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Este fin de semana, en Atenas, se desarrolló el Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros de más de 20 países de diferentes lugares del mundo. El tema abordado se denominó «Mensajes actuales de la Revolución de Octubre en nuestra lucha contemporánea por el socialismo y en condiciones de guerra imperialista».
El encuentro tuvo un gran acto de apertura con un recorrido musical bellísimo en torno a composiciones de diversos lugares del mundo, que desde hace muchos años, enaltecen la lucha de trabajadoras y trabajadores por un mundo sin explotadores ni explotados, que reivindique la vida con alegría, pan y paz.
En el marco del evento se firmó un comunicado conjunto, que lo publicaremos dentro de la semana, en el que se repudia el genocidio del pueblo de Palestina, la guerra imperialista en Ucrania y los más de cincuenta focos de guerra en todo el mundo, como dramática y sanguinaria expresión del capitalismo como un sistema de producción qué promueve el individualismo, la mezquindad, la violencia, fomentando guerras, muerte y destrucción, terrenos en donde también consigue ganancias a través de la industria armamentista. El mismo documento refleja los debates del encuentro en torno a las lecciones de la Revolución de octubre (bolchevique), como gran gesta qué abrió camino a la lucha por el socialismo como tránsito ineludible para lograr plenas libertades colectivas e individuales, con justicia e igualdad de oportunidades, aprovechando todos los avances científicos y tecnológicos para que los seres humanos aprovechemos mejor nuestras vidas disfrutando de la compañía de nuestros seres queridos.


El Secretario General del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo (PCP), Najeeb Amado, estuvo en representación de nuestro Partido, dando una ponencia que la compartimos a continuación:
Mensajes contemporáneos de la Revolución de Octubre para nuestra lucha actual por el socialismo en condiciones de guerra imperialista
Camaradas, saludamos de manera fraternal y revolucionaria a cada delegado de las organizaciones presentes, y a través de ustedes, a todas las dirigencias y militancias de sus respectivos Partidos.
También saludamos a las mayorías trabajadoras que, día a día, salen a ganarse el pan o deambulan buscando trabajo en cada rincón de este mundo capitalista en decadencia y crisis.
Nuestro saludo, y particular admiración, a los pueblos que deben soportar las sanguinarias guerras imperialistas que disputan territorios y dominación de seres humanos de manera monstruosa.
Un especial saludo a la dirigencia y militancia de nuestros anfitriones, el Partido Comunista de Grecia, firme ejemplo de militancia internacionalista y solidaria por la Revolución Socialista, tanto en su país como en el mundo. Juntarnos a debatir sobre aquel futuro que se presentó, con fuerza e ingenio revolucionario hace 108 años, para encontrar mensajes, ejemplos que nos interpelen e inspiren para nuestras luchas actuales, expresa la esencia de la teoría marxista-leninista. Abordar la historia de manera materialista y con el método dialéctico supone el análisis concreto de la situación concreta en clave histórica y con el desafío de proponer proyecciones en función de las tendencias generales del movimiento de la lucha de clases en las sociedades divididas entre explotadores y explotados, excluidos.
Al capitalismo de muerte, hambre y guerra, le debemos oponer el socialismo de vida, pan y paz.
El desarrollo de la fase imperialista del modo de producción capitalista se nos presenta con su cruenta lógica guerrerista, con expresiones más visibles en Palestina, Ucrania, pero extendidas en más de cincuenta focos de guerra en los que las principales vidas son puestas por el proletariado.
La disgregación social se desarrolla sobre la hegemonía individualista y consumista en el comportamiento promedio de los seres humanos. Esta hegemonía conductual es propia del capitalismo en crisis, como expresión de la angustia y la incertidumbre generadas por la inseguridad laboral y social envuelta en la creciente desconfianza hacia salidas colectivas, organizadas, planificadas.
Las patronales vienen demostrando de manera ejemplar, que el mundo se seguirá embruteciendo y que la lógica del “sálvese quien pueda” nos obliga a concentrarnos en juntar y cuidar nuestro dinero para lograr momentos de bienestar gracias al consumo de lo que el capital nos propone.
Frente a esta cosmovisión capitalista, nuestro desafío es demostrar que la cosmovisión socialista-comunista es la mejor y más bella propuesta para vivir felices. Y este desafío requiere de una estrategia revolucionaria a escala mundial, que sea capaz de motivar estrategias revolucionarias con las especificidades de las formas nacionales.
La Revolución de Octubre supo construir una vanguardia revolucionaria con raíces en las tradiciones de los pueblos que se organizaron para lograr ese salto histórico que sacudió al mundo. El camarada Lenin logró entender que el sentido común construido por la cultura opresora, tenía en su interior anhelos, experiencias y tradiciones potencialmente revolucionarias. A esta comprensión de las implicancias integrales de la formación socioeconómica de Rusia, sumó la del Partido de Nuevo Tipo, para desplegar la comprensión universal del desarrollo capitalista en la situación concreta de guerra que se vivía en aquel momento. Esto permitió comprender: el origen y motivación de la contienda; proyectar su atroz desarrollo si no se lograba frenar; y ubicar a la vanguardia proletaria en alianza social con campesinos, soldados y otras capas de la sociedad perjudicadas por el orden social y económico dominante, como la fuerza motriz de la revolución. Todo, con la dirección del partido revolucionario, con la tarea de destruir el Estado y construir uno nuevo, para las mayorías trabajadoras, orientadas por su destacamento avanzado.
En esencia, y a la luz de las particularidades económicas, psicosociales, culturales y militares, nuestra tarea sigue siendo la misma. La particularidad económica está envuelta en una sofisticación del capital que ha sabido envolvernos con su cultura de la apariencia, el consumo y el individualismo, como expresión de su ineludible hegemonía financiera, propulsora del predominante parasitismo especulativo en la realización del capital.
Esta particularidad genera degradación, disgregación e indiferencia ante las injusticias, naturalizando los medios espurios y criminales de generación de lucro. Así, los problemas de salud mental proliferan a escalas nunca antes vistas, facilitando el desarrollo de atropellos y guerras de diversa intensidad, incluidas las más brutales y sanguinarias, sin que logremos resistencias sólidas. Nuestras organizaciones necesitan una planificación sólida para enfrentar esta guerra ideológica con una batalla de ideas revolucionarias capaz de recuperar el pensamiento y el trabajo colectivo provistos de solidaridad, valentía y capacidad de proyectar la nueva sociedad sin explotadores ni explotados.
En marzo de este año, hemos aprobado un nuevo Programa. Dimos un paso histórico de gran significancia, producto de los debates realizados en los últimos 14 años. Pasamos de la estrategia de la Revolución Democrática, Agraria y Antiimperialista con orientación al socialismo, a la estrategia de la Revolución Socialista.
Para nuestra militancia es un momento histórico de enorme relevancia. Estamos desarrollando debates con el proletariado en nuestro país, entendiendo que la disposición y capacidad política, comunicacional, jurídica, económica, cultural, artística para enfrentar los problemas, la opresión diaria, es el cimiento para proyectar la posibilidad de la Revolución socialista en nuestro país y en el mundo. Ese es el arduo y único camino a transitar. La revolución socialista, la dictadura del proletariado, la planificación central de la economía, el Estado obrero dotado de organizaciones sólidas en la sociedad, para luchar por la supresión de clases sociales son los grandes pasos que precisamos. El socialismo-comunismo es el horizonte que debe materializarse para recuperar el sentido social y afectivo de la existencia humana.

