Editorial del 12 de enero del 2021.
Sabemos que cuesta mucho trabajar por un futuro de justicia, libertad y bienestar para el pueblo trabajador de nuestro Paraguay. Sentimos profundamente la angustia de miles de familias que padecen covid-19, dengue y otras enfermedades, sin encontrar respuesta digna en el sistema de salud pública. Al mismo tiempo compartimos la angustia de miles de trabajadoras y trabajadores de la salud que deben realizar enormes esfuerzos frente a la impotencia de no contar con infraestructura ni medicamentos para prestar la adecuada atención a los padecimientos de tanta gente.
De la misma manera, estamos sintiendo la rabia de las y los miles de desempleados, así como de quienes tienen salarios miserables y deben callar para poder llevar algo de comer a sus familias. El Paraguay de las minorías millonarias sigue operando de manera impune, con la idea de que nuestras necesidades seguirán resignándose ante sus mezquinos privilegios.
En estas semanas se blanquearon a bandidos como González Daher. Ayer se le condenó al compañero Genaro Meza, humilde cocinero de la Federación Nacional Campesina y militante del Partido Paraguay Pyahura, a 20 años de cárcel sin ninguna prueba seria, con un solo testimonio que se contradijo en pleno juicio, además de un montón de vicios en el proceso, que debería anular todo el procedimiento judicial.
Las patronales tienen novedades. Sus negocios digitales, sus especulaciones financieras, sus obras de infraestructura, su tecnología y todo el ruido de sus medios de comunicación, pretenden hacernos creer que este año será mejor para todas y todos. Sus novedades actualizan las formas de engaño y explotación.
La clase trabajadora también tiene novedades. Tanto en el campo como en la ciudad, las experiencias de años han servido para analizar esta crisis agudizada por la pandemia del nuevo coronavirus, y producto del intercambio que venimos teniendo entre quienes somos motor de todo lo que se produce en el Paraguay y en el mundo, se va fortaleciendo la consciencia de que debemos y podemos conquistar la libertad y la justicia, dirigiendo las empresas y todo un modelo de producción que se organice al servicio de nuestros intereses, o sea, de los intereses de las mayorías trabajadoras.
Seguro que nos falta, seguro que duele tanta injusticia, seguro que desgasta el esfuerzo para fortalecer los vínculos, demostrarnos lealtad entre trabajadoras y trabajadores, recuperar esa confianza tan golpeada por engaños, sobornos y traiciones. Y al mismo tiempo nos paramos, miramos a nuestro alrededor y encontramos disposición para organizarnos, estudiar la situación, demostrarnos cuanta sabiduría tenemos gracias a nuestra experiencia, nuestras capacidades, nuestros oficios, y entonces sí sentimos esa fuerza para afirmar que tenemos importantes novedades para compartirnos entre nosotras, nosotros, y continuar hacia la consolidación de la gran unidad obrera, campesina y popular capaz de derrotar a la dictadura mafiosa de las patronales.
Este 2021 tenemos el desafío de fortalecer los gremios, sindicatos, movimientos campesinos, estudiantiles, recuperando los atributos de la organización, disciplina, autogestión y unidad de base. En varios lugares, estos esfuerzos intentarán hacer una síntesis con la presentación de candidaturas para las elecciones municipales, a sabiendas de que el sistema electoral sigue favoreciendo a quienes más dinero tienen y al mismo tiempo está preparado para realizar trampas que permitan la continuidad de la dominación de las patronales. Sin embargo, donde exista verdadera unidad de base y consolidación de las organizaciones sociales, el dinero y la trampa tendrán serias dificultades para imponerse.
Somos muy conscientes de que serán las grandes luchas de masas, las huelgas, las ocupaciones de tierras malhabidas, las crecientes manifestaciones de miles y miles de trabajadoras, trabajadores de todo el país, lo que nos fortalecerá y permitirá derrotar al gobierno y a las cúpulas de los partidos conservadores como el Colorado, el Liberal, Patria Querida.
Por eso es tan importante que este sea el año del ejercicio en la lucha de masas, la planificación y la unidad ahí donde nos encontramos, en nuestros lugares de trabajo, en nuestros lugares de vivienda, en nuestros lugares de estudio. De esa experiencia iremos pariendo esa fuerza política para hacer valer nuestra condición de mayoría y dirigir nuestro país.
El Paraguay de la minoría es inviable. Con responsabilidad y transparencia en el trabajo de base, seguiremos alimentando la musculatura del Paraguay de las mayorías.
Imagen de inicio: Intervención de pintura de Tarsila do Amaral, extraída de internet.
Deja una respuesta