Búfalo Ovelar: «Debemos aprovechar la pandemia para mostrar las falencias del capitalismo”

En una entrevista con acento social, Roberto Ovelar (34) resalta la importancia de la formación deportiva de los niños y niñas, recuerda el pasado antiestronista de su padre y ve con ojos críticos el fútbol actual. Unas picaditas con el futbolista de origen campesino.

Van 4 minutos del segundo tiempo. El tradicional Junior pierde 0-1 contra el más pequeño y recientemente fundado Uniautónoma FC, en lo que se conoce como uno de los clásicos de Barranquilla. Una ciudad tan caliente como varias ciudades del Paraguay. La cuna caribeña del vallenato y de la cumbia, amante apasionada del fútbol.

En un ataque del local, la pelota cruza el aérea por arriba. Dos futbolistas saltan a disputarla. Entonces suena el silbato del árbitro. Cobra penal por una mano. En medio de las protestas de los jugadores visitantes, el delantero rojiblanco Roberto Ovelar, reconoce algo insólito: asegura al juez que fue él, no el defensor contrario, quien tocó el balón como el reglamento no lo manda. Su falta no solo anula la decisión arbitral, sino además recibe una amonestación por ella. Más tarde, el club visitante hará otro gol y el partido terminará 0-2.

Aquel gesto deportivo, registrado el 5 de setiembre de 2015 en una populosa urbe colombiana, enalteció al futbolista paraguayo llamado Búfalo por amigos y extraños. Lo destacó todavía más en medio de un fútbol mundial competitivo y exitista de hoy, reacio a las pérdidas de puntos, esclavo de los resultados favorables a rajatabla. Ovelar se ganó así un inusual respeto de la afición deportiva local e internacional. No es común que un profesional pida que se revierta un penal a su favor. Es también un gesto que va más allá de lo deportivo. En el caso del Búfalo, el acto se ubica también como una continuidad familiar en clave de dignidad.

Dos años antes de que el futbolista naciera en Curuguaty, departamento de Canindeyú, el Paraguay sufrió una caída del Producto Interno Bruto del -3%. Fue el año económico más crítico durante el stronismo. En los ’80, el régimen había ingresado en su decadencia a causa de una serie de factores. Entre ellos el fin de las obras de Itaipú, la caída de los precios de la soja y del algodón en el mercado exterior, el creciente endeudamiento estatal y la pérdida del respaldo político de los EE. UU como efecto del debilitamiento de la Guerra Fría.

Dictadura y ejemplo

En aquel 1983, el padre del Búfalo empezó a trabajar con sacerdotes de una capilla de Curuguaty, en función a las necesidades de los más carenciados. El aparato burocrático de Alfredo Stroessner había repartido ya millones de hectáreas de tierras mal habidas. Leonardo Ovelar y sus compañeros crearon entonces una comisión con el fin de reclamar tierra y trabajo, buscando ser escuchados. La despiadada tiranía apresó a don Ovelar y otros campesinos que llegaron a ser “torturados terriblemente por los militares, para luego ser abandonados en alguna zona a su suerte”, rememora el futbolista desde Colombia, con la memoria familiar y colectiva intacta en la suya.

Al recuperarse de esta agresión, su padre siguió luchando hasta que llegó la orden de que los dirigentes fueran asesinados. Esta amenaza obligó a que los campesinos se escondieran durante un buen tiempo, pero aún en la clandestinidad la lucha no cesó. Don Ovelar y los suyos realizaban reuniones en horas de la noche. Finalmente, lograron el objetivo que hoy por hoy lleva por nombre Yvy Pytã, una comunidad a 250 kilómetros de Asunción.

Este antecedente que está en la sangre y en la cultura resistente de su pueblo, envuelve y explica la sensibilidad social del Búfalo. Ubica su sentido de justicia, su conciencia de clase al reivindicarse como trabajador y al hacer escuchar su indignación ante la explotación y el saqueo.

Debutó en el Cerro Porteño de Gustavo Costas, durante el 2006, logrando el campeonato del torneo Clausura. Actualmente el goleador milita en el Once Caldas de la andina Manizales, regresado otra vez a Colombia luego de un año no demasiado activo en el Olimpia de Asunción. Las cinco anteriores temporadas vivió, jugó e hizo 68 goles entre el Junior (57) y el Millonarios Bogotá (11), en el país del escritor Gabriel García Márquez, del vallenatero Rafael Escalona y del futbolista Carlos El Pibe Valderrama. Un país con parecidas circunstancias políticas, sociales y económicas que el nuestro.

