Comisario Eusebio Torres: condenado por la verdad

Memoria del Futuro | Por Bernabé Penayo*

Me decidí a escribir, más que escribir a escarbar en mi memoria un recuerdo macabro. Imágenes y situaciones extremas que jamás uno imagina que pueden ser parte de su vida.

El último día de noviembre de 1975, todos los días de enero y febrero del 76, en el Departamento de Investigaciones de la policía, a veces con la presencia de Montanaro, del Gral. Brítez y del Cnel. Guanes, pero siempre bajo la dirección de Pastor Coronel, el aparato de terror de la dictadura fascista de Stroessner funcionaba a full, sin descanso, 24 horas todos los días. Lucilo Benítez, Camilo Almada, Juan Martínez, Eusebio Torres, se destacaban entre los más siniestros torturadores por su crueldad sin límites para destrozar a un prisionero político en 10 o 15 o 30 o 60 minutos.

En realidad se convertían en segundos infinitos, en minutos eternos, interminables, para siempre, como le pasó a Miguel Ángel, a Derlis, a Rubén y a cuántos más?

Mi memoria me lleva al duro momento de mi detención, al despacho de Pastor Coronel ubicado en el segundo piso de Investigaciones, adonde fui llevado. En una sala contigua estaban tirados en el suelo ensangrentados, heridos, destruidos, vomitando, varios camaradas miembros de la Dirección de la Juventud Comunista. Los torturadores me dicen: si vos no “colaborás” te espera lo mismo.

Tal cual. Así fue. Después de las sesiones de tortura y cuando perdí el conocimiento me tiraron en el mismo lugar.

Una imagen que nunca olvido, Doña Juana de Soler, Ña Juliana y Doña Petrona de González, todas ellas de la tercera edad, dobladas y esposadas debajo de una mesa en uno de los pasillos de investigaciones, cuando la llaman no podían pararse del dolor, estaban todas endurecidas.

En el infierno de Investigaciones estaba todo prohibido, hablar entre presos, mirar, escuchar, moverse. Prohibido comer, cagar, orinar. El ser humano deja de serlo, la vida y la muerte están en una lucha permanente.

Recuerdo a un gran comunista, el camarada Prudencio Vidal Bogarín, ex combatiente de la Guerra del Chaco, de 70 años. Un hombre inmensamente hombre, un revolucionario cabal, excepcional, miembro del Comité Regional de Asunción, un dirigente comunista con templanza obrera.

Fue torturado bestialmente, el 17, 18 y 19 de febrero del 76, tres días de torturas sin sacarle una sola palabra. Recuerdo que uno de sus principales torturadores fue Eusebio Torres.

Durante aquellos tres meses se llenó de comunistas el departamento de Investigaciones, se llenó de dignidad, de heroísmo.

Las contradicciones que establecen la dialéctica se hicieron presentes. También aparecieron los traidores, como Francisco Taurín Portillo y Epifanio Osorio que entregaron a Derlis y Soler respectivamente, entre otros.

Estoy volcando sobre el papel, estos recuerdos, estas imágenes de aquellos trágicos días y de repente pienso que este relato solo abarca 90 días, pero la dictadura duró 35 años.

Cuántas historias de coraje y dignidad, cuántos héroes, cuántas heroínas, cuántas resistencias, cuántos planes y proyectos revolucionarios frustrados en tantos años de lucha. La impunidad es herencia del olvido. Para hacer justicia hay que revivir la memoria.

Ficha de Bernabé Penayo del Archivo del Terror.

*Bernabé Penayo es miembro del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo y de su Comisión Política, histórico dirigente sindical e imbatible luchador contra la tiranía fascista de Stroessner.

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