Opinión | Por Oscar Herreros Usher
Existe en el país una empresa dedicada a servicios de limpieza. Su propio nombre, Potĩ S.A., sugiere buen aroma, pulcritud.
Y parece ser una empresa próspera si atendemos a los datos que nos facilitan algunos reportes periodísticos [1]. Desde el año 2018 a la fecha esta empresa ha sido adjudicada con 19 contratos con el Estado por un monto total de G 181.306.913.557 (US$ 24.870.632). Sólo con el Instituto de Previsión Social (IPS) tiene 5 contratos por G 145.388.435.937 (US$ 19.943.544), lo que representa poco más del 80% del valor contratado con el Estado.
Figura al frente de esta exitosa empresa una persona de nombre Alberto Palumbo, pero deberían existir otras más dado que se trata de una Sociedad Anónima (S.A.).
Desde hace varios años los empleados de la empresa han manifestado quejas, tanto ante las autoridades estatales correspondientes como de manera pública, sobre incumplimientos e irregularidades laborales, que presentándolas en forma de lista se hacen más evidentes, y todo según fuentes periodísticas [referencias 2 a 5]:
- salarios por debajo del mínimo legal, aunque las y los trabajadores son obligados a firmar recibos por otros montos;
- retrasos frecuentes en el pago de los salarios;
- incumplimientos o fraccionamientos en el pago de vacaciones;
- retrasos o fraccionamientos en el pago del aguinaldo;
- incumplimientos en los plazos de preaviso de despido;
- incumplimiento y fraccionamientos en la liquidación por despidos;
- coerción para la firma de documentos que expresan conformidad con lo recibido y renuncia a posteriores reclamos;
- inadecuados equipos de protección individual (el trabajo en hospitales es insalubre debido al riesgo de contagio de enfermedades, como gripe y otras);
- insuficiente provisión de equipos e insumos, lo que impide a las y los trabajadores (y a través de ellos a la empresa) la ejecución eficiente de los servicios contratados;
- ausencia de reposo en caso de enfermedad;
- incumplimiento de reposo en caso de embarazo y lactancia.
Otras publicaciones [6] constatan el incumplimiento de las leyes de seguro social que implican derechos a la jubilación y a la salud de las trabajadoras y trabajadores.
Es fácil imaginar, en base a innumerables ejemplos de otras empresas, qué ocurriría con los empleados a quienes se les ocurriera formar un sindicato y solicitar contratos colectivos de trabajo.
En este momento viene a la memoria una célebre expresión:
Si el dinero, según Augier, «nace con manchas naturales de sangre en un carrillo», el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza. (Karl Marx. El Capital, Tomo I, Capítulo 24: La así llamada acumulación originaria. 1867).
Podríamos agregar que chorreando sangre y lodo el capital no sólo viene al mundo, sino que así permanecerá hasta que las trabajadoras y trabajadores lo hagamos desaparecer de la faz de la tierra.
La historia no se acaba aquí. Los trabajadores han manifestado sus reclamos ante la autoridad estatal competente, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS). Hay registradas hasta 155 denuncias laborales en los últimos seis años [1] pero se han estrellado con desidia y desinterés, cuando no complicidad. Se informa [7] que ese Ministerio ha llegado al extremo de que “A raíz de la insistencia de los trabajadores, la cartera les recomienda hacer una denuncia ante la Fiscalía y les sugiere un abogado”, un desvergonzado intento de eludir la obligación del Estado de hacer cumplir las leyes, abandonando a los trabajadores cuyos derechos debe proteger como correspondería en un “estado social de derecho”.
Por otra parte existe información [8] que indica que una de las personas al frente de la empresa Potĩ S.A. es pariente cercano de uno de los directivos del IPS.
Nos encontramos ante un triángulo cuyos vértices son: a) una empresa contratada por el Estado, b) los trabajadores que han sido burlados por esa empresa, c) el Estado que asume un comportamiento cómplice con esa empresa. Ese triángulo perverso ha sido descrito magistralmente con una frase que no ha perdido en absoluto nada de su valor:
Hoy, el poder público viene a ser, pura y simplemente, el consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa. (Karl Marx, Friedrich Engels. Manifiesto del Partido Comunista. 1848).
Este es el Estado que tenemos y que tendremos que sufrirlo y aguantarlo hasta que las trabajadoras y trabajadores decidamos organizarnos y luchar para conquistarlo, destruirlo y sustituirlo por otro que sea gobernado por y en favor de la clase trabajadora que es la que produce todas las mercancías y bienes y ejecuta todos los servicios que existen en la sociedad.
Imagen de inicio: Ilustración de Fernando Vicente para «El Manifiesto Comunista» de Marx y Engels
Notas
[1] https://www.ultimahora.com/poti-sa-gano-19-licitaciones-por-usd-25-millones-desde-el-2018
[7] https://www.ultimahora.com/ministerio-trabajo-no-hizo-nada-sancionar-poti-sa-n3064355
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