos quieren tener en cuenta las “circunstancias existentes” y no desean abandonar el privilegio de la “política de realidades” Marx, 1865.

Capitalismo, Estado y políticas económicas. Un modelo para armar ¿o desarmar?

Si buscamos comprender las relaciones más esenciales que rigen la actual forma de organización de la sociedad, tanto en los ámbitos de la reproducción de las condiciones materiales de existencia como de las relaciones políticas e ideológicas que naturalizan y reproducen la relación social capitalista y junto con esta, sus innumerables contradicciones, es necesario ir más allá de las obviedades que presenta una “política de realidades”, para llegar a lo que en efecto, determina –y ha determinado- el rumbo de la civilización humana, la lucha de clases en función a las condiciones materiales de reproducción de la vida humana.

Es bajo dicha premisa que debemos comprender no sólo el surgimiento del Estado moderno de las ruinas del absolutismo monárquico y la decadencia feudal, sino y por sobre todo, su emergencia como cristalización de la lucha de clases. Una lucha de clases que significó la victoria de la revolución burguesa por sobre la organización feudal y sus representantes de clase. La decapitación de la monarquía absolutista francesa fue la demostración gráfica de la victoria de la burguesía sobre la vieja organización social.

El Estado se constituyó entonces en herramienta necesaria para avanzar no sólo en la consolidación de la burguesía como nueva clase social, sino a su vez, para garantizar un nuevo contrato social basado en la explotación de la fuerza de trabajo asalariada y la propiedad privada sobre los medios de producción social, arropada con el discurso de la “libertad, la igualdad y la fraternidad”, en el grosero intento de esconder las nuevas contradicciones derivadas del capital y el trabajo.

A medida que las relaciones sociales capitalistas se fueron consolidando, desarrollando y expandiendo a nivel mundial, el papel del Estado se hacía cada vez más relevante para garantizar no sólo la subyugación de las mayorías trabajadoras del campo y la ciudad, sino también para garantizar la reproducción ampliada del capital. Es así que el Estado ha pasado a representar un papel cada vez más importante para resolver los problemas surgidos de la propia dinámica de reproducción del capital, tanto a nivel local como en su contenido mundial, derivado de las desigualdades en cuanto a la producción mundial de valores de uso y las propias desigualdades que dicha producción genera en el conjunto de países capitalistas en general, y que se expresa con mayor fuerza y violencia en el conjunto de países dependientes.

La diferenciación surgida con respecto a los procesos productivos y las dinámicas de acumulación de capital derivadas de la división internacional del trabajo, nos permite comprender que es especialmente relevante el tipo de valores de uso que cada país/región produce en el contexto del capitalismo global y esto es así en tanto, la situación particular de la clase trabajadora se encuentra condicionada por ello.

En este sentido, la existencia del Estado se fundamenta en la necesidad de garantizar la reproducción del capital como relación social dominante y es allí en donde las políticas económicas, como formas de gestión del capital, sean estas con una elevada participación del Estado en la actividad económica (keynesianismo) así como con una escasa regulación estatal (neoliberalismo), forman parte de la manera en la que las clases dominantes gestionan y resuelven los problemas derivados del ciclo económico capitalista, y que, suele presentarse incluso como una forma de gestión híbrida que contiene elementos de una u otra corriente.

Las políticas económicas como formas de gestión del capital evidencian el peso que, en determinada sociedad, detentan los sectores de las clases dominantes así como pone de manifiesto los intereses de las fracciones de la burguesía (terratenientes, capitalistas, comerciales, financieros, banqueros, etc.) dentro de la estructura estatal. Estos intereses nunca se presentan de manera homogénea, sino en permanente disputa por la apropiación del excedente de la producción, es decir, por la apropiación de la riqueza social creada por la clase trabajadora.

En este sentido, las políticas económicas también ponen de manifiesto las contradicciones derivadas del tipo de producción social que tiene lugar en un contexto determinado. Esto es, que en el caso de las economías dependientes, la producción de valores de uso así como los mecanismos de valorización de dichos valores que, por lo general, se encuentran por fuera de la capacidad de consumo de la clase trabajadora o al menos de la mayor parte de esta, se valoricen por fuera del mercado interno y en donde el capital presenta, por tanto, las condiciones concretas de atentar contra el consumo de la clase trabajadora a través de la afectación de los salarios, traspasando parte del fondo de consumo de los trabajadores al fondo de acumulación del capital y/o al fondo de consumo de otros sectores sociales que sí participan del consumo de los valores de uso creados (Osorio, 2014).

