Mundo | Por Jean Mersault
Sobre Indonesia y el método Yakarta
Indonesia declaró su independencia del reino de los Países Bajos en 1945 (aunque ese proceso recién fue reconocido años más tarde, luego de la revolución indonesia) y tiene, así como Paraguay, una fuerte historia anticomunista todavía anclada en su contemporaneidad a través de la falta de construcción de memoria historica y de la impunidad por los crímenes del pasado. Un país de alta población que sigue siendo un eje fabril importante y de comercio internacional, algunas de las razones que llevaron a que los Estados Unidos fuera parte de la planificación y ejecución de uno de los planes más importantes y brutales de purga anticomunista en el mundo, desde 1965 hasta el derrocamiento de Sukarno y la llegada el poder de Suharto en 1967. El resultado: millones de asesinados, desaparecidos y torturados. Dejando así una sociedad profundamente marcada por el anticomunismo, el miedo, la explotación laboral y la corrupción generalizada. Ejes necesarios para la reproducción capitalista en Indonesia, que en 2020 aprobó una serie de leyes que buscaban liberalizar el comercio mucho más para atraer multinacionales al territorio. El terror (método Yakarta) que se desarrolló en Indonesia fue fundamental para la política internacional estadounidense de ese momento y lo sigue siendo (ver acuerdo comercial firmado en julio de 2025). El gobierno yanqui participó facilitando entrenamiento al ejército indonesio y proporcionando listas negras para los asesinatos en masa.
En ese marco, la actualidad de Indonesia está en el foco mundial, mientras el domingo pasado se recordaron 80 años de su independencia, en un contexto marcado por protestas y descontento popular, donde un símbolo —sin más relación directa que el período de ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial— se erige en las casas, en los vehículos y por las calles de la provincia de Java Central y Oriental como una denuncia: la bandera de los piratas sombrero de paja de One Piece.

El One Piece como expresión de organización antigubernamental
One Piece es un conocido manga japonés (1997) escrito por Eiichirō Oda, que posteriormente fue adaptado al anime y alcanzó reconocimiento mundial, con una base considerable de seguidores. La historia narra la vida del protagonista, Monkey D. Luffy, que sueña con encontrar el llamado “One Piece” y así convertirse en el rey de los piratas, pero en ese proceso conoce a su equipo (una tripulación variopinta que comparte una visión común) y sufre la persecución por parte del Gobierno Mundial, que lo considera un grave peligro para el orden establecido en este mundo. De más está decir que las apelaciones constantes de Luffy hacen referencia a la necesidad de la lucha en unidad de acción: “¡Lo admito! ¡Sé perfectamente que no puedo vivir sin la ayuda de otros!” (Arco de Arlong Park).
Entendiendo que el arte “no es otra cosa que el espacio socialmente designado para la (re)producción ideológica a través de la representación alegórica de las verdades y condiciones de existencia de un determinado modo de (re)producción”, One Piece configura así una obra que presenta las contradicciones fundamentales de las relaciones capitalistas con base en una historia que a priori parecería ser solamente una saga de manga y anime larguísima sobre algunos piratas y sus aventuras, pero que es también una expresión y fuente de luchas.
Es preciso recordar que en Indonesia sigue ilegalizado y fuertemente reprimido el comunismo, tanto las reminiscencias de militancia del Partido Comunista Indonesio (PKI), como las prácticas que se consideran subversivas en el sindicalismo o las organizaciones independientes de trabajadores. Entonces, la clase trabajadora indonesia y las organizaciones estudiantiles encontraron en esta bandera una forma de expresarse, en la búsqueda de concentrar sobre un eje común la necesidad de organización independiente frente a una acción histórica brutal que no se puede superar todavía: “Mucha gente la ha estado ondeando [bandera de los piratas sombrero de paja] en Java Oriental. Para mí, es un símbolo de mi decepción y resistencia contra el gobierno”, recogió Al Jazeera en una entrevista a un trabajador camionero.
Frente a esto, el gobierno liderado por Prabowo Subianto, advirtió de las sanciones severas para quienes coloquen esta bandera cerca del estandarte nacional. Aunque en estos momentos la bandera sigue siendo izada, pintada y presentada a lo largo de Indonesia, remarcando que el disgusto popular con este estado de las cosas, la creatividad y la iniciativa de construcción de organización independiente también existe en un país con mucha impunidad y que se constituyó casi en un protectorado yanqui.
*Para profundizar en lo sucedido en Indonesia, durante 1965-1966:
- Libro — El Método Yakarta (2021), Vicent Bevins.
- Documental — El acto de matar (2012), Joshua Oppenheimer.
- Documental — La mirada del silencio (2014), Joshua Oppenheimer.