Búfalo, con una infancia propia de las familias campesinas paraguayas, con enormes dificultades de subsistencia y un padre perseguido por la tiranía stronista, es un futbolista que se autodefine como cualquier otro trabajador. “Voy en bicicleta, en carro o en bus al entreno”, dice con esa forma colombiana y a la vez paraguaya de elegir las palabras. “Todas las personas hacemos eso para ir al trabajo o movilizarnos, digamos. Pasa que cuando un futbolista lo hace muchos se asombran. Yo no lo veo raro, el futbolista es como cualquier otro ser humano”, se muestra quien se fue haciendo camino para llegar a ser un jugador internacional famoso.

El ejemplo de su comunidad natal, asentada y conformada a partir de la tozudez y la organización de sus padres y vecinos, también caló hondo en el Búfalo. Es quizá por ello que piensa el fútbol de manera crítica. Limitada su práctica por la presión del dinero, la competitividad y el éxito, ¿cómo ve Búfalo esta situación? “El fútbol está organizado de manera vertical”, comienza reflexionando, “y eso influye mucho en cómo se ve desde fuera. El dinero es parte fundamental del fútbol, que pasó de ser un deporte a un negocio.”

—¿Y cómo te gustaría que se desarrolle el fútbol?

—A mí me gustaría ver el fútbol tal y como lo conocemos ahora, pero con una mejor distribución de las ganancias.

Búfalo, quien también jugó en Perú en dos periodos (2009-2011 y 2013-2014), donde hizo 42 goles entre el Alianza Lima (24) y el Juan Aurich (18), equilibra un poco la balanza y matiza cuando es consultado si es justo que jugadores de fútbol o de otro deporte ganen millones de guaraníes o de dólares, mientras otros perciban visiblemente menos. Es la inequidad en los pagos a los futbolistas que también hizo visible la pandemia del Covid-19. Dice el jugador del Once Caldas: “Hablar de justicia va en dos direcciones… Si pensamos lo que los empresarios ganan en publicidad, en premios, en derechos de televisión y en entradas, esto por tener los mejores jugadores y los más caros, podríamos verlo como justo. Pues pagas según lo que ganas. Pero como dije antes, yo creo que debe haber una mejor distribución del dinero dentro del fútbol, donde la brecha salarial entre jugadores reconocidos y juveniles no sea tan lejana”.

La incertidumbre de este tiempo obliga a la revisión de nuestras formas de relacionarnos y trabajar. En nuestro país varios futbolistas están pasando dificultades, y la defensa de sus derechos requiere de la comprensión de su rol como trabajadores y de la unidad a la hora de defender sus intereses, desde las divisiones inferiores. “Nos acostumbramos a lo nuevo o volvemos”, advierte el Búfalo. Y entonces apunta hacia la organización más sólida de futbolistas y de todos los trabajadores en torno al fútbol, cuando con firmeza nos dice: “Lo que se cree que está mal se debe cambiar; si lo nuevo no sirve, se cambia de vuelta”.

Es probable que las divisiones formativas constituyan un ámbito central donde se desarrolle “lo nuevo” de lo que habla Ovelar. Eso que se asiente como base en lo ideológico, en lo mental y afecte de manera constructiva y consciente en el posterior desempeño de los futbolistas.

—¿Cuál es tu impresión sobre la manera en que se encaran las formativas en nuestro país?

—La formación de un futbolista va con enfoques diferentes. Está el profesionalismo, que es lo más importante; ser profesional y disciplinado es algo que tienes que aprender de niño. Luego tenemos cómo afrontar la presión, cómo comportarse ante la situación de ser una figura pública. Todo esto es a nivel personal. Por otro lado, los jugadores, de niños, son felices jugando porque hacen lo que quieren. Los adultos tienen que cumplir imposiciones, tienen que ajustarse a formatos cuadriculados. No es posible que a Riquelme lo amonesten por hacer un caño y a Neymar por hacer figuras mágicas con el balón, bajo la excusa de haber provocado. El fútbol debe ser mágico y bello.