La necesidad de reproducción ampliada del capital lleva implícita la tendencia del sistema a generar estructuras productivas cuya finalidad no es la satisfacción de las necesidades materiales y sociales de la mayoría de la población, sino más bien la concentración cada vez mayor de capital y medios de producción, en la que la superexplotación de la clase trabajadora se presenta como condición sine qua non de la producción.

Este proceso en el interior de las economías dependientes conlleva, al mismo tiempo, la transferencia sistemática de valor hacia los países hegemónicos y la propia descapitalización de la producción en los países dependientes. Estos mecanismos de transferencias de valor se presentan, por un lado, como transferencias de las ganancias hacia las casas matrices de los capitales extranjeros que operan en la economía local; por otro, como el pago de elevados intereses en concepto de endeudamiento externo, sea a través de préstamos o emisión de bonos del Estado. Un tercer mecanismo de transferencia de valor resulta del intercambio desigual que se presenta, por lo general, de manera favorable a las economías hegemónicas del sistema mundial en tanto la fijación de precios ocurre en el ámbito internacional, hecho al que se añade que las economías hegemónicas detentan, al mismo tiempo, ventajas tecnológicas derivadas del desarrollo de las fuerzas productivas. Finalmente, un cuarto mecanismo que permite transferir valores hacia los centros hegemónicos se refiere a las operaciones de capital especulativo y que obliga a las economías dependientes a elevar las tasas de interés para atraer al capital extranjero (Osorio, 2014).

Estos elementos se hacen cada vez más visibles en la dinámica de la economía paraguaya, sobre todo, durante los últimos años en los que se ha experimentado un crecimiento exponencial del endeudamiento externo vía emisión de bonos como elemento a través del cual se financian, en gran parte, las políticas públicas y la propia estructura del Estado.

¿Cómo se financia el Estado en las sociedades capitalistas?

Comprender las características de las fuentes de financiamiento del Estado lleva implícita la necesidad de comprender la dinámica que cobra en un determinado contexto la reproducción del capital como unidad global.

La economía convencional nos presenta, por lo general, tres formas en las que el Estado puede financiarse, tanto para garantizar la reproducción de la estructura estatal como para financiar las políticas públicas y el gasto social en salud, educación, vivienda, etc. Cabe señalar que, el financiamiento del Estado y de las políticas económicas tiene una sola finalidad: garantizar el ciclo de reproducción de las relaciones sociales capitalistas. Dicho esto, las fuentes de financiamiento pueden ser:

  • Endeudamiento externo: esto puede ocurrir vía solicitud de préstamos a instituciones financieras internacionales, organismos multilaterales, entre Estados, o a través de la emisión de bonos del tesoro.
  • Sistema tributario: Las tasas, impuestos y contribuciones es una de las maneras en la que se financia el Estado. El sistema tributario refleja, al mismo tiempo, las condiciones de la lucha de clases en un determinado territorio, así como los intereses de la clase dominante que detenta el poder político.
  • Monetización del déficit público: Lo que implica emisión monetaria con el propósito de apalancar dicho déficit, es decir, se emite dinero-papel en la misma proporción del déficit público, o de la necesidad que presente el Estado para su financiamiento. El problema de esta forma de financiamiento radica en varias cuestiones, pero sin duda, la más relevante es que, en países que no representan las condiciones normales de reproducción del capitalismo a nivel mundial y, por tanto, no son poseedoras del dinero-mundial, ven limitadas las posibilidades de garantizar la propia reproducción del capital como resultado de las dinámicas que impone la ley del valor, eje del capital como relación de escala global.

