Palestina | Por Lucas Mis
La noticia más relevante en torno a la situación en la Franja de Gaza en los últimos días es la implementación de un acuerdo de «alto el fuego» entre la entidad sionista autodenominada Estado de Israel y la organización política palestina Hamas, que asumió como autoridad en la Franja de Gaza tras su victoria en las elecciones allí celebradas en enero de 2006. El acuerdo entró en vigor el 10 de octubre último. Pero, ¿qué certeza existe de que este acuerdo perdure? Es una duda totalmente válida ante la bien conocida conducta israelí. Aunque podríamos mencionar un sinnúmero de violaciones a acuerdos de alto el fuego cometidas por Israel a lo largo de la historia, vamos a recurrir a solo dos casos que creemos que permitirán a nuestra audiencia comprender el título de este artículo.
Empecemos desde cerca. En enero de este año (2025) ya se había llegado a un acuerdo de alto el fuego entre Hamas e Israel que este último violó en marzo cuando, en el día 2 de dicho mes, bloqueó totalmente la Franja de Gaza, impidiendo así la entrada de agua, comida (incluyendo fórmulas para bebés), medicinas y combustible –muy necesario allá para la generación de electricidad en establecimientos de vital importancia como los hospitales–. El bloqueo total duró hasta el 25 de mayo y sus consecuencias están a la vista: en julio, 90% de la población de la Franja de Gaza se encontraba en el nivel 5 de la escala internacional de inseguridad alimentaria1. No existe nivel 6 en dicha escala. En agosto, más de 40.000 bebés palestinos sufrían desnutrición aguda según la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza, mientras que la ONU declaró formalmente la hambruna en Gaza ese mismo mes2. En septiembre, más de 10.000 niños y niñas padecían desnutrición aguda3. El 18 de marzo, Israel reanudó los bombardeos sobre la Franja de Gaza.
Ahora vayamos un poco más lejos en el tiempo. En junio de 2008, después de varios ofrecimientos hechos por Hamas, Israel finalmente accedió a un acuerdo de alto el fuego, solo para violarlo a finales de ese año cuando lanzó su infame «operación Plomo Fundido». Esta operación duró solo tres semanas, pero en ese corto lapso Israel destruyó –total o parcialmente– 58.000 casas (6.300 fueron totalmente destruidas o sufrieron daños graves); 238 escuelas y guarderías (18 escuelas quedaron totalmente destrozadas y 6 universidades arrasadas); 1.500 fábricas y talleres (incluyendo 22 de las 29 fábricas de hormigón premezclado de Gaza); varios edificios que alojaban a la prensa palestina y extranjera (dos periodistas murieron haciendo su trabajo; otros cuatro murieron también); instalaciones eléctricas, de agua y alcantarillado (más de un millón de gazatíes se quedaron sin electricidad durante la invasión y a medio millón se les cortó el agua corriente); 190 complejos de invernadero, el 80% de las cosechas agrícolas y casi un quinto de la tierra cultivada. El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas informó que más de 4.000 cabezas de ganado ovino y caprino y más de un millón de aves, pollos y gallinas fueron eliminados durante la Operación Plomo Fundido, con pruebas de que el ganado era el objetivo directo de las ametralladoras israelíes4. Las acciones de Israel apuntaron directamente contra los sectores estratégicos de la economía de Gaza, en los que su población se apoyaba para ya no depender tanto de la ayuda humanitaria externa.