Ese fútbol libre que aspira a la belleza y a la libertad de la imaginación se encuentra mirando al fútbol y al mundo de los niños y las niñas, sin la presión central de la victoria y mucho menos del dinero. El del derecho al juego, a ganar seguridad y a no sentir la presión y los castigos que tanta inseguridad generan en el futuro de la infancia. No obstante, Búfalo es consciente de que es “duro lo que vivimos”. “Me esfuerzo diariamente”, continúa, “para mostrarles a mis hijas que el mundo es lo que hacemos de él. Esperemos que esta pandemia ayude a cambiar mentes y empecemos a tener conciencia del mundo que le estamos dejando a nuestros niños. Hay que cambiar todo por nuestro presente y por su futuro”.

La cuestión campesina

Inevitablemente, dado el origen campesino del Búfalo, de un sitio específico además en donde hace ocho años hubo una masacre que desde sus élites dio un giro político traumático al Paraguay, es inevitable indagar acerca de su visión de la realidad rural. ¿Qué opina de la situación en el campo quien jugó sus primeros partidos con la camiseta de un equipo amateur de la liga de Juan León Mallorquín?

Explica Ovelar: “Los campesinos paraguayos viven en el olvido y eso ha existido siempre. No hay leyes ni subsidios que ayuden en su trabajo que es fundamental para el sostenimiento del país. Ahora, en épocas de pandemia, nos damos cuenta lo importante que es el campo. La corrupción, el abuso del poder y el egoísmo han caracterizado a las dictaduras y algunos gobiernos de América latina. Hay que seguir trabajando para que los campesinos tengan ese espacio que merecen en la cadena de la economía”.

El curugüateño avanza en su análisis y explica que “no puede seguir siendo el monocultivo la prioridad del campo, eso nos hace importar frutas y verduras la mayor parte del año”. Pone énfasis en la soberanía alimentaria, arteramente golpeada por el contrabando y la extensión inmisericorde del cultivo extensivo, mecanizado y químico: “Lo que alimenta a nuestro país debe ser producido en nuestro país”.

—Con esta pandemia del COVID-19 y la crisis del sistema capitalista, ¿cómo ves el futuro del fútbol y de las sociedades?

El sistema capitalista se va a reinventar y posiblemente estaremos peor que antes. Porque si creemos que el sistema está cayendo, nosotros mismos pagaremos para que se levante y nos costará más que antes.

—¿Tenés un sueño de cambio en este sentido?

—Me gustaría una revolución mental, una revolución estudiantil y coherente con lo que necesita América Latina. Debemos aprovechar esta pandemia para mostrar todas las falencias del sistema capitalista y buscar otro modelo económico que genere tranquilidad y esperanza.

Acepar, Sexta Línea, a 20 minutos de Curuguaty, diciembre de 2018. Búfalo en el centro, junto a su madre Obdulia Maldonado y su padre Leonardo Ovelar.

Cuando pedimos al Búfalo que nos defina la libertad, su respuesta fue una imagen en donde se ve a tres personas sentadas sobre un tronco, en pleno día y a campo abierto. Es una fotografía suya junto a sus padres, envueltos únicamente por el verde del campo paraguayo. “Siento que me encuentro con una paz y una tranquilidad única, en una libre conexión con la riqueza de lo sencillo y lo natural, acompañado de mis padres”, confiesa quien ahora vive entre las montañas y un volcán de Manizales.

—¿Y qué es la felicidad, Búfalo?

Es la sensación indescriptible de cuando marcas goles frente a un gran rival, logrando un título.

*Por Najeeb Amado y Blas Brítez, para Adelante!

**En la imagen de inicio, el festejo goleador durante un partido de Atlético Nacional vs Millonarios en enero del año 2018. El Búfalo anotó dos goles, ganando su equipo el título de la Superliga. Fotografías gentileza de Roberto Ovelar.

5 respuestas a “Búfalo Ovelar: «Debemos aprovechar la pandemia para mostrar las falencias del capitalismo”

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  1. El futbolista Búfalo Ovelar, es un delantero que le gusta ir de frente para definir la jugada. Ésta vez ADELANTE le facilitó una cancha y el atletas empezó a mostrar su habilidad en el campo del pensamiento crítico. Es una persona que no se guardó nada en el momento de expresar lo que siente y lo que piensa. Repudío el abuso del poder que le había tocado vivir su familia cuando lo apresaron a su papá y otros campesino, en tiempo de la dictadura. Su origen campesino lo tiene bien presente en cada charla o entrevista, nunca se olvida de su raíz, por eso es una persona admirable. Gracias Roberto Ovelar por aceptar ésta entrevista para que la ciudadanía conozcan el pensamiento suyo.

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