Las condiciones específicas que le fueron asignadas a nuestros países en su inserción al sistema mundial capitalista, condicionan al mismo tiempo, las políticas económicas que se pueden implementar en contextos de crisis mundial ya que debemos recordar que el capital es nacional por su forma, pero mundial por su contenido. Esta cuestión expresa, entre otras cosas que, las formas que asumen las sucesivas crisis capitalistas guardan relación con el contenido de la producción de valores de uso a escala mundial y a las posibilidades concretas de su realización en un contexto no sólo de límites de la expansión capitalista, de los límites impuestos por el mercado – cada vez más pequeño para las necesidades de acumulación del capital- y en el que la clase trabajadora detenta una doble condición, la de creadora de valor y consumidora al mismo tiempo.

¿Qué expresa entonces, el Presupuesto General de Gastos de la Nación?

Si analizamos la historia de la civilización humana, la historia de la lucha de clases y de las contradicciones derivadas del tipo de propiedad, podremos comprender que, la manera en la que se diseñan, tanto las políticas públicas como el Presupuesto General de Gastos de una Nación, reflejan las condiciones de la lucha de clases. Es decir, en ciclos de expansión económica, de organización de la clase trabajadora y de ofensiva, el capital se repliega, y ese repliegue del capital se manifiesta en el aumento del gasto social público en áreas sensibles para la clase trabajadora como lo son la salud, educación, políticas habitacionales, subsidios y planes sociales, así como el incremento del salario real; sin embargo, en ciclos económicos restrictivos, de crisis en la reproducción del capital en su conjunto, ante la ausencia o la débil capacidad de disputa de la clase trabajadora, el capital adopta una estrategia ofensiva, y esta se refleja en el desmantelamiento de las conquistas laborales y sociales logradas por la clase trabajadora en históricas luchas, así como en el incremento de la explotación del trabajo y la tendencia a la caída del salario real. Es por ello, importante reconocer el ciclo económico en el que se encuentra el sistema capitalista y con él, la estrategia asumida por el capital cuya impronta es la de garantizar su reproducción y la apropiación de la riqueza.

El presupuesto se compone por una parte de los ingresos del Estado, estos pueden ser corrientes y de capital, los ingresos corrientes son aquellos que derivan de los impuestos, las contribuciones, las regalías, la enajenación de los bienes y servicios públicos, entre otros; mientras que los de capital son aquellos que derivan de la venta de bienes de las entidades públicas, las transferencias y las donaciones de dinero; en contrapartida, se encuentran los gastos del Estado, que pueden ser de igual manera, clasificados en corrientes y de capital. Los gastos corrientes se refieren a los servicios personales, no personales, transferencias corrientes y los bienes de consumo e insumo, además de los servicios de la deuda externa e interna; mientras que los de capital son aquellos que contemplan la inversión en infraestructura, las transferencias de capital y la inversión financiera.

En este sentido, el balance presupuestario no sólo arroja la relación entre ingresos y gastos, sino también expresa la correlación de fuerzas y la lucha de clases, en función a lo que, dentro del presupuesto se contempla en cuanto a gasto público social.

La clase trabajadora paraguaya ante el PGN 2021

La población mundial se encuentra hoy ante la mayor crisis capitalista en cuanto a la diversidad de manifestaciones que adquiere, en el orden económico, ambiental, social, energético y sobre todo social, así como al hecho de presentarse como parte de una concatenación de diversas crisis de larga data.

Las proyecciones mundiales no son para nada alentadoras. Por parte de los Think Tanks del establishment, las proyecciones de la economía mundial post pandemia presentan cada vez una mayor tendencia a desarrollarse en forma de una L marcada por la ralentización de la actividad económica y el posterior estancamiento de la economía mundial. Recordemos que ya el año 2019 cerraba como el tercer año consecutivo de estancamiento económico mundial y el de más bajo crecimiento en una década, todo esto, antes de la emergencia de la crisis sanitaria derivada de la Covid-19.

En junio de 2020 las proyecciones del Banco Mundial pronosticaban una caída del 5,2% de la economía mundial, en tanto que para las economías hegemónicas se pronostica una caída pronunciada del orden del 7% que, dicho sea de paso, es importante recordar que ya venían sosteniendo una caída en la rentabilidad del capital; mientras que para Latinoamérica las proyecciones pronostican una caída del 7,2 % [1]. 

