Por Oscar Herreros Usher
Hace unos días había publicado un artículo sobre la promesa de que el Paraguay podría convertirse en el “Silicon Valley de Sudamérica” gracias a su gran disponibilidad de energía eléctrica, la que atraería a inversores interesados en instalar centros de datos necesarios para el funcionamiento de la inteligencia artificial (IA).
Los impulsores de la iniciativa hacían hincapié en nuestra energía, abundante, limpia y estable. Propagandistas, incluyendo nuestro entreguista presidente que —en uno de sus ya acostumbrados viajes— se había reunido con empresarios del ramo.
Tal vez para no alarmar a la opinión pública o por supina ignorancia, todas las maravillas promocionadas giran alrededor de la disponibilidad energética pero ignoran un elemento de gran importancia en todo esto: el agua.
Solemos pensar en «la nube» como algo invisible, que flota sobre nosotros en un éter digital. Pero esa nube tiene realidad física, reside en más de 10.000 centros de datos en todo el mundo. Los centros de datos son enormes instalaciones repletas de miles, hasta cientos de miles, de unidades de procesamiento especializadas (GPU) y placas de memoria, conectadas entre sí para poder realizar la astronómica cantidad de cálculos necesarios para responder a las millones de consultas diarias de los usuarios. Se estima que en 2023 OpenAI usaba 30.000 GPUs que, en conjunto, consumían alrededor de 1GWh cada día.
Acontece que al funcionar las GPUs se calientan, así como los otros chips electrónicos. De hecho, la mayor parte de la energía eléctrica que consumen se transforma en calor. Y para un funcionamiento óptimo esos chips no deben superar determinada temperatura, es necesario enfriarlos.
Los métodos de refrigeración tradicionales, como el aire acondicionado, son intensivos en energía e ineficientes en el manejo de las cargas de calor generadas por el hardware moderno. La mayoría de los nuevos centros de datos están recurriendo a soluciones a base de agua, que ofrecen un rendimiento y una eficiencia energética superiores. En el método de refrigeración basado en el agua, enfriamiento por evaporación, el agua absorbe el calor y se evapora, de forma similar a cómo el sudor absorbe y extrae el calor de nuestros cuerpos.
Un estudio técnico muestra cuánta agua demanda el negocio de los centros de datos y de la IA:
- Un centro de datos de 1 megavatio (1 MW) puede usar, sólo para enfriamiento, hasta 25,5 millones de litros de agua anualmente.
- Se estima que ChatGPT-3 consume 500 ml (medio litro) de agua por cada 20 a 50 respuestas; parece un volumen pequeño, pero cuando se multiplica por los miles de millones de sus usuarios se puede deducir que la demanda de agua de IA es enorme.
- Una causa clave del elevado consumo de agua es la limitada reutilización del agua; durante el proceso de enfriamiento parte del agua fresca se evapora, el resto se contamina con polvo, minerales y químicos, lo que reduce su eficiencia en el proceso si se reutiliza, es decir, los centros de datos son incapaces de reutilizar el agua en su capacidad máxima.
- Para 2027 se espera que la IA demande entre 4,2 y 6,6 miles de millones de metros cúbicos de agua (1 metro cúbico son mil litros).
Como se ve, la IA y los grandes centros de datos imprescindibles para su entrenamiento y funcionamiento demandan enormes cantidades de energía y de agua.
En Paraguay consumimos sólo un tercio de la energía eléctrica que generamos, están disponibles unos 35.000 GW. Nuestras autoridades entreguistas, como hemos visto en el referido artículo anterior, acompañadas por varios empresarios oportunistas, están ansiosas de aplicar el modelo extractivista a la energía, en vez de utilizarla como base de un desarrollo inclusivo.
Con la electricidad nos despojarán también del agua.
Los sucesivos gobiernos colorados han sido incapaces de implementar una adecuada gestión de nuestros recursos hídricos que los tenemos en abundancia. La mayor parte de la población, sobre todo en las zonas rurales, pequeños poblados y barrios periféricos en las ciudades grandes no tienen un servicio de agua corriente que les garantice un acceso seguro, abundante y saludable.
Desde hace algún tiempo andan rondando agentes extranjeros analizando cuál sería la manera más barata y segura para apoderarse de este recurso. En el mes de octubre, se desarrolló la Misión Técnica Paraguay–Israel sobre Gestión Integral del Agua, que reúne a autoridades nacionales y expertos israelíes; expertos del mismo país que utiliza el agua como un arma más para llevar adelante el genocidio del pueblo palestino en Gaza.
Es necesario analizar de manera crítica las iniciativas del gobierno relativas al uso de nuestros recursos naturales y a las inversiones extranjeras que prometen progreso. No nos oponemos al uso de los recursos naturales ni a las inversiones extranjeras de manera caprichosa o dogmática, sino que exigimos que eso sea en beneficio de la clase trabajadora, de los campesinos, de los indígenas, de la población en general. Estamos en contra de la continua reprimarización de nuestra economía, en contra de las actividades extractivistas que redundan en ganancias exclusivas para el capital multinacional y sólo migajas para las y los trabajadores.
Referencia
Imagen extraída de Noel Art Work
