Editorial del 11 de agosto del 2025

Este fin de semana se inauguraron los Juegos Panamericanos Junior. Una multitud se congregó en el Estadio Defensores del Chaco para disfrutar de los actos previstos y permitirse una descarga de rabia ante el títere Santiago Peña y la camarilla de delincuentes alineados al patrón del robo,  Horacio Cartes.

Los abucheos a Peña, Pedro Alliana y Bachi Núñez le dieron el toque de realidad a la inauguración, para recordarnos a los paraguayos y mostrar al mundo que en nuestro país la mayoría trabajadora estamos peor y, encima, financiamos a la minoría para que esté mejor, a través de nuestros esfuerzos. Esto se siente en las fábricas y los comercios, en las calles, en el tereré jere, en el ómnibus, en los supermercados y mercados populares, en la inseguridad reinante. Esto se expresó, finalmente, a estadio lleno.

Esta semana, ante la dura realidad en cuanto al precio de la canasta básica, y sobre todo de la carne, tanto Peña como su ministro de Economía, Fernández Valdovinos, tuvieron que salir a hablar pidiendo a los empresarios de la carne y a los importadores de productos que bajen los precios. Aún cuando, ante la baja del dólar, no bajaron sus precios inmediatamente, como sí lo hacen cuando hay una mínima suba de la moneda norteamericana. 

Si el gobierno se mantiene en esta actitud de “reclamo” o de pequeñísimos ajustes para que la gente crea que tiene real intención de gobernar para las mayorías, seguirá mostrando su total subordinación a los mezquinos y corruptos intereses de la minoría explotadora. Con quejas no se gobierna y hasta resulta ridículo y ofensivo que “la medida” sea pedir, rogar a los empresarios para que sean justos.

La dolorosa realidad nos muestra que la estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico favorecen a unas pocas familias multimillonarias. Mientras, en nuestras ciudades, las calles, veredas, transporte público y seguridad cada vez están peor, así como la calidad de la salud pública y la educación.

La propuesta de saqueo del empresariado gobernante continúa con el debilitamiento del servicio energético, con el fin de generar el rechazo de la población hacia la ANDE, facilitando su posterior privatización total. Y decimos “total” porque desde hace años que la ANDE viene tercerizando servicios y privatizando, en la práctica, la administración de electricidad. Al respecto, esta semana el Sindicato de Trabajadores de la Ande (SITRANDE) se movilizará reclamando un mayor presupuesto para mantenimiento y modernización del servicio.

Los gremios de la educación también están organizando movilizaciones, con diversos reclamos en torno a escalafonamiento docente, reajuste salarial según índice de inflación, mayor rubro para educación inclusiva. Esta movilización conjunta está prevista para los días lunes 18 y martes 19 de agosto. Además, uno de los gremios docentes (la OTEP-SN) adelanta una movilización para este martes 12, en donde los reclamos fundamentales tienen que ver con la innecesaria sobrecarga laboral a los docentes, con múltiples informes y programas como Ñe´ẽry, SUMAR y otros, que solo sirven de maquillaje y no generan procesos ni beneficios reales para la comunidad educativa. También reclamarán el pago de deuda del Estado al Instituto de Previsión Social (IPS), que llega a 641 millones de dólares (unos cuatro billones setecientos setenta y cinco mil cuatrocientos cincuenta millones de guaraníes. Sería así en números: 4.775.450.000.000 Gs.).

Ante este escenario, en el editorial de la semana pasada hablamos de la crisis del movimiento social, de su muerte política bajo las formas y las direcciones que tiene en la actualidad. Y también identificamos varios embriones del nuevo movimiento social, que se viene desarrollando con nuevos liderazgos, como también con liderazgos de larga trayectoria, pero con total honestidad, valentía, solidaridad y lealtad a los intereses colectivos.

Necesitamos una intensidad y una amplitud poderosas para que los embriones del nuevo movimiento social crezcan sanos y sólidos, camino al parto de una fuerza capaz de ejercer poder con justicia social y total concentración en el bienestar de la mayoría trabajadora del Paraguay.

Pero esta intensidad requiere de estructura, recursos económicos, humanos, plan de trabajo de base y tiempo estimado para sostener la batalla de ideas en favor de la defensa y recuperación de derechos. Entendemos que los gremios de la educación y el sindicato de la ANDE son dos estructuras importantes que podrían liderar el proceso de reorganización de la clase trabajadora en defensa y recuperación de derechos. Tienen gran cantidad de afiliados, recursos económicos y una experiencia de lucha que les permitió conquistar derechos laborales que muy pocos trabajadores tienen en nuestro país.

La inmensa mayoría de trabajadoras y trabajadores no tienen los derechos laborales que conquistaron docentes y trabajadores de la ANDE. Y las patronales, con su proyecto de despojarnos de todos los derechos, utilizan sus medios de comunicación para hacernos creer que docentes y trabajadores de la electricidad son “privilegiados”. Con esa línea buscan poner a la mayoría trabajadora a favor del despojo de derechos a esa minoría trabajadora, haciéndoles creer que son “privilegios”, no derechos.

Venimos insistiendo con compañeras y compañeros en que el gran desafío para la clase trabajadora organizada que sigue teniendo derechos —como la estabilidad laboral, el respeto a las 8 horas, el pago de horas extras, el contrato colectivo de condiciones de trabajo, el seguro médico, las vacaciones, la jubilación— es defender estos derechos para toda la clase trabajadora. Esto implica organizar un plan y disponer sus recursos para salir a reunirse con los miles de trabajadores informales, que son los “sin derechos”, para compartir experiencias de lucha y mostrar cómo se pueden organizar para defender sus derechos y conquistar mejores condiciones de trabajo.

Si desde el movimiento sindical, y sobre todo desde los gremios docentes y de la ANDE, no entendemos que este es el momento de dedicar recursos para elevar la intensidad y la amplitud de la lucha por la reorganización de la clase trabajadora en defensa y recuperación de derechos, las conquistas de varios gremios desaparecerán y, además, tendrán el apoyo de la mayoría de las trabajadoras y los trabajadores para que se les despoje de esos “privilegios” y, así, las patronales logren su objetivo de igualarnos para abajo: precarizados y sin derechos.

Estos debates e intercambios los debemos extender a todo el campo popular. En el campesinado, en el estudiantado, en los espacios barriales, culturales, indígenas, hay embriones del nuevo movimiento social desarrollando experiencias organizativas que necesitamos colocar a consideración para poder asimilarlas, mejorarlas, aplicarlas con paciencia, ingenio y firmeza.

El pueblo trabajador está harto del robo general del gobierno de los grandes empresarios, que es el gobierno de las minorías multimillonarias. Por eso surgen abucheos como los de este fin de semana en la inauguración de los Panamericanos. Pero requiere de un esfuerzo material, concentrado, planificado y sostenido en términos de recursos, para que la intensidad y la amplitud tengan la dimensión capaz de disputar la orientación de las políticas públicas garantizando los derechos que nos corresponden. 

Con una avanzada de estas características, podremos parir el movimiento social que necesitamos como pueblo, camino a la construcción de un nuevo Estado al servicio de las mayorías.

Imagen de portada: Captura de video/ @jfergo86