Es en este contexto en el que las y los trabajadores nos desenvolvemos en la actualidad, enmarcados en esta profunda crisis cuyo impacto se profundiza con la pandemia, develando las desigualdades sobre las que se erige la sociedad capitalista. Con el fin del ciclo progresista de la última década en la región y la estrategia ofensiva que ha asumido el capital a nivel mundial, en un escenario marcado por la incertidumbre, y en el que las proyecciones con relación al comportamiento del precio de las principales commodities que intercambia la región y el país en el mercado internacional, tienden a caer, al menos hasta el 2028 según las proyecciones de la FAO (2020). Debemos tener en cuenta estos elementos al analizar la esencia de la propuesta del PGN 2021 que presenta el gobierno de Mario Abdo Benítez.

El PGN 2021 se piensa para un escenario cuando menos discutible, en tanto se presenta un escenario de supuesto crecimiento económico alrededor del 5%  según el BCP (2020), mientras que a nivel regional y global lo que se pronostica es una caída y posterior ralentización de la actividad económica y en el que el precio de las principales materias primas que intercambia el país en el mercado internacional presenta, al mismo tiempo, una caída tendencial por lo menos hasta el 2028. Se presenta de manera parcial, los pronósticos del FMI con respecto a nuestro país, que si bien coloca que se espera un crecimiento del 4% para el 2021, expresa también que este pronóstico se encuentra sujeto a la dinámica que presenten los mercados mundiales; por lo que pensar en un escenario local por fuera de la dinámica mundial dado el encadenamiento de los mercados internacionales y del que Paraguay no se encuentra exento, es cuando menos, una ingenuidad.

El discurso de supuesta recuperación económica para el 2021 lleva a que el presupuesto sea diseñado en función de un déficit fiscal del 1,5% según lo establece la Ley de Responsabilidad Fiscal, recordemos que en la actualidad el déficit fiscal ronda el 5% del PIB y Hacienda prevé que el año fiscal cierre con un déficit del 7%.

El PGN 2021 contempla un total de recursos de G. 85,7 billones en el marco de un plan de gastos menor que el de este año de G. 86,3 billones, el cual se presenta con el discurso de la supuesta racionalización (ajuste) del gasto con la intención de retornar a un déficit del 1,5% y en donde el ajuste se pretende realizar a través de una Reforma del Estado que presenta al aparato estatal como una masa gigantesca que debe ser reestructurada para lograr su eficiencia. En este sentido, para el 2021 se proyecta que G. 5,8 billones sean destinados al sistema de salud y  G. 4,7 billones a infraestructura. Del total presupuestado que representa el 33% del PIB, se destinará el 15% a los gastos para el funcionamiento de la estructura estatal, el 67% a inversión y 18% al pago de deudas y transferencias. Esta distribución nos permite observar que el porcentaje destinado al pago del servicio de la deuda se incrementó en un 4% pasando del 14% en el año 2020 al 18% para el próximo año, aproximadamente unos 1.000 millones de dólares para el pago de compromisos derivados del endeudamiento externo.

El plan de gastos de la Nación fue diseñado presupuestando una disminución en la recaudación impositiva que alcanzará valores similares a los obtenidos en el año 2019 que fue de G. 23,6 billones y que se estima que en el 2021 sean de G. 23,7 billones. En este punto es importante señalar que ya en el año 2019 la recaudación impositiva fue 400 millones de dólares menos que lo recaudado en el año 2018, las proyecciones para el año 2021 estiman una caída en la recaudación de alrededor de 600 millones de dólares.

Es así que, el plan de gastos presentado bajo el discurso de la “austeridad”, constituye en realidad una ofensiva del capital sobre el trabajo que deriva en la destrucción de beneficios sociales y laborales y que encuentra en el trabajador público el correlato para avanzar hacia el desmantelamiento de históricas conquistas de la clase trabajadora en su conjunto. Al mismo tiempo, el ataque al trabajador público y a los sindicatos de la clase trabajadora de empresas y entidades públicas se presenta como la principal estrategia de debilitamiento para avanzar hacia la privatización de las empresas públicas como es el caso de la ANDE y el escenario 2023 de renegociación del Tratado de Itaipú y en donde el principal proyecto de las clases dominantes es la privatización del mercado eléctrico.