¿Por qué Israel lanzó semejante ataque? ¿Acaso no podía solucionar diplomáticamente sus problemas con Hamas? Los dirigentes israelíes sabían que podían negociar con los dirigentes palestinos. Ephraim Levy, exdirigente del Mossad (agencia de inteligencia israelí), dijo en 2008 –antes de la «operación Plomo Fundido»– que: «Los líderes de Hamas han reconocido que su objetivo ideológico5 no es alcanzable y que no lo será en un futuro próximo […] Están listos y dispuestos para establecer el Estado palestino en las fronteras temporales de 1967. […] Saben que en el momento en el que se instaure un Estado palestino con su colaboración […] tendrán que emprender un camino que podrá llevarlos lejos de sus fines ideológicos originales». Es decir, Hamas estaba dispuesto ya en aquel entonces a negociar con Israel con miras a la solución de dos estados. En un informe publicado en 2009 por el Instituto de Paz de los Estados Unidos –organización creada por el congreso estadounidense en 1984–, los autores reconocían que «lejos de ser una organización fanática que repite sin pensar su mantra de destruir a Israel, Hamas ha estado ajustando cuidadosa y conscientemente su programa político durante años y ha enviado reiteradas señales de estar listo para iniciar un proceso de coexistencia con Israel»6. Los israelíes reconocían que Hamas se esforzaba en preservar el alto el fuego acordado en junio de 2008 al intentar que todos los grupos de resistencia armada palestinos se ajustaran a él7. Pero eso es algo que a los israelíes no les interesaba. El objetivo era someter a la población palestina a una situación insostenible, para que se fueran de allí o para que murieran. El objetivo israelí sigue siendo el mismo.
De cara al público occidental, el discurso del jefe de gobierno israelí Benjamin Netanyahu –prófugo de la justicia internacional (tiene orden de captura desde noviembre de 2024 por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad)– es el mismo de siempre: «que la guerra puede acabar si Hamas depone las armas», «que la guerra puede acabar si Hamas libera a los rehenes8»…, pero el alto el fuego que estaba en vigor desde enero de 2025 fue roto por Israel a pesar de que Hamas estaba liberando por tandas a los prisioneros israelíes conforme se había acordado. Aunque eso es lo de menos si se tiene en cuenta la abierta declaración hecha por Netanyahu el 22 de agosto último, de que Israel ocuparía la Franja de Gaza «incluso si Hamas acepta un acuerdo de alto el fuego9».
¿Habrá quien crea aún que Israel quiere paz? La conducta de sus dirigentes no deja dudas de que la paz es algo que no les interesa. Tal vez les interese tener paz cuando ya no queden ningún palestino y ninguna palestina.
- Diario Socialista. (21 de julio de 2025). «El 90% de la población de Gaza alcanza la fase 5 de hambruna: una catástrofe humanitaria sin precedentes». https://diariosocialista.net/2025/07/21/el-90-de-la-poblacion-de-gaza-alcanza-la-fase-5-de-hambruna-una-catastrofe-humanitaria-sin-precedentes/ ↩︎
- Al Mayadeen en español. (22 de agosto de 2025). «Naciones Unidas declara oficialmente la hambruna en Gaza y responsabiliza a Israel por la «obstrucción sistemática de la ayuda humanitaria»». https://www.instagram.com/p/DNqwopfBwxw/ ↩︎
- Stephanie Nolen. (15 de septiembre de 2025). «What Malnutrition Has Done to Gaza’s Children». The New York Times. https://archive.is/Fevx8 ↩︎
- Norman Finkelstein. (2018). «Gaza. Una investigación sobre su martirio». Siglo XXI de España Editores. ↩︎
- Al menos en su etapa fundacional, Hamas no reconocía la legitimidad del Estado de Israel puesto que consideraba que se estableció mediante usurpación territorial (nota del autor). ↩︎
- Paul Scham, Osama Abu Irshaid. (Junio de 2009). «Hamas: ideological rigidity and political flexibility». https://www.files.ethz.ch/isn/101118/sr224.pdf ↩︎
- Norman Finkelstein, op. cit. ↩︎
- Prisioneros (nota del autor). ↩︎
- Middle East Monitor. (22 de agosto de 2025). «Netanyahu: Israel to occupy Gaza even if Hamas agrees to ceasefire deal». https://www.middleeastmonitor.com/20250822-netanyahu-israel-to-occupy-gaza-even-if-hamas-agrees-to-ceasefire-deal/ ↩︎
