Desde el Partido Comunista Paraguayo (PCP) y la Juventud Comunista Paraguaya (JCP) denunciamos que las artes y la cultura en Paraguay están sufriendo una persecución sistemáticas desde la asunción del gobierno de Horacio Cartes a través de Santiago Peña, que hoy se recrudece con la condena injusta de Juan Sebastián Cuaji Coronel, encargado del Centro Cultural La Chispa.

En un juicio plagado de irregularidades procedimentales, hoy se ha sentado un precedente nefasto: este constituye el primer caso de penalización del trabajo cultural en Paraguay, en donde el aparato judicial es empleado de manera exclusiva con fines de persecución política e ideológica. Este hecho es de una magnitud tal que debería ser un escándalo a nivel internacional. 

El gobierno cartista se reafirma en que la cultura es delito

En menos de un año, hemos asistido a las censuras de los libros de Anuncio Martí (marzo) y de José Verdecchia (agosto) y, esta mañana, a una sentencia kafkiana en contra de uno de los gestores culturales de La Chispa. Las señales son claras y el encarcelamiento casi arbitrario de Cuaji —condenado por una reglamentación no vigente— nos indican que estamos en un peligroso camino de retroceso acelerado hacia las épocas más oscuras del stronismo. 

Como comunistas sabemos muy bien cuáles son los siguientes pasos. El exilio o la tortura tal como lo vivieron artistas y gestores culturales comunistas paraguayos como Carmen Soler, José Asunción Flores, Elvio Romero, Carlos Lara Bareiro, Félix de Guarania, Alberto Barrett, Luis María Martínez, Santiago Dimas Aranda y tantos otros.

Los autoritarismos no soportan que las artes y la cultura sean independientes y estén al alcance de la clase trabajadora. «La burguesia quiere del artista un arte que corteje y adule su gusto mediocre», decía José Carlos Mariátegui, y eso explica también el silencio cómplice de varias organizaciones culturales y de artistas ante esta grave persecución a La Chispa. Hoy fue La Chispa, mañana podrán ser cualquiera de ellos, cualquiera de nosotros. Porque si las leyes son torcidas, y los procedimientos judiciales son irregulares y arbitrarios para perseguir política e ideológicamente a un trabajador de la cultura, nos encontramos a las puertas de un régimen de excepción, sin garantía alguna.

Desde el PCP y la JCP nos solidarizamos con La Chispa, especialmente Juan Sebastián Cuaji Coronel. Exigimos la absolución inmediata y el cese de toda persecución a la cultura. 

Como comunistas hacemos un llamado a todos los trabajadores de las artes y la cultura a organizarnos como clase para detener el recrudecimiento fascista de este régimen y para lograr transformar nuestra realidad hacia una sociedad donde cualquier persona, independientemente de las circunstancias de su nacimiento, pueda acceder plenamente a sus derechos sociales y culturales. 

¡Cultura no es Delito!

Partido Comunista Paraguayo y Juventud Comunista Paraguaya

13 de agosto de 2025