Asimismo, y contrario al “ajuste”, la presidencia de la República mantiene el uso discrecional de los fondos reservados establecidos en G. 2.500 millones, mientras que el Ministerio de Desarrollo Social presenta una reducción del 2% en su presupuesto, al igual que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social con una reducción del 2,35%, por su parte, el Ministerio de Información y Telecomunicaciones tendrá una reducción del 10% con relación al presupuesto del 2020, entre otros.

Por otra parte, ¿cómo se financiarán el Estado y las políticas públicas? Pues como es de esperarse, antes que pensar en la reestructuración del inequitativo sistema tributario con el que cuenta el país y que privilegia al capital agroexportador y a las patronales locales, el gobierno ha preferido mantener la política de endeudamiento externo como una de las fuentes de financiamiento, de este modo, se prevé en el PGN 2021 una nueva emisión de bonos por 500 millones de dólares, lo que superaría el monto actual que asciende a unos 10.000 millones de dólares y representa el 30% del PIB. La deuda seguirá constituyéndose no sólo en uno de los principales mecanismos de transferencia de valor de la clase trabajadora hacia los capitalistas con el propósito de garantizar sus ganancias,  sino que junto con esta, la súper explotación de la clase trabajadora, la disminución de los salarios reales – ya que no se prevén aumentos para el ejercicio 2021 –  y el desmantelamiento de los ya escasos beneficios sociales se constituyen en los elementos que permitirán la reproducción del capital en un contexto de profundización de la crisis general del capitalismo.

De este modo queda preguntarse ¿Qué tan factible es un presupuesto ajustado, pero a las necesidades de las mayorías trabajadoras del campo y la ciudad en un contexto de crisis sistémica y en los marcos de un Estado oligárquico y mafioso como lo es el Estado paraguayo? Podemos ensayar diversas respuestas pero sin duda, será la lucha de clases la que marcará el escenario y he aquí la necesidad de organización de la clase trabajadora en la disputa no sólo por un plan de gastos ajustado a las necesidades reales de la mayoría trabajadora, sino por la superación de las relaciones sociales existentes, incompatibles con la vida humana y con la naturaleza.

Imagen de inicio: Ilustración de Fernando Vicente.

Fuente: Osorio, J. (2014) “La noción de patrón de reproducción del capital”

Páginas web consultadas:

http://www.senado.gov.py/index.php/noticias/noticias-comisiones/6658-titulares-de-varios-ministerios-presentaron-su-plan-de-gastos-2021-ante-la-cbp

http://www.diputados.gov.py/ww5/index.php/noticias/poder-ejecutivo-solicita-ajustes-presupuestos-de-varias-instituciones?ccm_paging_p=6

https://www.abc.com.py/nacionales/2020/08/03/presidente-ordena-a-ministros-austeridad-en-presupuesto-y-que-ellos-decidan-donde-recortar/

http://economiavirtual.com.py/web/categoria-general.php?categoria=112

https://www.abc.com.py/nacionales/2020/09/03/el-ajuste-de-cinturon-no-afecta-a-los-gastos-reservados/

https://www.lanacion.com.py/negocios/2020/09/03/pgn-recortes-de-beneficios-a-funcionarios-publicos-implicara-un-ahorro-de-us-150-millones/

https://www.abc.com.py/nacionales/2020/08/26/realizan-ultimos-ajustes-para-pgn-2021/

https://www.lanacion.com.py/politica_edicion_impresa/2020/08/30/el-plan-de-gastos-para-el-2021-rondaria-los-us-13525-millones/


[1] Boletín de Perspectivas Económicas Mundiales, 2020. Banco Mundial. Disponible en https://www.bancomundial.org/es/publication/global-economic-prospects. Acceso: 20-09-2020


[i] Responsable de Formación Ideológica. Miembro de la Secretaría Nacional de Ideología del Partido Comunista Paraguayo. Licenciada en Economía por la Universidad “Hermanos Saíz Montes de Oca” (Cuba). Candidata a Magíster en Ciencias Sociales por FLACSO-Paraguay. Presidenta de la Sociedad de Economía Política del Paraguay.

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