EDITORIAL |  24 de julio de 2023

Los datos oficiales hablan de un robo o hurto cada seis minutos, desde enero hasta ahora. Sin embargo, existen estadísticas que muestran, que solo 3 de cada 10 son denunciados [1]. Esto nos lleva a que tenemos robos cada dos minutos, todos los días, en algún lugar de nuestro país.

…Y cuando el delincuente es el Estado, que viola, roba, tortura y mata sin rendir cuentas a nadie, se emite desde el Poder una luz verde que autoriza a la sociedad entera a violar, robar, torturar y matar. Y la democracia paga, a la corta o a la larga, las consecuencias”, nos decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro “Memorias”, recordando que el ejemplo es el que nos educa.

Ante el hambre, el desempleo, la falta de oportunidades y la cultura promovida desde los grandes dueños de Bancos, tierras y empresas, evadiendo impuestos, realizando contrabandos a gran escala, organizando una diversidad de tráficos ilegales, como el de drogas y armas; por supuesto que la inseguridad seguirá aumentando, generando enormes riesgos y creciente desconfianza entre el pueblo trabajador, favoreciendo las consignas del “¡sálvese quien pueda!”, del “¡todos contra todos!”.

Frente al crecimiento de la inseguridad y la delincuencia, la propaganda de las patronales, desde sus medios de comunicación, se concentra en que son los politiqueros los corruptos y responsables de esta situación. Lo cual es cierto en parte, pero de manera secundaria, porque los principales responsables de la crisis son los empresarios, banqueros y terratenientes, que han venido diseñando y ajustando la estructura estatal en función de sus corrompidos y mezquinos intereses. Son décadas de ejemplo de robo y saqueo, que han venido educando a una población cada vez menos unida, cada vez menos confiada en la política y en el hipócrita y vacío discurso en favor de la honradez, emitido desde las instituciones.

Aún así, el pueblo trabajador sigue siendo mayoritariamente honesto, transparente y cumplidor. Esta dignidad presente en nuestras vidas, la debemos valorar al punto de sentir alegría, porque ser dignas y dignos nos da autoridad, tranquilidad y felicidad, como muestra del compromiso que tenemos con ese otro Paraguay, con un pueblo trabajador unido y protagonista en la construcción de un Estado capaz de generar políticas públicas que igualen las oportunidades para que todas y todos podamos desarrollar nuestros talentos.

Para enfrentar la delincuencia necesitamos políticas públicas en educación, salud, acceso a trabajo digno y estable, cultura en los barrios para generar unidad e identidad, alimentación sana, ocio y deportes, desarrollo en ciencia y tecnología. Y todo esto requiere de inversión. Pero no tendremos inversión porque el continuismo stronista se niega a cobrar impuestos justos a grandes sojeros, banqueros y empresarios. Y en cuanto a posibilidades de impulsar empresas públicas que generen ingresos, el continuismo stronista pretende seguir promoviendo malos servicios de empresas del Estado que impulsen a su privatización.

Tampoco tendremos inversión porque los liderazgos de las patronales están ligados a la mafia y el narcotráfico. Y además de constituir el gran ejemplo educativo del que nos hablaba el uruguayo Galeano, empujando a que nuestro pueblo salga a robar porque finalmente, como bien dice la frase popular “vyropama voi”, el protagonismo de los capitales narcomafiosos aleja a las inversiones destinadas a la educación, la salud, la alimentación sana, el empleo digno, el transporte público de calidad, el desarrollo científico y tecnológico, entro otros.

Lo que les puede resultar rentable es aumentar el armamento y la política represiva en la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, aprovechando el aumento de la inseguridad para reprimir a quienes protestamos por las injusticias.

Más de lo mismo pero con mayor peligro es lo que se viene con el gobierno de la narcomafia y su títere Peña. Un continuismo que nos seguirá perjudicando a la hora de tratar nuestra salud y que seguirá generando hambre, drogadicción, inseguridad y violencia.

La unidad de acción de las mayorías trabajadoras es el desafío para superar la inseguridad y el robo. Nuestro ejemplo de firmeza, combatividad y coraje para enfrentar a las patronales narcomafiosas se expresará desde este 15 de agosto buscando ejercer nuestra condición de mayorías para hacer realidad el Paraguay para la clase trabajadora, defendiendo y recuperando derechos.


Imagen de inicio: ilustración de Edel Rodríguez extraída de Internet.

[1] Cada 6 minutos ocurre un hecho de inseguridad, según datos oficiales – Última Hora | Noticias de Paraguay y el mundo, las 24 horas. Noticias nacionales e internacionales, deportes, política. Noticias de último momento. (ultimahora.com)